La autora de la tesis doctoral “Violencia de género contra las mujeres en espacios públicos del Estado de México: un estudio de caso en el municipio de Ecatepec”, explica que en varios municipios mexiquenses se cruzan distintas desigualdades, como de género, espaciales (vivir en la periferia de Ciudad de México), precarización económica y acceso a la educación, además del desamparo institucional.
“Estos elementos van sumando para que, en este caso, las mujeres vivan violencia de género en las manifestaciones más profundas, que son las desapariciones de mujeres, los feminicidios, la violencia en los espacios públicos y, por supuesto, la violencia familiar”.
Pobreza y desigualdad
En ese sentido, el Estado de México está entre las 10 entidades más pobres pese a ser la segunda entidad más productiva de México (con aportación del 9.1 del PIB), sólo después de la capital.
De acuerdo con el más reciente informe del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social, Coneval, en el Edomex 7 millones 427 mil personas viven en pobreza, y de ellas poco más de un millón la padecen de forma extrema. Esto significa que 42.9% de sus casi 17 millones de habitantes son pobres, una cifra superior al porcentaje nacional, que es de 36.3 puntos.
Pese a que el gobierno de Alfredo Del Mazo sumó a 700 mil mujeres de la entidad a su programa Salario Rosa, que contemplaba otorgarles 1,200 pesos mensuales, en su administración la pobreza no disminuyó.
Además, el Estado de México es una de las entidades que más dinero federal recibe cada año para programas sociales, casi 45 mil millones de pesos, principalmente para pensiones a personas mayores (37 mil millones).
Los datos del Coneval revelan que si bien el número de personas pobres bajó de 2016 a 2018, al pasar de 7 millones 695 mil a 7 millones 36 mil, para 2022 el número de personas en pobreza volvió a crecer a 7 millones 427 mil personas.
Ante ello, explica la especialista, el combate a la desigualdad de género debe ser transversal.
Advierte que una de las grandes luchas feministas ha sido la transversalización de la perspectiva de género, para que no se construya una política pública y luego se le incorpore “algo” en materia de género, sino que a partir del entendimiento de las desigualdades y brechas estructurales se construya la política pública.
“No solamente se piensa en la desigualdad entre hombres y mujeres, sino desde un enfoque interseccional, en donde vemos que hay mujeres y hombres precarizados, que se ven atravesados por otras brechas, la étnica, económica, una condición de discapacidad… Por supuesto que hay mujeres diversas, mujeres con discapacidad, mujeres indígenas, mujeres afrodescendientes, mujeres migrantes, en el mismo caso los hombres, y a partir de esas múltiples diferencias es que se va incorporando la necesidad de transversalizar esta perspectiva de género interseccional”.
La investigadora explica cuáles podrían ser los alcances en políticas de género derivados de que el nuevo gobierno en el Estado de México sea encabezado por primera vez por una mujer.
“Desde los estudios de género se tiene por cierto que el cuerpo de una mujer no necesariamente implica que ella sea feminista, pero también los estudios de género permiten identificar que el cuerpo situado, el ser mujer en un tiempo y espacio específico, sí nos coloca desde distintas experiencias vividas y la forma de mirar al mundo sí es distinta”.
Presupuest
o con perspectiva de género
La legisladora María del Carmen de la Rosa, integrante de la comisión de Planeación y Gasto Público en el congreso mexiquense, destaca que pese a que las mujeres son mayoría en la entidad —51.4%—, uno de los grandes pendientes para combatir la desigualdad que enfrentan es contar con un presupuesto con perspectiva de género, enfocado en acciones específicas y que sea transparente para darle seguimiento.
La autora del libro Bases para el presupuesto público con perspectiva de género en el Estado de México explica que si bien necesidades en torno a la salud y el uso de agua, por ejemplo, son de todos los mexiquenses, se requiere diferenciar las necesidades específicas de las mujeres y definir las acciones a seguir.
“Hablar con perspectiva de género es hablar con esa sensibilidad y empatía, para entender cómo las mujeres vivenciamos de manera distinta, por ejemplo, no contar con agua suficiente para nuestra higiene personal en días de menstruación. Las mujeres vivimos de manera diferenciada el sostenimiento económico de nuestros hijos e hijas con discapacidad; las mujeres vivimos también de manera diferenciada la violencia que está ocurriendo, de manera social, familiar, inclusive institucional”.
De la Rosa recalca que ya no se puede relegar las acciones de género a una sola institución.
“Tendríamos que abordarlo de una manera transversal. Anteriormente todos los gobiernos pensaban que hablar de mujeres era dirigirnos al Instituto de la Mujer, y si bien es cierto que la ley le da ciertas atribuciones, la responsabilidad debe de ser de todas y cada una de las instituciones, para generar acciones directas e indirectas”.
La legisladora insiste que no se ha alcanzado el porcentaje del presupuesto para el objetivo de igualdad y advierte que sin recursos los cambios legislativos resultan insuficientes.
Delfina Gómez, con un gabinete paritario
Al arranque de su campaña, Delfina Gómez presentó el plan de gobierno que implementaría en caso de ganar las elecciones. Prometió que mejoraría las medidas de seguridad y prevención de violencia contra las mujeres, además de poner énfasis en la reparación del daño.
También, la morenista aseguró que contaría con un gabinete paritario. El miércoles pasado, Delfina Gómez presentó una parte de las funcionarias que la acompañarán: 9 mujeres entre los 17 nombramientos. En próximos días, dijo, presentará al resto de funcionarias para consolidar su promesa.
Otra de las medidas que la gobernadora ofreció durante su campaña fue precisamente proponer ante el Congreso del Estado de México un presupuesto con perspectiva de género, que deberá enviar a más tardar el 5 de diciembre.