El dengue se extiende en México y el cambio climático tiene responsabilidad

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En los últimos años, el mosquito Aedes Aegypti, transmisor de dengue, ha extendido su presencia en México, donde ha llegado a entidades federativas en las que antes no vivía.

Expansión.- “Los mosquitos molestan solo cuando vamos a la playa”. El investigador Carlos Welsh recuerda que hace años eso era una realidad. No se refiere a los mosquitos en general, aquellos que zumban alrededor de tu oído mientras duermes, sino a una especie en particular: el Aedes Aegypti, transmisor de dengue, zika y chikunguña.

En los últimos 15 años, al menos, este mosquito ha extendido su presencia en México, donde ha llegado a entidades federativas en las que antes no vivía. También lo ha hecho a nivel global: actualmente, la mitad de la población mundial está en riesgo de contraer dengue. En 2010 se estimaba que era la tercera parte.

El resurgimiento del Aedes Aegypti que transmite la enfermedad tropical se asocia con el cambio climático, que ha modificado las condiciones de clima y ambiente de diversos hábitats naturales, en los que ciertos animales, como los mosquitos y garrapatas, encuentran condiciones adecuadas para reproducirse.

Así que el doctor Welsh, actual coordinador del Centro de Ciencias de la Universidad Veracruzana, se dio a la tarea de investigar cómo se estaba adaptando el mosquito Aedes a las nuevas condiciones climáticas. Arrancó el proyecto en 2010, con un financiamiento de la Fundación Nacional de Ciencias de Estados Unidos (NSF, por sus siglas en inglés).

Desde Veracruz hasta la Ciudad de México, pasando por Puebla, analizó las condiciones climáticas de los lugares donde podían existir o no los mosquitos del dengue.

“Si hacíamos el barrido desde la frontera del norte del país hacia el sur, ya sólo quedaban tres islas donde no había agua, no había este mosquito. Eran la zona montañosa o el Valle de Ciudad de México, el Valle de Puebla y la zona desértica del norte. Todo el resto del país ya tenía la presencia de este vector”, recuerda el investigador.

Cambios en transmisión de dengue

Tras un trabajo de 14 años, el doctor Welsh documentó la introducción del dengue en Puebla. Además de esta entidad federativa, otras que estaban libres del mosquito o reportaban muy pocos casos se sumaron a las zonas de transmisión.

En México, 14 estados reportan casos de dengue anualmente: Colima, Chiapas, Guerrero, Jalisco, Michoacán, Morelos, Nayarit, Oaxaca, Quintana Roo, San Luis Potosí, Sinaloa, Tabasco, Veracruz y Yucatán, de acuerdo con un análisis publicado en el Número 3 de 2010 de la Gaceta Informativa del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP).

Catorce años después, la Secretaría de Salud federal reporta contagios de dengue en 28 entidades federativas. Aguascalientes es una de ellas. Hace 30 años no tenía casos, pero hasta julio de este año ha reportado 11. Lo mismo ocurre en Querétaro y Zacatecas. No registraron contagios hace tres décadas, y actualmente han notificado 118 y 8 casos, respectivamente.

Guanajuato pasó de cero casos en 1994 a nueve en 2014 y suma 230 en lo que va del año, según datos de la Dirección General de Epidemiología. En el Estado de México, los contagios de dengue aumentaron de uno confirmado en 1994 a 852 en 2024.

Este año, solo la Ciudad de México, Baja California, Chihuahua y Tlaxcala no han confirmado casos de dengue.

En general, 2024 es un año con más dengue que en 2023. Acumula 28,661 casos, cuatro veces más que los reportados el año anterior.

El doctor Carlos Welsh explica que ya esperaba un aumento de dengue para este año, que tiene presencia el fenómeno de La Niña.

“Cuando tenemos un año de Niño es un año de mucha sequía. Y cuando es un año de Niña, que el agua del Océano Pacífico particularmente cambia, tenemos un periodo de lluvias muy intenso. Esta condición de lluvias probablemente va a exacerbar la presencia del mosquito y con ello, un incremento, por lo menos ligero, en los casos de dengue”, detalla.

Pero, reitera, la emergencia climática, la migración y los desarrollos urbanos también influyen.

Primeros casos de dengue

Los primeros casos de dengue en México se registraron en 1941, pero las políticas públicas centradas en la eliminación del mosquito transmisor lograron erradicarlo en 1963, de acuerdo con el estudio El dengue en México: un problema prioritario de salud pública.

Sin embargo, a finales de la década de los 70, el virus regresó al país con una incidencia moderada en un principio y comenzó a incrementarse a partir de 1994, se explica en aquel artículo, publicado en 1995 en la revista Salud Pública de México.

Los autores, José Narro Robles, entonces subsecretario de Salud, y Héctor Gómez-Dantés, director de Investigación Epidemiológica, ya explicaban las primeras causas de la reintroducción y aumento del dengue.

Algunos de los factores se relacionan con el proceso de industrialización, acompañado de una fuerte migración del campo a la ciudad, la ampliación de las zonas urbanas, el crecimiento de complejos turísticos en lugares costeros, además del turismo y la migración humana.

También influyó, consideran, el aumento desmedido en la producción de artículos manufacturados, es decir, botellas de plástico, frascos, llantas y latas. Objetos que, abandonados, pueden retener agua y se han convertido en criaderos de mosquitos.

Hay una relación directa entre el cambio climático y los hábitats o los nichos de algunos vectores”,

Carlos Welsh, coordinador del Centro de Ciencias de la Universidad Veracruzana

Pero, además, durante los siguientes años la estrategia contra el dengue se centraba en la fumigación con insecticidas, aunque la evidencia cuestiona su impacto. La población de mosquitos hembras (son las únicas que pican) varía de 0% a 73% en el primer día de aplicación de insecticida, pero se recupera entre 3 y 11 días después.

Cambio climático y dengue

En el año 2012 el dengue se catalogó como la enfermedad viral transmitida por mosquitos más importante en el mundo, con la mayor prevalencia en los últimos 50 años, según un estudio de investigadoras de la Universidad Autónoma de Guadalajara, publicado en 2023.

El aumento en las temperaturas globales afecta al mosco Aedes, que no regula por sí mismo su temperatura corporal. Así que sus tasas de reproducción y transmisión dependen de la temperatura ambiental y la lluvia, entre otros factores.

Un lugar a 29 grados centígrados es un espacio ideal para reproducirse y, si aumenta la temperatura ambiental, también incrementa su capacidad reproductiva y vectorial, exponen en el artículo El impacto del cambio climático en la prevalencia del Dengue en México .

Con la emergencia climática, ya se han reportado brotes en regiones que antes no tenían casos, incluso en zonas consideradas templadas.

Caso Puebla y CDMX

Los estudios del académico Carlos Welsh identificaron que el mosquito transmisor tenía presencia en Puebla y Ciudad de México, pese a ser zonas no aptas para su reproducción, por su clima y su altitud.

“Puebla era normalmente una ciudad que decíamos es una ciudad cálida, seca, con bajo contenido de humedad y con noches muy frías, pero el crecimiento urbano de la ciudad, también las adaptaciones urbanas, propiciaron que el clima cambiara”, explica.

Ahora, las noches en Puebla son más cálidas y es más raro que registre temperaturas debajo de los 5 grados centígrados, incluso en invierno, agrega el investigador.

El mosquito, cuando las temperaturas bajan y bajan, se inhibe, como si fuera un zombi”, – Carlos Welsh, coordinador del Centro de Ciencias de la Universidad Veracruzana

Él documentó que los mosquitos ponían huevos en cargamentos de llantas de automóviles que salían de Veracruz a Puebla y encontró que algunos de ellos tardaban hasta 8 meses en eclosionar, así que resistieron el viaje y después encontraron condiciones idóneas para reproducirse en otro lugar.

En lo que va de 2024, Puebla ha confirmado 1,040 casos de dengue, cuando en 1994 reportó solo 11.

El doctor Welsh explica que también se ha detectado el mosquito en la zona sur de la Ciudad de México, aunque aquí todavía no se han confirmado casos.

En parte, considera, porque los lugares donde no hay dengue tienen menos herramientas para diagnosticarlo. Se pueden confundir sus síntomas con otras enfermedades y, en general, las autoridades sanitarias hacen pocas pruebas de laboratorio, porque es costoso.

“Lo que se sabe en la literatura es que por cada caso confirmado, hay tres que no se han confirmado. Es decir, que los números que aparecen registrados en el sistema de vigilancia epidemiológica hay que multiplicarlos por tres”, dice.

Riesgos del dengue

En su versión más grave, el dengue provoca hemorragias internas y puede causar la muerte. Con los cambios en la epidemiología de esta enfermedad, además de registrar más casos en más regiones del país, también crece el riesgo de que los contagios desarrollen síntomas más graves.

En 2024, el 45% de los casos confirmados son de dengue grave o con signos de alarma. Hace 10 años, en 2014, era el 27%. Sin embargo, la letalidad por esta enfermedad se mantiene más baja.

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A la fecha, no existe una vacuna aprobada contra el dengue o un tratamiento específico, aunque ya hay candidatos de vacuna en evaluación clínica.

Acción comunitaria

La investigación de Carlos Welsh aportó significativamente: demostró que la humedad es un elemento importante para la reproducción del mosco, información que el gobierno de Estados Unidos retomó para lanzar una alerta de viaje a zonas montañosas, donde se pensaba que no había mosquitos. Sin embargo, si estas regiones tienen condiciones de temperatura y humedad altas, pueden tener presencia del vector.

También contribuyó a que las autoridades de salud de México reforzaran sus campañas contra el dengue, al demostrar que el mosco se reproduce también en agua limpia.

Así que la acción de las personas y comunidades es fundamental para evitar la acumulación de líquido en botes y otros envases, aspectos que la Secretaría de Salud promueve todavía, incluso en su nueva campaña de prevención del dengue, lanzada este 8 de agosto en radio y televisión.

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