Expansión.- Durante el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador se construyeron más universidades que en los tres sexenios anteriores. Con 218 nuevas escuelas públicas, la apuesta en este sexenio fue ampliar el acceso a la educación superior, un plan que Claudia Sheinbaum, la virtual primera presidenta de México, continuará durante su administración (2024-2030).
Para especialistas en educación, contar con más universidades públicas es importante y un paso necesario porque el país tiene una de las coberturas más bajas en educación superior del continente. Sin embargo, subrayan que no basta con esta acción. También es necesario garantizar que las nuevas escuelas cumplan con criterios de calidad y con el financiamiento adecuado.
Cuando fui Jefa de Gobierno creamos la Universidad Rosario Castellanos y la de la Salud. Hoy 50 mil jóvenes estudian en estas universidades. Las vamos a llevar a todo el país. Mi compromiso es con las y los jóvenes y con la educación como un derecho. Vota este 2 de junio. pic.twitter.com/FP0MZUUF86
— Dra. Claudia Sheinbaum (@Claudiashein) May 18, 2024
Sin embargo, Marcela Gómez, académica del Instituto de Investigación, Innovación y Estudios de Posgrado para la Educación del Estado de Nuevo León, considera que nuevas universidades son necesarias todavía ante la baja cobertura.
“Son bienvenidas porque México carece todavía de una oferta que pueda atender las necesidades de todos los jóvenes que egresan de la educación media superior”, explica.
Seguir el modelo
Ante las problemáticas de las Universidades para el Bienestar, la especialista sostiene que continuar con este modelo representaría un riesgo y no sería la solución para mejorar la educación superior en México.
De acuerdo con Maldonado, estas universidades, que se han presentado como una alternativa para las personas que históricamente han sido excluidas de la educación superior, no han cumplido con este fin.
En lugar de ofrecerles una formación de calidad para desarrollarse de manera plena, personal, académica y profesionalmente, les ofrecen una educación deficiente, limitada y estigmatizada, con el único horizonte de mantenerse en sus comunidades”,
La doctora Marcela Gómez agrega que es necesario que estas escuelas permitan a sus egresados incorporarse al mercado laboral.
Destaca que, si se cumplieran todos los criterios establecidos en el papel para la construcción de una universidad para el Bienestar, sería un proyecto admirable, pues estos plantean que se debe considerar a las pequeñas comunidades, sin otra oferta de educación superior y los niveles de marginación, violencia y marginación de las regiones.
“Nuestra Constitución nos dice que la educación es un derecho, y ahí el derecho es una educación de excelencia, pero también con esa capacidad de inclusión y sobre todo de equidad”, detalla.
La Universidad Rosario Castellanos, que por ahora solo existe en la Ciudad de México, también tiene como propósito ofrecer programas académicos a la población con menos recursos económicos y con mejor oferta que las del Bienestar, apunta Gómez.
Vamos a hacer más preparatorias, fortaleceremos las universidades Benito Juárez y haremos nacionales la Universidad Rosario Castellanos y la Universidad de la Salud que creamos en la Ciudad de México. Vamos a ampliar la matrícula de educación media superior, en al menos 300 mil… pic.twitter.com/dKsvAWpLZs
— Dra. Claudia Sheinbaum (@Claudiashein) April 18, 2024
Para ella, un motivo de confianza es que ese modelo lo lideró Rosaura Ruiz, exsecretaria de Educación de la Ciudad de México y próxima titular de la nueva Secretaría de Ciencia, Innovación y Tecnología.
Es una persona reconocida en el ámbito académico, no nada más como profesora, sino también como investigadora. De tal manera que, muy probablemente, lo primero que va a realizar va a ser la malla curricular”,
Una política educativa superior
Maldonado considera que en el próximo sexenio se deberían inventar nuevos subsistemas de educación superior y fortalecer los ya existentes, desde las universidades tecnológicas y politécnicas, las interculturales y los institutos, hasta las escuelas normales.
Las expertas señalan que es necesaria una evaluación independiente a las Universidades para el Bienestar, sobre su situación actual y la demanda que cubren y no olvidar a las escuelas superiores ya existentes, como las Universidades Interculturales.
“La próxima presidenta de México deberá tomar una decisión responsable sobre las Universidades para el Bienestar”, resalta Maldonado en el libro Propuestas y reflexiones sobre políticas públicas.
De lo contrario, afirma, resultará más costoso para el gobierno continuar financiando un proyecto educativo que no abona en mejorar la educación superior ni cumple sus metas originales.
“Es momento de ofrecer la mejor educación posible a esa cantidad importante de jóvenes que han sido excluidos o expulsados de la educación superior. Pero se les debe ofrecer una educación que les ofrezca herramientas y habilidades que les permita mejorar sus condiciones de vida y que forme a las personas y a los ciudadanos que necesita el país”.