El Lila de los Recuerdos

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Por: Patricia Calvillo
Periodista

Recuerdo que era feliz, el brillo de tus ojos, la sonrisa de mi madre, las tardes de verano con mis amigos jugando en la calle, el miedo que me daba caer de la bicicleta, el olor de la cocina de mi abuela, las tareas que me encargaban en la escuela, las vacaciones familiares, la sonrisa de aquel chico que me gustaba, el bullying que me hacían en la escuela y que no podía sortear, el dolor que me causaban los apodos de mis compañeros, el olor a México. A esto y más nos remontaron las coreografías que trajeron los bailarines de la edición número 44 del Festival Internacional de Danza Contemporánea “Lila López”.

Vaya que sorprendieron los chicos de la compañía César Brodermann + Performers que presentaron “Ningún lugar a dónde ir”, porque con sus movimientos nos trasladaron hacia lugares inhóspitos, quizás a los que nuestra propia mente ya había olvidado.

Los originarios de la Ciudad de México, dirigidos por César Brodermann nos mostraron un programa lleno de creatividad, fuerza, trabajo estético, de mucho talento; hicieron al público del Teatro de la Paz que se acordara de sus vivencias, de los pasajes que echan al baúl del olvido.

Como pocos, tomaron en cuenta a las audiencias, hicieron parte de su proyecto a los asistentes, los convocaron a subir al escenario, a conocer de cerca la danza, pareciera que no sólo querían mostrar al espectador su danza, sino que también lo motivaron a mirar de cerca este arte corporal. Muchos potosinos fueron invitados a subir y fueron parte de la coreografía, los acercaron a la danza. Fueron uno más de la compañía, cumplieron el sueño, quizás de muchos de los que aman este tipo de expresiones.

Una de las características que tiene el Festival Internacional de Danza Contemporánea Lila López, es que se preocupa por el público, por aquellos que se apasionan de este bello arte. En esta ocasión, la compañía que actualmente recibe apoyo del Programa Fomento a Proyectos y Coinversiones Culturales, invitó al público a que también subieran al escenario para que colocaran una serie de letreros con los recuerdos más profundos de cualquiera y de todos.

La nostalgia invadió este escenario, porque todos se acordaron de la más linda niñez, de la desafiante pubertad, de la escalofriante vejez, de la cálida muerte y de muchas historias que hoy tienen voz y nombre a través de los recuerdos del Lila López.

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