Más allá de Yucatán, Jalisco y Guanajuato, la mayoría de las entidades que tienen elecciones en 2024 ha tenido un retroceso en su recaudación fiscal en términos reales y la deuda tomó protagonismo.
Expansión.- El “camino fácil de la deuda”, antes que el aprovechamiento de las facultades recaudatorias, es el que seguirán tomando los nuevos gobiernos estatales que se elegirán este año en México, independientemente del partido político que resulte ganador.
Chiapas, Guanajuato, Jalisco, Morelos, Puebla, Tabasco, Veracruz y Yucatán, así como la Ciudad de México, cambian de gobierno y dejan tras de sí desempeños diversos en términos recaudatorios y de deuda.
¿Qué estados recaudaron mejor en el sexenio?
Mientras algunos como Yucatán, Jalisco y Guanajuato muestran un crecimiento significativo en la recaudación de impuestos, otros como Chiapas, Puebla y Ciudad de México han visto una disminución en términos reales, explica Diego Díaz, experto del Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco).
“Yucatán ha estado creciendo mucho, su economía ha estado atrayendo muchísima inversión tanto nacional como internacional, y sobre todo también en temas de bienes raíces, de infraestructura, comercio y servicios, esto permite que aumente tu recaudación”, explica, por su parte, Marco Cancino, especialista en finanzas públicas y consultor de políticas públicas.
Pero el aumento de la demanda de bienes y servicios en las entidades y la baja recaudación en general están dejando poco margen de maniobra, por lo cual se recurre al endeudamiento.
Las condiciones que llevan a la deuda
El problema es de todas las entidades, pues el 84% de sus ingresos provienen de las transferencias del gasto federalizado. No obstante, en lugar de enfrentar el problema con el mejoramiento de sus facultades recaudatorias, la salida ha sido la deuda.
Un ejemplo es lo que pasó con el Fondo de Estabilización de los Ingresos de las Entidades Federativas, un fideicomiso que se debería alimentar con recursos excedentes pero que, en cambio, ha sido potenciado con deuda, explica Emilio Sánchez, experto en finanzas públicas subnacionales del Centro de Investigación y Estudios Presupuestarios (CIEP).
“Al final de cuentas estamos hablando de un fondo de ahorro que se está alimentando con deuda”. Sánchez señala que 2023 tuvo menos ingresos que los esperados en el presupuesto federal aprobado en 2022 y que, si de por sí dicho fondo ya estaba mermado, fue potenciado con deuda.
¿Es sostenible la deuda?
“La deuda siempre es una salida fácil a la que muchos gobiernos terminan por recurrir por la facilidad que hay para endeudarse antes que hacer recortes al gasto o antes que hacer ajustes a las tasas de impuestos o a crear nuevos, pues son un tema complicado por cuestiones electorales”, apunta Diego Díaz, del Imco.
Todavía no hay focos rojos, acepta el experto. De hecho, la deuda subnacional, como porcentaje de los ingresos totales, ha disminuido hasta 25.3%, al primer trimestre de 2023, desde 30.2% de 2018.
Pero sí hay algunos estados que podrían verse en problemas muy pronto. “Veracruz tiene un nivel de deuda como porcentaje de sus ingresos de libre disposición de casi 70%, y bueno, te contrasta con entidades como Chiapas, que andan en 36% o Ciudad de México, con 45%”.
El problema, además, según Marco Cancino, es que las entidades recurren a las calificadoras para colocar bonos de deuda en el mercado bursátil. Lo cual plantea un problema: las calificadoras son juez y parte.
Por un lado, evalúan la solvencia crediticia de diferentes entidades, como empresas o gobiernos, emitiendo calificaciones sobre la capacidad de pago de sus deudas. Por el otro, algunas de estas calificadoras también ofrecen servicios de asesoramiento financiero o participan en la colocación de bonos y otros instrumentos financieros.
Además, considera que “una deuda, si se utiliza muy bien, puede ser un detonador de crecimiento en el largo plazo”, pero esto no pasa si la deuda se usa para el gasto corriente, pago de nómina o gastos de corto plazo
¿Qué hacer?
Los expertos coinciden en que los gobiernos estatales y municipales tienen facultades recaudatorias que deberían explotar mejor.
La tenencia y el predial
Para ello, se sugiere modernizar los catastros, actualizar las tasas de impuestos y cobrar 100% la tenencia de vehículos.
Ya que, sobre todo en periodos electorales, la mayoría de los gobiernos subsidian la tenencia. Solo entre cinco o siete entidades cobran con un subsidio menor a 100%, explica el especialista del CIEP.
Estos impuestos, además, son de los pocos impuestos progresivos que hay y que podrían contribuir a la disminución de la desigualdad, explica Alexandra Haas, directora de Oxfam en México.
Pero falta coordinación fiscal
En el caso del predial, se sugiere una coordinación de los tres niveles de gobierno para que los municipios tengan suficiente capacidad técnica y administrativa para actualizar catastros y cobrar tasas actualizadas.
“Hay mucho espacio para la coordinación fiscal, la cooperación y la colaboración. Y para que algunos grupos, como el empresariado, se puedan ver beneficiados con inversiones en infraestructura”, señala Haas. Prueba de ello, señala, es la falta de inversión en infraestructura hidráulica y recuerda que gran parte del cobro por la distribución del agua recae en los gobiernos locales.
Servicio profesional de carrera
El CIEP también propone incentivar la permanencia de funcionarios especializados técnicamente en labores de recaudación fiscal, para que sus funciones y las políticas públicas no dependan de los ciclos electorales.
Diego Díaz, desde el Imco, propone incentivar la formalización de la economía, ampliar la base impositiva, crear incentivos de cumplimiento fiscal, pero al mismo tiempo que se debe proveer a los emprendedores locales de los servicios públicos más básicos.
Nuevos impuestos e incentivos
Además, señala nuevas y potenciales fuentes de ingresos:
Economía digital
Industria del entretenimiento
Turismo
Impuestos medioambientales
Explotación de recursos naturales
Marco Cancino añade que podrían implementarse incentivos cuyo costo sería menor al beneficio. Por ejemplo, deducibilidad de gastos como seguros de gastos médicos, de autos y de consumo en restaurantes. Ya que al incentivar el consumo y las cadenas productivas, redundarían en una recaudación más grande.