El Congreso baja el telón: la frase “sin mover una coma” marca a la Legislatura

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La 65 Legislatura concluye formalmente el 31 de agosto y no se perfila la posibilidad de un periodo extraordinario de sesiones, pero Morena no lo descarta para cumplirle más al presidente.

Expansión.- El Congreso de la Unión cerró su último periodo ordinario de sesiones y prácticamente dio por concluida la 65 Legislatura que acompañó el último tramo del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, con un récord de aprobación: sólo dos de sus iniciativas de reforma constitucional que fueron sometidas a votación le fueron rechazadas.

Formalmente, la Legislatura concluye el 31 de agosto y, hasta este 30 de abril, no se perfila la posibilidad de un periodo extraordinario de sesiones. Pero legisladores de Morena lo proponen para sacar adelante un último paquete de al menos 18 reformas obradoristas, lo que aumentaría el número de propuestas presidenciales atendidas.

Legislar sin cambios

La frase “sin moverle una coma”, recomendación del presidente para abordar sus reformas, ha marcado los últimos cinco años y medio del Congreso al resolver la mayoría de las propuestas presidenciales para modificar la Constitución o leyes secundarias, pues pese a la instauración de Parlamentos Abiertos y decenas de foros, las iniciativas del Ejecutivo no tuvieron cambios, o si los hubo, fueron menores.

Aun así, López Obrador no consiguió que prosperaran todas sus propuestas y el índice de aprobación de sus iniciativas —si se consideran reformas a leyes secundarias— es apenas de 50%, para el caso de las enviadas tan sólo en los últimos dos años y medio a la Cámara de Diputados.

Sergio Bárcena, director y fundador de Buró Parlamentario y catedrático del Tecnológico de Monterrey, explica que el aval a las propuestas de López Obrador para reformar leyes secundarias (no a la Constitución) es similar al de otros presidentes.

“Está por debajo del 50%, entonces no es el gran índice que pudiera pensarse”. Y la muestra, señala, es que, de 63 iniciativas remitidas por el Ejecutivo a la Cámara de Diputados en esta Legislatura, sólo se han aprobado 23”.

En total, tanto en el Senado como en la Cámara de Diputados se quedaron congeladas 35 propuestas de reformas enviadas por el Ejecutivo.

Sin embargo, tampoco es que hayan sido ignoradas, pues 18 quedaron con anteproyecto de dictamen, todas en sentido positivo, y forman parte del paquete de 20 iniciativas –18 constitucionales, dos a leyes secundarias– apenas remitidas por el presidente López Obrador el 5 de febrero pasado.

Estas podrían ser desechadas al terminar la Legislatura el 31 de agosto. El resto sí quedaron inactivas, por lo que al igual que otros expresidentes, Andrés Manuel también tuvo reveses legislativos.

Pero el principal control al Poder Ejecutivo durante casi todo el sexenio no lo ejerció el Legislativo, sino el Poder Judicial, pues la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) revirtió varias de las reformas obradoristas.

Destacan dos reformas prioritarias para el mandatario con las que buscó modificar leyes secundarias para cambiar el sentido de la Constitución. Estas son la Ley de la Industria Eléctrica, invalidada por la Corte en febrero pasado, y a fines de 2023 la reversa ordenada a las reformas a la Guardia Nacional por las que se buscó que el control de mando y operativo estuviera supeditado a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).

En total, legisladores de oposición llevaron ante la Suprema Corte 35 leyes o decretos denunciados por presuntamente ser inconstitucionales.

Le cumplieron a AMLO

Para el senador Julen Rementería, líder de los senadores del PAN, la bancada formada por Morena, y sus partidos aliados (Partido del Trabajo y Verde), no cumplieron con hacer que el Poder Legislativo fuera un contrapeso.

“Les ganó la obsesión de tener que atender unicamente lo que el presidente les permite y eso hizo que esto terminara siendo un Senado con dos legislaturas que dejó de atender a los mexicanos, para responder sólo al presidente”, explica.

El desempeño de Morena y aliados en el Congreso “fue muy penoso”, resume el legislador Rubén Moreira, líder de los diputados federales del PRI, al señalar que se “dedicaron a responder lo que propuso el mandatario”.

Pero eso, señala, eso sirvió para que la oposición se mantuviera unida y juntos detuvimos la reforma eléctrica, detuvimos la reforma electoral.

“Tumbamos y vamos a tumbar con acciones de inconstitucionalidad las violaciones a la Constitución que ha hecho… eso es lo que hay que celebrar, que la oposición se mantuvo unida”, exalta Moreira.

AMLO, el gran legislador

Del 1 de septiembre de 2018 al 30 de abril de 2024 (periodo que comprende las Legislaturas 64 y 65), el presidente López Obrador remitió a las dos Cámaras del Congreso un total de 100 iniciativas de reformas constitucionales y legales.

Solamente están pendientes 32 de ellas. Es decir, el porcentaje de aprobación de las propuestas de López Obrador es de 68%.

La Cámara de Diputados fue la consentida del presidente para que recibiera y procesara sus iniciativas, así que le remitió 92.

De ellas, al menos 17 fueron parte del paquete económico (Presupuesto, Ley de Ingresos, Ley Federal de Derechos) de cada año fiscal. Todos pasaron prácticamente sin ningún cambio, es decir, “sin moverle una coma”.

Y unicamente en dos años hubo cambios, todos leves y todos a propuesta de Morena o aliados, pues esa coalición legislativa de la llamada “Cuarta Transformación” desechó, una a una, unas 4,000 reservas promovidas durante cinco años consecutivos por la oposición. Ni una sola prosperó.

En la primera parte del sexenio, el presidente envió a los diputados, en la 64 Legislatura, 29 iniciativas. Sólo tres quedaron pendientes.

De las avaladas, 24 entraron en vigor. Otras dos se aprobaron pero se quedaron atoradas en el Senado, una sobre la Ley de las Afores, en 2019 y otra para regular las remuneraciones en los organismos constitucionalmente autónomos.

Entre las más polémicas de esa Legislatura estuvieron las modificaciones a la Ley de la Industria Eléctrica (LIE) –ya invalidada–, la reversa a la reforma educativa o la prohibición al outsourcing, en la que sí hubo cambios y por eso prácticamente hubo consenso multipartidista.

En la 65 Legislatura, que aún está en curso y marcará el final del sexenio, el Ejecutivo remitió 69 iniciativas a los diputados. Están pendientes 32, pero ya se le aprobaron 37 reformas.

De ellas 31 ya están en vigor –salvo las invalidadas por la SCJN- y otras cuatro ya fueron enviadas al Ejecutivo para promulgación.

Dos más, ya aprobadas en diputados, se quedaron trabadas en el Senado: reformas a la Ley Orgánica del Tribunal Federal de Justicia Administrativa y la que expide la Ley General de Protección Civil y Gestión del Riesgo de Desastres.

En tanto, al Senado López Obrador sólo remitió ocho iniciativas en cinco años y medio. Todas ya fueron aprobadas, aunque esto incluye a algunas invalidadas por la Corte.

De ellas siete las envió en los primeros tres años y sólo una en el último trienio, debido al distanciamiento entre el mandatario y el líder de los senadores de Morena, Ricardo Monreal, mismo que sólo se resolvió tras el proceso interno que definió a Claudia Sheinbaum como candidata presidencial.

Esa propuesta proceda en la Legislatura actual fue para modificar la Ley Orgánica del Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos en el que se optimizó la cadena de mando en la Defensa Nacional.

Así, la única del Ejecutivo que se quedó enlatada fue una para modificar el Código Penal Federal para sancionar a quien incite a la discriminación racial, pero ésta fue enviada a la Comisión Permanente y apenas remitida por los diputados al Senado el 10 de abril pasado, cuatro años después .

Los reveses de AMLO

Los dos reveses infligidos en el Poder Legislativo a López Obrador y a Morena fueron escasos, sólo dos, y aplicados en el pleno de la Cámara de Diputados.

El primero cuando se rechazó, en abril de 2022, la reforma los artículos 25, 27 y 28 de la Constitución en materia energética, y en diciembre de 2022 su paquete de reforma electoral a nivel constitucional, considerado el “plan a”, fracaso que dio pie a, enseguida, ir al “plan b” y vía reformas a leyes secundarias persistir en los cambios.

Pero fuera de esos dos paquetes de propuestas en los plenos camarales se le aprobaron al presidente todas las reformas constitucionales propuso y llegaron a votación del pleno de las dos cámaras del Congreso.

Esto hasta que el 5 de febrero pasado, el Ejecutivo presentó 18 iniciativas de reformas constitucionales y dos de reformas legales, ninguna de las cuales ha sido sometida a votación y por tanto no han sido aprobadas.

Los 18 anteproyectos de dictámenes de cambios a la Constitución consideran convenientes las reformas. Pero sin periodo extraordinario de sesiones, seguramente quedarán enlatados por lo que sigue en pie el nivel de sólo dos rechazos a propuestas de cambios constitucionales promovidos por el presidente López Obrador.

Además, de acuerdo a la base de datos de reformas constitucionales por periodo presidencial, en que va de su mandato se han concretado reformas a 63 artículos, no todos a propuesta de él, pero si con aval de su partido y aliados.

En el gobierno de su antecesor, Enrique Peña Nieto, fueron 156 artículos constitucionales reformados y en el de Felipe Calderón 110 artículos reformados.

El trabajo legislativo

Al concluir la Legislatura, este martes 30 de abril, el presidente convocó a los senadores y diputados a una reunión en Palacio Nacional; tras la reunión el excoordinador de Morena en el Senado, Ricardo Monreal, explicó la esencia de la cita.

“El mensaje es muy claro, continuar transformando al país y continuar profundizando la transformación”, afirmó.

Si no se concreta el extraordinario, prácticamente se irán al olvido poco más de 8,000 iniciativas de todo tipo, no las enviadas por el presidente, sino las promovidas por legisladores y congresos estatales.

En la Cámara de Diputados, en casi tres años de esta Legislatura se presentaron 7,606 iniciativas, pero 5,800 quedaron pendientes de dictaminación.

En el Senado fueron 2,688 las iniciativas presentadas, pero se quedaron pendientes 2,381, mismas que al concluir la Legislatura serán desechadas.

En el caso de la Cámara de Diputados, en 2021 se aprobó una reforma al Reglamento, para que al término de la Legislatura la Secretaría de Servicios Parlamentarios elabore un listado de dictámenes e iniciativas y minutas en poder de la Mesa Directiva.

“La Jucopo determinará, a través de un acuerdo, los dictámenes que se presentarán ante el Pleno, durante el primer periodo de sesiones, del primer año de ejercicio de la siguiente Legislatura”, se instruye.

Pero ese acuerdo no se emitió, por lo que los predictámenes a las propuestas presidenciales serán parte de las miles de propuestas desechadas.

Para Sergio Bárcena, de Buró Parlamentario, es incluso hasta positivo que se desechen las miles de propuestas presentadas, lo malo es, en realidad, que prosperen “las que están en la agenda de los partidos, traen ya el aval de las cúpulas partidistas o las que interesan al presidente”.

“En cada Legislatura se van a dejar cerca del 90% de las iniciativas pendientes y no es que eso sea malo o bueno. Eso se debe a una hiperproductividad (…) es prácticamente imposible que se dictaminen por la carga de trabajo de las comisiones, sería absurdo pensar que se pudieran aprobar”, añade el experto.

Pero esa productividad en exceso, indica el politólogo, no es en aras de perfeccionar las leyes o impactar positivamente a la sociedad. “En buena medida lo hacen con fines de autopromoción y porque eso les ayuda a avanzar en sus carreras políticas.

“Tenemos hipertrofia legislativa; demasiadas iniciativas y muy poca capacidad para poderlas siquiera discutir a profundidad. Entonces digo que está incluso mejor que se dictaminen unas pocas, a que se dictamine cuánta burrada está presentando a los legisladores, la mayoría de los casos”, señala.

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