El heredero cuestionado. Las causas judiciales que enfrenta el Opus Dei

Los demandantes acusan presiones indebidas y métodos abusivos de parte de miembros de esa orden para quedarse con la herencia de adultos mayores. La situación en Uruguay y Argentina, alerta sobre posibles irregularidades en el manejo de este grupo religioso
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El 16 de octubre de 2008 sonó el teléfono en la casa de María Elena Abazo en la Ciudad de Buenos Aires: su tío Francisco Noreiko, de 81 años, había volcado su camioneta mientras conducía por la ruta 11 desde su casa en la ciudad de Salta a su finca en La Caldera. Cuando recibieron la noticia, ya habían pasado quince días desde el accidente, el hombre estaba parapléjico e inmovilizado por las fracturas en la columna y no podía hablar.

Ni María Elena ni su madre, Yanina Norekaite -hermana del accidentado-, conocían al hombre que les dio la noticia: se presentó como un amigo, dijo llamarse Alfredo Montanaro y contó que había sido testigo del accidente. Lo que no dijo fue que mientras permanecía internado en el hospital y pocos días antes de fallecer, Noreiko había firmado un poder amplio para el manejo de todas sus cuentas y bienes a nombre de dos miembros del Opus Dei, Matías Amat Lacroix y Mariano Busaniche Iturraspe, ni que se habían donado sus seis inmuebles y tierras a la Asociación Cultural del Norte (ACN), una asociación civil ligada al Opus Dei.

El escribano, Carlos A. Baldi, que confeccionó el poder y las actas de donación, declaró luego que el poder se entregó “con estampado del Sr. Noreiko de su dígito pulgar derecho y la firma de personas que estaban en el Hospital como testigos (…) No sé si el firmante a ruego o uno de los testigos le levantó la mano y se puso en las hojas de la escritura, no recuerdo puntualmente, pero uno de ellos fue”.

“Así empezó la pesadilla de nuestra familia contra el Opus Dei, que ya lleva más de once años”, dijo Sebastián Rizzo, sobrino nieto de Noreiko, para este reportaje, publicado por Revista Anfibia, en alianza con la plataforma latinoamericana de periodismo CONNECTAS.

Desde 2009 la familia emprendió una batalla judicial pidiendo la “Nulidad” de las actas de donación y la investigación de un posible fraude. Escribieron una carta con el detalle de los hechos que entregaron en la sede principal del Opus Dei en la Argentina y que también le hicieron llegar al actual papa Jorge Mario Bergoglio cuando era cardenal de la Ciudad de Buenos Aires. En esta denunciaban sus sospechas sobre el Opus Dei.

Además de las personas involucradas en la firma de los documentos, su querella es también contra la Prelatura de la Santa Cruz y el Opus Dei y el arzobispo salteño Monseñor Mario Cargnello, “que debe responder por el Opus Dei, una de sus organizaciones, lo mismo que por los actos de sus integrantes”, dice el abogado de la familia, José Fernando Chamorro, quien lleva 11 de sus 79 años con este expediente.

Desde la Asociación Cultural del Norte no dan explicaciones. El numerario Matías Amat Lacroix contesta el teléfono en la organización pero dice que no quiere hablar de la causa, que todo pasó hace mucho tiempo y que es el abogado Carlos Cornejo el que sabe. Este no atiende los llamados ni responde los mensajes.

Desde la justicia salteña nadie quiere hablar del caso, pero confirman que es una causa plagada de incidentes. “Esta causa tiene todas las pruebas que se necesitan y todas las trabas que te puedas imaginar: no se presentaron a declarar, después se negaron a declarar y tres veces que debían declarar se cortó la luz, se perdieron partes del expediente una y otra vez y la cambiaron de juzgado tres veces”, dice Chamorro.

Un caso similar enfrenta al Opus con los sobrinos de una mujer millonaria. Maria Luisa Gianoli, tiene 85 años, ningún hijo y un patrimonio declarado en unos 20 millones de dólares, pero estimado en cinco veces más: unos 100.

Tuvo varias internaciones psiquiátricas y lleva al menos una década encerrada en una clínica especializada en Montevideo, por deterioro cognitivo y, cuando muera, la mayor parte de su fortuna irá a la Asociación Cultural y Técnica, una de las principales asociaciones civiles ligadas al Opus Dei en Uruguay.

Ahora un grupo de sobrinos de María Luisa, los Gatica Gianoli, encabezan un reclamo contra su tía Elina Gianoli, numeraria del Opus Dei a quien acusan ante la justicia uruguaya de manipular a su hermana, incapacitada por su condición mental, para que le heredara su fortuna a la orden.

Los sobrinos aseguran que su madre, Carmen Gianoli (ya fallecida), debería haber recibido parte de la fortuna familiar que empezó a gestar el abuelo Cirilo Gianoli hace un siglo en Chile, donde fundó la compañía Molibdenos y Metales (Molymet), la principal procesadora de molibdeno del mundo hasta hoy.

“El Opus Dei fue parte de nuestra vida desde que nacimos”, cuenta Felipe Gatica Gianoli, uno de los más jóvenes de los sobrinos que reclaman su herencia. Nuestra casa de Santiago, en la que crecimos, fue la primera casa de mujeres de la Obra en Chile, porque nuestra abuela inició la rama femenina del Opus ahí y también después en Montevideo”.

“La tía María Luisa siempre estuvo enferma. Y cuando murió nuestra abuela, que era la que la cuidaba, la tía Elina fue la que se hizo cargo de todo y manejó su patrimonio. Todos sabíamos de su incapacidad, así consta en la historia clínica de ella”, agrega Tomás Gatica Gianoli, otro de los hermanos.

En 2009, Elina y sus otro hermanos solicitaron la incapacidad de María Luisa Gianoli, con diagnóstico de psicosis de tipo esquizofrénica desde su juventud, y Elina fue nombrada su curadora en 2010.

En 2016, tras la publicación de la segunda edición del libro El imperio del Opus Dei en Chile, de la periodista chilena María Olivia Monckëberg, los sobrinos supieron que el dinero de la familia no sólo era mucho más, sino que el rompecabezas de empresas y movimientos estaba atravesado por miembros del Opus Dei en Chile y Uruguay y que buena parte del dinero ya había ido a parar a la Obra en distintos actos de beneficencia.

Los sobrinos reclaman que al menos ocho de las más de 14 donaciones millonarias que hizo María Luisa Gianoli en los últimos años a instituciones asociadas al Opus Dei las hizo mientras estaba internada en una institución psiquiátrica.

En diciembre de 2017 la justicia uruguaya removió del cargo a Elina y nombró un curador interino que está revisando todas las cuentas de María Luisa para reconstituir su patrimonio real. Sin embargo, el proceso por la definición de la herencia sigue andando (si quiere conocer más de esta historia ingrese acá).

En 2019, los hermanos Gatica Gianoli consiguieron una audiencia con el Opus Dei. Los recibió el sacerdote Fabricio Melchiori, vicario delegado para Buenos Aires. Fueron con los abogados.

“Este es un tema familiar. El Opus Dei no se hace responsable de lo que hacen sus miembros”, les respondió Melchiori. Lo mismo que le dijeron a la familia de Francisco Noreiko.

Aunque son los únicos procesos judiciales, no son los únicos casos en que se cuestiona la forma en que instituciones del Opus Dei termina heredando patrimonios.

Gustavo, un exnumerario que hoy es un reconocido abogado en Buenos Aires, relata que “había un sacerdote que identificaba a personas mayores con plata y sin herederos entre los cooperadores y en especial cooperadoras. Y entonces nos mandaban a visitarlas y tomar el té. Las acompañábamos en su vejez y las convencíamos de que lo mejor era dejarle a la Iglesia sus propiedades”.

Gustavo es uno de los autores del documento Aspectos Críticos de la praxis del Opus Dei que firmó una decena de ex numerarios argentinos en 2014 y que entregaron a las más altas autoridades de la Iglesia en Buenos Aires y también al papa Francisco.

También abundan los testimonios de exnumerarios que afirman que, apenas entran al Opus, se les hace firmar un testamento a favor de alguna asociación de la Obra.

Lucrecia, que pidió ser identificada con un seudónimo para este reportaje, relata que la presionaron para dejarle su terreno familiar a la obra. “Me decían: “Si vos te casás, ¿no le dejarías tu herencia a tu marido y a tus hijos? Ahora tu familia es la Obra”. (lea su historia).

Testimonio similar entrega, también bajo reserva de identidad, María Cecilia, quien recuerda que la hicieron escribir y firmar cuando se hizo numeraria a los 21 años, un documento con la siguiente frase: “Instituyo heredero universal sin limitación de ningún género a la Asociación para el Fomento de la Cultura”.

Si le interesa conocer a profundidad más historias similares de estas polémicas que rondan al Opus Dei vea la investigación acá.

Para esta investigación se buscó en varias ocasiones al Opus Dei para su testimonio sobre estas las causas judiciales, pero se negaron a una entrevista.

Este reportaje fue realizado por Paula Bistangino, con la colaboración de Julián Maradeo, para Revista Anfibiaen alianza con CONNECTAS.

 

FUENTE: Aristegui Noticias

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