Enrique Tarrio, de los Proud Boys, sentenciado a 22 años de cárcel por asalto al Capitolio de EU

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Tarrio, de 39 años, pidió clemencia antes de que el juez dictara una sentencia que supera los 18 años impuestos al exfundador de los Oath Keepers, Stewart Rhodes, y a quien alguna vez fue líder de los Proud Boys, Ethan Nordean, por conspiración sediciosa y otros cargos relacionados.

Proceso.- El exlíder de los Proud Boys Enrique Tarrio fue condenado el martes a 22 años de prisión por orquestar el ataque de su grupo ultraderechista contra el Capitolio de Estados Unidos en un intento fallido de impedir el traspaso del poder presidencial después de que Donald Trump perdió las elecciones de 2020, poniéndole fin al caso con la sentencia más prolongada que se haya dictado a la fecha con relación a la insurrección.

Tarrio, de 39 años, pidió clemencia antes de que el juez dictara una sentencia que supera los 18 años impuestos al exfundador de los Oath Keepers, Stewart Rhodes, y a quien alguna vez fue líder de los Proud Boys, Ethan Nordean, por conspiración sediciosa y otros cargos relacionados con el ataque del 6 de enero de 2021.

Tarrio, quien fue líder del grupo neofascista a medida que se convirtió en una potencia entre los círculos republicanos, agachó la mirada después de que se le dictó sentencia y posteriormente cuadró los hombros. Levantó la mano e hizo un gesto de “V” con los dedos mientras se le escoltaba fuera del tribunal.

Su sentencia se produce mientras el Departamento de Justicia se prepara para llevar a Trump a juicio en el mismo tribunal de Washington por acusaciones de que el entonces presidente maquinó planes para aferrarse ilegalmente a un poder que sabía que le había sido arrebatado por los votantes.

Levantándose para hablar antes de que se dictara la sentencia, Tarrio se refirió al 6 de enero como una “vergüenza nacional” y pidió disculpas a los agentes de policía que defendieron el Capitolio y a los legisladores que huyeron despavoridos. Se le quebró la voz cuando expresó su remordimiento por haber defraudado a su familia y prometió que ya ha dejado la política.

“No soy un fanático de la política. Hacer daño o cambiar los resultados de las elecciones no era mi objetivo”, afirmó Tarrio.

“Por favor, tengan piedad de mí”, dijo, y añadió: “Les pido que no me quiten mis cuarenta y tantos años”.

El juez federal Timothy Kelly, quien fue nombrado por Trump, dijo que Tarrio estaba motivado por un “afán revolucionario” para encabezar la conspiración que resultó en “200 hombres, listos para la batalla, rodeando el Capitolio”. Haciendo notar que anteriormente Tarrio no había mostrado remordimiento público por sus acciones, el juez manifestó que era necesario imponer una sentencia dura para disuadir futuros actos de violencia política.

“Esto no puede volver a ocurrir. No puede suceder de nuevo”, repitió el juez.

Tarrio y tres lugartenientes fueron declarados culpables en mayo de conspiración sediciosa y otros delitos luego de varios meses de juicio que sirvieron como un vívido recordatorio del violento caos avivado por las mentiras de Trump sobre las elecciones, las cuales ayudaron a inspirar a grupos de extrema derecha como los Proud Boys y los Oath Keepers.

Los fiscales habían pedido 33 años tras las rejas para Tarrio, a quien describieron como el cabecilla de un complot para usar la violencia para hacer añicos la piedra angular de la democracia estadounidense y anular la victoria electoral de Joe Biden, un demócrata, sobre el entonces presidente Trump, un republicano.

El fiscal Conor Mulroe dijo al juez que los Proud Boys estuvieron peligrosamente cerca de tener éxito en sus planes, y destacó que “no se requerían de fusiles o explosivos”.

“Hubo una posibilidad muy real de que el 7 de enero despertáramos con una crisis constitucional”, dijo Mulroe. “Hubiera habido 300 millones de estadounidenses sin idea de quién sería su próximo presidente o cómo se decidiría”.

Tarrio no estaba en Washington D.C. cuando los miembros de los Proud Boys se unieron a miles de partidarios de Trump, quienes rompieron ventanas, golpearon a agentes de policía e irrumpieron en los recintos de la Cámara de Representantes y del Senado mientras los legisladores se reunían para certificar la victoria de Biden. Pero los fiscales dicen que el residente de Miami organizó y dirigió el asalto de los Proud Boys desde lejos, inspirando a los seguidores con su carisma y afición a la propaganda.

Los abogados de Tarrio negaron que los Proud Boys tuvieran un plan para atacar el Capitolio o detener la certificación del triunfo electoral de Biden. Argumentaron que la fiscalía usó a su cliente como chivo expiatorio de Trump, quien pronunció un discurso en la marcha “Detengan el Robo” cerca de la Casa Blanca el 6 de enero e instó a sus simpatizantes a “luchar con todo”.

La hermana menor de Tarrio, así como su prometida y su esposa, le suplicaron entre lágrimas al juez que fuera indulgente en su sentencia. Tarrio se retiró los anteojos y se limpió los ojos mientras escuchaba las palabras de su madre.

La defensa había pedido una sentencia máxima de 15 años tras las rejas, argumentando que su cliente no debería recibir una pena tan dura como la de Rhodes, quien sí estuvo presente en el Capitolio el 6 de enero.

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