“El puente de Londres ha caído…” será la frase que escuchará el presidente del gobierno Reino Unido, Boris Johnson, y con ello, se activará el plan de emergencia para despedir a la reina Isabel II: la Operación Puente Londres (London Bridge).
Casi de forma inmediata, desde el Centro de Respuesta Global del Ministerio de Exteriores británico se deberá informar sobre el deceso a los gobernantes de los países donde aún tiene poder la reina.
Este protocolo se ha ensayado por décadas; utiliza códigos y palabras clave para comunicarse. Estas se ha ido actualizando con el paso de los años, y en el caso del actual, debido a algunas filtraciones a mediados de la década pasada, se ha informado con mayor claridad a raíz.
La reina Isabel, de 95 años de edad, hoy anunció que cancelaría sus eventos públicos virtuales al presentar sintomatología por el contagio de covid-19, anunciado el pasado fin de semana. Esto normalmente prende las alertas en el mundo.
El protocolo de la corona británica No es la primera vez que el circulo en torno a la corona británica pone atención a la salud de la reina; en 2018 tuvo una recaída que provocó darle mayor vigilancia. “London Bridge” (Puente de Londres), el plan de actuación en caso de muerte de la reina que las autoridades británicas tienen preparado desde años, está en “permanente” actualización.
Se declararán diez días de luto, entre los cuales el ataúd se pondrá en el Palacio de Westminster para que la gente muestre su respeto. El último día, se realizará el funeral en la Abadía de Westminster y se trasladará el cuerpo de Isabel II al Palacio de Windsor, donde será enterrada en la cripta real.
En 2018 se determinó que el nuevo rey Carlos de Inglaterra, primero en la línea de sucesión, visitará Escocia y Gales poco después de la muerte de Isabel II para “mostrar que son una parte integral de su reino”.
Con Información de Milenio