La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) llevó a cabo el Diagnóstico Nacional de Supervisión Penitenciaria 2021 en el que destacaron las terribles condiciones en que se encontraba la población en el Centro de Reinserción Social de San Luis Potosí, mejor conocido como La Pila, durante el gobierno de Juan Manuel Carreras.
Las irregularidades encontradas por visitadores del organismo en el último año de la gestión carrerista, son las siguientes:
- La población recluida se encontraba en condiciones de hacinamiento, con pésimos servicios de salud, sin programas de prevención y atención de incidentes violentos, sin vías para la presentación de quejas de probables violaciones de derechos humanos, un servicio de alimentación muy deficiente, condiciones de falta de higiene, incluso en el área médica.
- Procedimiento deficiente para la aplicación de sanciones disciplinarias, el personal de seguridad y custodia era insuficiente, sin capacitación ni armamento, recurrencia de actividades ilícitas, deficiente separación entre procesados y sentenciados, e inadecuada clasificación de las personas privadas de la libertad.
- Inadecuada vinculación de la persona privada de la libertad con la sociedad, insuficiencia o inexistencia de actividades deportivas, insuficiencia o inexistencia de actividades educativas, insuficiencia o inexistencia de actividades laborales y de capacitación; deficiencia en la atención a personas adultas mayores, insuficiencia en los programas para la prevención de adicciones y desintoxicación voluntaria.
- Violaciones a los derechos humanos.
La CNDH calificó a la cárcel de La Pila con un 5.74, obteniendo el resultado más bajo comparado con otros centros de reinserción del estado pues Tamazunchale obtuvo un 6.79; la de Rioverde, 7.16; la de Ciudad Valles, 7.71; la de Matehuala, 5.86; y la de Tancanhuitz, 6.72.
Ricardo Gallardo Cardona, gobernador del estado, reiteró que la realidad es que hay más condiciones preocupantes que se pudo encontrar en el Centro de Reinserción Social cuando realizó su visita. Por ejemplo, el área de las personas privadas de su libertad y que son inimputables, estaban entre sus propias heces, sin tratamiento médico. El resto de la población estaba hacinada y sin hacer nada porque los talleres estaban parados por falta de herramientas.
Otra irregularidad que se había convertido en un alto riesgo para la salud de los privados de su libertad, fue la acumulación de toneladas de basura, a pesar de haber presupuesto para sacarla. La alimentación era de escasa y de pésima calidad, porque el presupuesto asignado no se aplicaba sino solo una pequeña cantidad, “por lo que era obvió el desvío de los recursos”.