Desaparece el Mar Aral, ubicado en la frontera de Kazajistán y Uzbekistán

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La sobreexplotación del hombre provocó el daño irreversible, hoy sólo quedan algunos lagos.

Heraldo.- Alguna vez fue considerado como uno de los grandes lagos del mundo, tanto que se le llegó a definir como un mar interior. Pero hoy el Mar de Aral está prácticamente extinto, en uno de los mayores desastres ecológicos en la historia de la humanidad.

El que fuera conocido también como “mar de las mil islas” está reducido a tres o cuatro lagos separados, que no abarcan ni siquiera la tercera parte de lo que hubo, y un desierto creciente, el de Aralkum.

La práctica eliminación del Mar de Aral significó, de hecho, la desaparición de un cuerpo de agua de 68 mil kilómetros cuadrados, casi del tamaño del estado de Veracruz.

Y con él, la extinción de decenas de especies animales y vegetales y el inicio de un nuevo proceso de desertificación en una región que está en la frontera de Kazajistán y Uzbekistán, dos países que se hicieron independientes a la disolución de lo que fuera la Unión Soviética.

Ciertamente, se reconoce que a cambio de desviar las aguas de los ríos Amu Dharia y Syr Darya que alimentaban el Aral, se hizo literalmente florecer el desierto, como ocurrió con el ahora feraz valle de Fergana (que incluye partes de Uzbekistán, Kirguistán y Tayikistán). Pero el precio fue alto.

La única esperanza de revitalización está en el lago norte de lo que fuera el mar, donde el gobierno de Kazajistán erigió en 2005 la llamada Presa de Kokaral, que desde entonces, ha tenido un impacto positivo en el medio ambiente regional.

Para la Fundación Aquae se puede considerar como consecuencia de un crimen premeditado. Según datos de 2015, tenía un área de 3,300 km2, menor que la del estado de Tlaxcala.

“Se llevó a cabo de forma consciente y premeditada. Todo comenzó en la década de los 60, cuando las autoridades de la antigua Unión Soviética diseñaron y desarrollaron un plan para convertir los territorios desérticos de Asia Central en el mayor centro algodonero del mundo”, consignó el grupo.

El hecho es que como el clima árido de la región no era propicio para el cultivo de la planta, el gobierno decidió un ambicioso proyecto de regadío mediante las aguas de los ríos Amu Daria y Sir Daria.

“Fueron construidas decenas de presas y embalses y una red de 30 mil km de canales”.

Primero se desvió a las plantaciones un tercio del caudal que normalmente llegaba al Mar de Aral, aunque progresivamente esa cantidad fue aumentando hasta alcanzar los 50 mil millones de metros cúbicos anuales. El plan tuvo éxito, al menos por un tiempo, y la Unión Soviética lideró durante décadas la producción mundial de algodón.

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