El colapso del gobierno de Bashar Al Asad aumenta la incertidumbre en Siria

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La caída del presidente sirio, quien estuvo al frente del país por más de dos décadas, puede también reconfigurarlo la dinámica en Medio Oriente.

Expansión.- Multitudes de sirios celebraron el domingo la caída del presidente, Bashar al Asad, derrocado por una fulgurante ofensiva de grupos rebeldes liderados por islamistas que puso fin a más de medio siglo de gobierno de la dinastía fundada por Hafez al Asad.

Al Asad, quien dirigió Siria con puño de hierro desde su llegada al poder hace 24 años, dimitió y abandonó el país, afirmó Rusia, su principal aliado, que le concedió asilo, de acuerdo con agencias rusas.

Sin embargo, la caída del gobierno de Asad, quien contaba con el apoyo de potencias como Rusia e Irán, trae incertidumbre sobre el futuro de Siria y también sobre el desarrollo de otros conflictos en la región.

Esto es algo de lo que sabemos.

¿Qué pasó en los últimos día en Siria?

La guerra civil en Siria, una de las más sangrientas que surgieron de la Primavera Árabe, llevaba años estancada y parecía que el dominio de los Al Asad, que se habían encontrado en el poder desde 1971, seguiría por mucho más tiempo.

El conflicto fue desencadenado por la feroz represión de Bashar Al Asad de las manifestaciones prodemocráticas, y que ha provocado más de medio millón de muertos, más de 12 millones de desplazados y por lo menos 100,000 desaparecidos.

Pero un operativo relámpago de una coalición opositora que inició el 27 de noviembre logró avanzar desde el norte y el sur del país hasta la capital, Damasco, en solo 12 días.

El líder islamista de la coalición rebelde, Abu Mohamed al Jolani, llegó el domingo a Damasco y se dirigió a la célebre mezquita de los Omeyas donde pronunció un discurso en el que afirmó que Siria fue “purificada”.

Videos que circulan en los medios muestran que fue recibido por una multitud entre gritos de “Allah Akbar” (Dios es grande).

“Después de 50 años de opresión bajo el gobernante partido Baaz, y 13 años de crímenes, tiranía y desplazamiento [desde el comienzo del levantamiento en 2011] anunciamos hoy el fin de esta era oscura y el comienzo de una nueva era para Siria”, afirmaron los rebeldes.

En la televisión pública, la coalición de insurgentes informó que liberó a todos los prisioneros “detenidos injustamente”.

¿Quién lidera a la oposición siria?

Abu Mohamed al Jolani, quien encabeza el grupo insurgente Hayat Tahrir al-Sham (HTS) ha pasado años trabajando para remodelar su imagen pública, renunciando a sus antiguos lazos con Al Qaeda y presentándose como un campeón del pluralismo y la tolerancia.

En los últimos días, la insurgencia incluso abandonó su nombre de guerra y comenzó a referirse a él por su nombre real, Ahmad al-Sharaa.

Al Jolani es considerado un terrorista por Estados Unidos.

En los últimos meses ha dado varias entrevistas en las que dice que busca construir instituciones estatales y descentralizar el poder para reflejar la diversidad de Siria.

“Siria merece un sistema de gobierno institucional, no uno donde un solo gobernante tome decisiones arbitrarias”, dijo en una entrevista con CNN la semana pasada, ofreciendo la posibilidad de que HTS eventualmente se disuelva después de la caída de Assad.

Sin embargo, el pasado violento del HTS, vinculado a Al Queda es preocupantes para algunos observadores.

Durante los seis años desde que HTS ha gobernado la provincia noroeste de Idlib a través de un gobierno dirigido por civiles, ha tratado de renovar la imagen del grupo como un movimiento islamista más moderado. Pero mantuvo el control con una mano de hierro, y las agencias de la ONU han documentado abusos en los territorios controlados por esta facción.

El Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), una oenegé con sede en Reino Unido que monitorea el conflicto, estima que al menos 910 personas, entre ellas 138 civiles, murieron desde el inicio de esta operación relámpago.

Geir Pedersen, el enviado especial de las Naciones Unidas para Siria, dijo el domingo que había “mensajes contradictorios” que salían de Damasco, pero subrayó la necesidad de “evitar el derramamiento de sangre” y pidió el diálogo y los preparativos para una estructura de gobierno de transición.

Una prioridad inmediata para la comunidad internacional será asegurar las reservas de armas químicas en Siria para evitar que caigan en manos de grupos armados

Un país dividido

Por otra parte, el HTS es solo uno de los numerosos grupos de oposición que son los restos de la rebelión original y participaron en el asalto. Y en el pasado, las diversas facciones se han enfrentado entre sí.

“Esta sensación de euforia y orgullo también se ha visto atenuada por la sensación de que podría haber violencia, es casi demasiado bueno para ser verdad”, dijo Malik al-Abdeh, un analista sirio en entrevista con Financial Times. “Pero está claro que hay un plan, HTS y Jolani han comunicado con mucho cuidado que hay un mapa. Esto ha tranquilizado a mucha gente”.

La caída del gobierno abre un periodo de incertidumbre en Siria, fragmentada por la guerra civil. El conflicto dividió al país en zonas de influencia, con fuerzas beligerantes apoyadas por potencias extranjeras.

Aparte de los grupos rebeldes musulmanes suníes, hay fuerzas lideradas por los kurdos, que Estados Unidos apoyó en la lucha contra Isis, que controlan una franja del noreste de Siria.

Turquía, sin embargo, los considera una extensión de los separatistas kurdos que han luchado contra el estado turco durante décadas.

Un nuevo equilibrio para Medio Oriente

La caída de Al Asad en también es parte de una reconfiguración en Medio Oriente. En primer lugar, es una muestra de la debilidad de Irán en la región. El régimen siria era un lazo entre Teherán y Hezbolá, y era clave para transferencia de armamento al grupo libanés.

“Estados Unidos debería aprovechar esta oportunidad para coordinar una política regional más firme hacia las actividades maliciosas de Irán”, Qutaiba Idlbi, miembro principal del Centro Rafik Hariri del Atlantic Council, en un artículo para la organización.

Jonathan Panikoff, director de la Iniciativa de Seguridad de Oriente Medio Scowcroft de este organismo, señala por su parte, que el avance de la oposición no higuera ocurrido si Israel no hubiera atacado los depósitos de armas con los que Hezbolá se abastecía, pues debilitó también a las defensas del régimen.

Israel ha aumentado la frecuencia de estos ataques tras el derrocamiento de Al Asad.

“Israel lanzó bombardeos aéreos contra depósitos de armas y posiciones pertenecientes al derrocado régimen y a grupos apoyados por Irán en la provincia de Deir Ezor”, declaró a la AFP Rami Abdel Rahman, director de la OSDH.

El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, declaró este domingo que ordenó al ejército “tomar” una zona de distensión desmilitarizada en los Altos del Golán, tras el derrocamiento de Bashar al Asad en Siria.

Netanyahu afirmó que el acuerdo vigente desde hace 50 años colapsó, ya que las “fuerzas sirias abandonaron sus posiciones”.

El primer ministro israelí realizó este anuncio durante una visita a los Altos del Golán, ocupados por Israel y colindantes con la zona tampón, después de que el ejército informara que desplegó fuerzas en la zona.

Netanyahu calificó este domingo el derrocamiento de Al Asad en Siria como un “día histórico en (…) Oriente Medio” y la caída de un “eslabón central del eje del mal” dirigido por Irán.

“Es el resultado directo de los golpes que hemos infligido a Irán y Hezbolá, principales apoyos de Al Asad. Ha desencadenado una reacción en cadena en todo Oriente Medio, empoderando a quienes buscan liberarse de este régimen opresor”, añadió el primer ministro israelí.

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