La próxima administración recibirá a una petrolera con campos en declinación y sin nuevos grandes descubrimientos que ayuden a aumentar la producción de crudo.
La administración encabezada por Andrés Manuel López Obrador lo ha hecho de esta última manera y ha llevado a Pemex a una producción de 1.47 millones de barriles diarios al día –con datos a abril–, la cifra más baja desde hace 45 años, a pesar de que la meta era totalmente contraria. Este número se explica por la declinación de grandes activos como Ku Maloob Zaap, una estrategia basada en campos maduros, la ausencia de nuevos grandes descubrimientos y una dinámica de urgencia en la producción de hidrocarburos que ha acelerado la declinación de algunos campos.
“La clave aquí será qué cara de Claudia Sheinbaum nos va a tocar ver, si va a ser una administración AMLO 2.0, con lo que eso conlleva, o si vamos a ver a una presidenta forzada a ser pragmática por factores macroeconómicos”, dice Pablo Medina de la consultora Welligence. “La economía que hereda Claudia está en una posición más delicada de la que tenía AMLO y, por ende, seguir apoyando a Pemex sin importar qué suceda tal vez no sea tan factible e invertir en el sector será un reto complicado”.
El equipo de Claudia Sheinbaum ha fijado una meta de producción de petróleo de 1.8 millones de barriles diarios, según su equipo de campaña. Una meta muy por debajo de la que se fijó el actual gobierno, que incluso rebasaba –en un anuncio inicial– los 2.6 millones de barriles. Se trata de sólo 300,000 barriles más de lo que actualmente produce la estatal. Pese a ello, los analistas ven complicado que sea posible lograrlo.
“Como siempre el número es demasiado optimista. Creo que no van a superar esa producción. Al contrario, podría decir que la producción va a caer, sobre todo debido a que campos prioritarios como Ku Maloob Zaap están en declinación y otros campos están justo en ese mismo proceso”, explica John Padilla, de la consultora IPD Latinoamérica. “Dar ese número tristemente creo que es evidencia de que es un sector completamente manejado desde la política y no desde lo técnico.”
Ku Maloob Zaap, que más petróleo aporta a la estatal, ha reducido su producción en casi 38% en lo que va del sexenio. En 2018 el activo producía en promedio 812,000 barriles al día. En lo que va de 2024 este número se ha reducido a 504,950 barriles diarios. Es decir, se ha pérdido más de 300,000 barriles en los últimos seis años.
Pemex ha basado su producción en campos maduros que poco petróleo aportan y en campos como Quesqui e Ixachi, dos activos que aportan grandes cantidades de condensados –un hidrocarburo muy ligero– que también se vende en el mercado o que se fusiona con algunos tipos de petróleo para alimentar las refinerías.
Tomando en cuenta los condensados, la producción actual de Pemex es de 1.748 millones de barriles al día. Se pasó de producir 6,784 barriles diarios de condensados en 2018 a 274,479 barriles en lo que va de este año.
“La expectativa de que pueda crecer la plataforma petrolera del país tiene dos grandes retos: uno es el agotamiento de los campos convencionales como Ku Maloob Zaap, y el otro, que ya no hay activos de esa dimensión para de alguna manera sustituir la aportación de producción que este campo daba”, dice Victor Gómez Ayala, un profesor de Instituto Tecnológico Autónomo de México.
Claudia Sheinbaum heredará un déficit fiscal que podría limitar su capacidad para seguir apoyando a la petrolera. Un análisis de la petrolera Welligence dice que sugieren “precaución contra el optimismo excesivo”.
La consultora también dice que Pemex se saltó los plazos para desarrollar los campos, precipitó la producción e hizo que algunos campos entrarán de manera anticipada en declive.
“(Los retos más grandes creo que serán) retomar la visión de largo plazo y ampliar la frontera geológica del país. En ello será importante aprovechar, desarrollar y fortalecer el papel del Instituto Mexicano del Petróleo”, dice Fluvio Ruiz, un exconsejero de Pemex que fue parte del equipo de la virtual presidenta antes de las elecciones. “En este sexenio se utilizó la estrategia de la llamada exploración de jardín, que da resultados más rápido pero limitados, como ya se vio con el descenso de la producción de crudo. Las dos estrategias no son incompatibles solo que encontrar el óptimo equilibrio entre ambas
Desde que López Obrador tomó el poder, la producción petrolera ha caído alrededor de 250,000 barriles diarios, a números no vistos desde antes de 1980.