Sopitas.- Obviamente el susodicho ya fue suspendido. Se trataba del director de la compañía de ballet de la Ópera Estatal de Hannover, Marco Goecke. Sin embargo, éste se justificó diciendo que llevaba más de dos décadas aguantando críticas “desagradables y personales”.
Pero más desagradable fue la forma en la que Goecke reaccionó a la supuesta mala pluma de la periodista Wibke Hüster. Según se reporta en diversos medios, el coreógrafo alemán se topó a Hüster en el vestíbulo de la Ópera de Hannover y, luego de preguntarle por qué era tan manchada y que ésta respondió de manera “arrogante”… pues no tuvo de otra que embadurnarla con excremento de su perro salchicha que llevaba ya preparado en su bolsillo.
“Han sido años de crítica aniquiladora”, señaló Marco Goecke. “Cuando estás en el ojo público y ves tu trabajo ensuciado por una periodista tanto tiempo, se dice que ése es el precio de ser una figura pública. Pero no estoy de acuerdo”.
El escatológico hecho ocurrió el pasado 11 de febrero. Tres días después y ya con la cabeza más fría, Goecke ofreció las esperadas disculpas. Pero ya sólo aclarar las cosas: el trabajo en la Ópera de Hannover ya lo perdió.
“En retrospectiva, me doy cuenta claramente de que fue un acto vergonzoso en caliente y una reacción exagerada”, aceptó Goecke, quien apenas había estrenado el ballet Fe – Amor – Esperanza.
Resulta intrigante saber por qué le importaba tanto la opinión de la periodista del Frankfurter Allgemeine Zeitung (FAZ). Sobre todo porque, con todo y su mala crítica, Goecke ganó el año pasado el premio Alemán de Danza. Ahora es investigado y enfrentando cargos por agresión criminal… sin chamba e, incluso, vetado para ingresar al teatro de la Ópera de Hannover.
FAZ, el diario para el que escribe la agredida, dice que el desagradable hecho sucedió de manera diferente a como se reporta en medios: Goecke simplemente se acercó a Hüster para preguntarle qué chin%&/dos hacía en el estreno de su obra. Así, luego de amenazarla, sacó una bolsa de papel con excrementos de su perito y procedió a embarrarlos en el rostro de la periodista.
“Este acto humillante no es sólo un acto de daño corporal, sino también un intento de intimidar nuestra visión libre y crítica del arte. La transgresión de Goecke revela la perturbada relación del artista con la crítica“, criticó el FAZ.
Luego de limpiarse la cara, Hüster fue ante las autoridades para hacer la denuncia correspondiente. Ella “me tiró mierda durante años”, justificó en primera instancia Gocke.