España y toda Europa se preparan para una posible pandemia de gripe aviar

El continente refuerza su estrategia preventiva mientras aumentan los casos en animales y se intensifica la vigilancia internacional ante el temor de un salto definitivo al ser humano.
National Geographic.- Tras la experiencia reciente del COVID-19, cualquier indicio de amenaza sanitaria global activa alarmas que ya no pueden permitirse el lujo de sonar tarde. Esta vez, la preocupación se centra en la expansión inusual del virus de la gripe aviar H5N1, que ha dejado de limitarse a aves para infectar de forma creciente a mamíferos.
Si bien no existe evidencia de transmisión sostenida entre humanos, los sistemas de salud pública de la Unión Europea, y especialmente el Ministerio de Sanidad en España, se están preparando ante un eventual brote con potencial pandémico.
La noticia no es menor. Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés) ha reconocido la presencia del virus en explotaciones lecheras de varios estados del país, y ya ha confirmado varios casos en humanos, aunque de forma aislada y sin síntomas graves.
El aumento de la transmisión entre especies y la evolución del virus en entornos insospechados han provocado un cambio de actitud entre expertos epidemiológicos. La Comisión Europea ha comenzado a coordinar con los Estados miembros una respuesta anticipada: stock de vacunas, planes de comunicación y refuerzo de la vigilancia epidemiológica son algunas de las medidas ya en marcha.
La respuesta de España
España, por su parte, no ha querido esperar a que la amenaza tome cuerpo. Según ha adelantado el Ministerio de Sanidad, ya se están ultimando los procedimientos para activar una reserva estratégica de vacunas específicas contra el subtipo H5, destinadas inicialmente a profesionales expuestos como veterinarios, trabajadores agrícolas y personal sanitario.
El objetivo es doble: proteger a los primeros eslabones de la cadena de contacto y ganar tiempo en caso de que el virus mute hacia una forma más transmisible entre humanos. A esto se suman acciones preventivas en granjas avícolas, centros de investigación y laboratorios, siguiendo las directrices del Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC).
Mientras tanto, la comunidad científica observa la situación con cautela. En particular, el virólogo Antoni Trilla ha señalado en anteriores declaraciones que el comportamiento del H5N1 en mamíferos representa “un signo preocupante”, pero que aún no es momento de alarmarse, sino de anticiparse.
Esta anticipación incluye la posibilidad de adaptar vacunas existentes —como las del virus estacional— o incluso acelerar acuerdos con farmacéuticas para la fabricación de dosis específicas en caso de emergencia, tal como ocurrió con el COVID-19.
Sin casos humanos en Europa
Aunque en Europa aún no se han registrado casos humanos, el virus ha mostrado una capacidad creciente para adaptarse. Un estudio reciente demostró cómo ciertas variantes del H5N1 han adquirido mutaciones que les permiten replicarse eficazmente en pulmones de mamíferos, un paso clave para el salto interespecie.
El precedente estadounidense, donde el virus fue detectado en leche de vaca y luego en humanos, ha encendido las alarmas en Bruselas. Las autoridades comunitarias reconocen que, aunque el riesgo inmediato es bajo, su evolución no puede descartarse
Desde un punto de vista logístico, Europa también ha comenzado a revisar y actualizar sus mecanismos de respuesta rápida. La experiencia con la COVID-19 ha dejado cicatrices, pero también lecciones: la velocidad en la toma de decisiones, la coordinación transfronteriza y la inversión en vigilancia genómica serán claves para contener una eventual propagación.
En este contexto, se han retomado simulacros de respuesta ante epidemias y se ha reforzado la red europea de laboratorios de alta seguridad, que juegan un papel central en la identificación de mutaciones peligrosas.
La situación actual no es de emergencia, pero sí de prealerta estratégica. Se trata, según expertos, de una carrera contra el tiempo donde la ciencia, la política y la conciencia social deberán ir de la mano. El recuerdo de los confinamientos, del colapso hospitalario y de las decisiones a contrarreloj aún está demasiado fresco como para ignorar esta nueva advertencia de la naturaleza.