El mito de las alternativas saludables al tabaco: los cigarrillos electrónicos también son perjudiciales

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Pese a que los expertos advierten del riesgo de los vapeadores y las pipas de agua como puerta de entrada a la adicción a la nicotina, más del 40% de los adolescentes españoles ya los ha probado.

El País.- Un episodio de estrés, el año pasado, hizo que Alberto Verdejo, de 27 años, recayera en su adicción al tabaco después de un año sin probarlo. Hace cuatro meses comenzó a utilizar cigarrillos electrónicos con nicotina de manera asidua para reducir su consumo, aunque no confiaba mucho en el mito de los vapeadores como alternativa saludable al tabaco. Primero usó pods desechables, dispositivos pequeños (más o menos del tamaño de un dedo). Ofrecen entre 400 y 600 caladas y, en general, los precios oscilan de seis a diez euros. Cuando se acaba, se tira a la basura y se compra otro. Después se pasó a los recargables: “Son más baratos”, aclara. Estos son más grandes y llevan un depósito que se rellena con un líquido que se adquiere en tiendas especializadas, estancos o en internet. Ambos se pueden utilizar con y sin nicotina.

Esteve Fernández, director del Instituto Catalán de Oncología (ICO) y Carlos Rábade, Coordinador del área de tabaquismo de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ), afirman que, tanto el cigarrillo electrónico como las pipas de agua o shishas no son “alternativas saludables” al tabaco tradicional. Al contrario, en muchos casos se trata de puertas de entrada para los adolescentes hacia la adicción a la nicotina. Esta es una cuestión que preocupa especialmente en el área de tabaquismo de Separ, sobre todo su consumo por parte de los jóvenes, que los ven como dispositivos inocuos. Rábade apunta que la nicotina tarda 10 segundos en llegar al cerebro y en el caso de los adolescentes es más probable que aparezca una dependencia.

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