El Universal.-
En 2014 un escándalo sacudió a la Iglesia Católica de San Luis Potosí y de México, al conocerse el caso de Eduardo Córdova, un conocido sacerdote acusado de abusar sexualmente a menores de edad.
Más de cien víctimas dieron testimonio ante el Tribunal Eclesiástico de la Arquidiócesis de San Luis Potosí sobre los sucesos cometidos durante años. Por estos hechos, la otrora Procuraduría General del Estado emitió una orden de aprehensión contra Eduardo Córdova Bautista.
Sin embargo, el sacerdote potosino cercano a cúpulas empresariales y políticas se dio a la fuga, y desde el 25 de junio de 2014 se convirtió en prófugo de la justicia.
Las autoridades señalan que el cura es buscado en 180 países debido a la ficha roja, que emitió en 2016, la Policía Internacional (Interpol).
Además, el actual fiscal general José Luis Ruíz Contreras, se comprometió al rendir protesta ante el pleno del Congreso del Estado que redireccionó las líneas de investigación para dar con el paradero del sacerdote.
¿Qué sucedió con Eduardo Córdova?
El acusado era el párroco del Templo de Nuestra Señora de la Anunciación y sus víctimas pertenecían a colegios o instituciones en las que Córdova Bautista figuró como consejero, profesor o guía espiritual.
Tras realizar la investigación, el promotor de Justicia del Tribunal Eclesiástico de San Luis Potosí, canónigo Gilberto Amaya Martínez, presentó la denuncia ante las autoridades civiles y expresó total disponibilidad de informar y cooperar con las autoridades.
Señaló que el Vaticano en el 2014 dio de baja definitivamente de la Iglesia Católica a Córdova Bautista, luego de que se determinó la responsabilidad del cura en las acusaciones de abuso sexual contra niños.
Eduardo, de 67 años, no sólo desempeñó puestos importantes en la Iglesia Católica, se integró al Consejo de Transparencia y Vigilancia para las Adquisiciones y Contratación de Obra Pública del gobierno del priísta Fernando Toranzo Fernández.
Los cercanos al acusado lo describen como un hombre proveniente de una familia de abolengo y de carácter fuerte, versado en derecho y astuto, lo que le valió para ser mentor de escuelas religiosas, en las que se acercó a niños y jóvenes.
Con el proceso abierto, las denuncias contra el ex sacerdote se siguen acumulando y las autoridades eclesiásticas reconocen que la conducta de Eduardo lastimó a toda la comunidad católica.
¿Por qué aún está prófugo?
Córdova Bautista ha logrado mantenerse prófugo de la justicia.
Las autoridades actuales insisten en mantener las diligencias y al caso no se le dará ‘carpetazo’ hasta llevar ante un juez al acusado.
Un par de meses atrás se divulgó que las autoridades estuvieron cerca de atrapar a Eduardo Córdova Bautista.
Sin embargo, los avances de las autoridades parecen insuficientes y las víctimas siguen a la espera de recibir justicia.
En el caso de los otros cinco invoclucrados en casos de abuso sexual contra menores, las autoridades confirmaron que dos fueron absueltos y los otros tres siguen su proceso legal.
No es el único caso en San Luis Potosí
Al destapar el caso de Eduardo Córdova, la Fiscalía Estatal detalló que hasta 2015 había otros cinco sacerdotes acusados de pederastia en calidad de prófugos de la justicia.
Así como confirmó que se estaban indagando las denuncias contra Francisco Javier Castillo, párroco del templo del Sagrado Corazón del municipio de Santa María del Río, y Noé Trujillo, párroco del templo de Nuestra Señora de la Soledad.
Y estaban internados y procesados por delitos sexuales en el penal de la Pila otros dos curas.
El primero es Guillermo Gil Torres, expárroco del Templo Santa Rosa de Lima, del municipio de Soledad de Graciano Sánchez, a quien se le procesó por el delito de abuso sexual calificado en contra de un niño en la casa parroquial, al que presuntamente le mostraba fotografías en las que aparecía desnudo y lo ultrajaba.
El otro cura es José de Jesús Cruz, expárroco del templo de Nuestra Señora de Fátima, acusado de abuso sexual, en perjuicio de un joven.
En 2019 el vocero del arzobispado Juan Jesús Priego Rivera, aseguró que reintegró al servicio clerical a dos sacerdotes acusados de pederastia, mientras que existen otros tres casos que siguen su proceso legal.