Tomar café por las mañanas es reconfortante, pero ¿tomar una taza de café caliente en días de sol? Te contamos un poco de sobre el tema.
Heraldo.- ¡Cómo negarse a disfrutar de una taza de café en los días de invierno! Esta es quizá una de las rutinas más frecuentes que muchos mexicanos realizamos durante las mañanas frías, especialmente, cuando nos encontramos en la época invernal. Y tal vez, en alguno que otro día que la lluvia nos sorprende.
Sin embargo, las bebidas calientes durante la temporada de calor como en primavera y verano no es la mejor opción para refrescarnos y buscamos otras alternativas como aguas frescas, cocteles helados, smoothies o postres fríos. Ahora bien, existe una práctica ya muy conocida de beber café caliente durante los días de calor ¿alguna vez escuchaste hablar de ella?
Más allá de ser una tradición que en muchas partes del mundo se realiza y forma parte de la cultura, como por ejemplo, en los países árabes. El beber café caliente durante el verano puede ayudar al cuerpo regule su temperatura, así es, aunque parezca descabellado al ingerir este líquido se genera un efecto de refrigeración natural al momento de entrar en contacto con el ambiente externo la temperatura interna se regula, creando un balance.
Cuando la temperatura del cuerpo aumenta empezamos a transpirar, al sudar se emplea este mecanismo de defensa haciendo que la temperatura de mantenga estable. Cuando el sudor de evapora genera una sensación de alivio y nos refresca.
¿Qué dicen los expertos?
De acuerdo con el investigador Anthony Bain, de la Universidad de British Columbia, menciona en la revista Science Us que «Al tomar una bebida caliente, los termosensores ubicados en el estómago se activan y mandan una señal al hipotálamo de que estamos calientes. Este reacciona al iniciar el proceso de transpiración para compensarlo».
Asimismo, el investigador señala que «cuando el sudor se evapora de nuestra piel, la energía que perdemos por la evaporación excede a la energía ganada por tomar una bebida caliente». En resumen, terminamos por refrescarnos, ya que el cuerpo sobre reaccionó a una bebida caliente.