AP.- Los contagios de COVID-19 están creciendo en todo México, sobre todo en los estados más poblados del país, pero de manera destacada en los favoritos de los turistas internacionales: Quintana Roo, en el Caribe, y Baja California Sur, en el noroeste, que han seguido abiertos a los viajeros sin ninguna restricción.
Según los datos del gobierno federal, ambas regiones se encuentran inmersas en la mayor ola de contagios desde que comenzó la pandemia, un aumento que coincide con el periodo navideño.
En el caso de Baja California Sur, donde está el destino de Los Cabos, el 29 de diciembre se superaron los 700 casos frente al máximo histórico de julio que no llegaba a los 580. En Quintana Roo, donde se localiza Cancún, se pasó de 27 casos el 20 de diciembre a 484 ocho días después aunque todavía no se alcanzó el máximo de 574 de agosto.
“Esta nueva variante (ómicron) es muy contagiosa, pero afortunadamente no está demandando de hospitalización ni tenemos casos de incremento de fallecimientos”, dijo el martes el presidente Andrés Manuel López Obrador.
México registró su peor momento de la pandemia hace un año, cuando los hospitales no daban abasto y los fallecimientos por COVID-19 superaban los 1.400 diarios aunque muchos más quedaban sin poder confirmarse con una prueba.
Sin embargo, el número de contagios fue mucho mayor en la oleada del verano, que tuvo su pico en agosto con más de 25.000 infectados en una sola jornada -ahora rondan los 10.000-.
En ningún momento el país cerró sus fronteras ni obligó a pruebas obligatorias de COVID a los turistas que llegaban por vía área aunque sí tenían que rellenar un cuestionario de salud y en muchos aeropuertos y puntos de entrada había personal para toma de temperatura. Las únicas restricciones fueron vía terrestre en la frontera con Estados Unidos que sí quedó cerrada a viajes no esenciales hasta el pasado noviembre.
Ahora, según dijo el secretario de Salud, Jorge Alcocer, los últimos estudios parecen apuntar a que, aunque haya nuevas variantes del coronavirus, gracias al efecto de las vacunas el virus podría empezar a aletargarse hasta tener efectos similares a los de un resfriado común. No obstante, subrayó, eso de momento es solo una hipótesis.
El 88% de los adultos mexicanos está vacunado y la tercera dosis ya se inició en ancianos, personal sanitario y comenzará en los próximos días en maestros.
“No estamos tan preocupados como antes porque la mayoría de la gente está vacunada”, comentó Arturo González Ledesma, de la subdirección médica del Hospital Ajusco Medio, un centro público del sur de la capital que se especializó en atender COVID-19 desde el inicio de la pandemia. “Sólo a los no vacunados se le ve cara de terror”, agregó. Pero subrayó que “hay que ser muy prudentes… no hay que decir que vamos a salir ya”.
El aumento de los contagios ha hecho que una decena de estados, de los 32 del país, retrasen la vuelta presencial a la escuela, un retorno a clases que oficialmente inició el lunes pero que en Quintana Roo y Baja California Sur, por ejemplo, no será hasta el 17 de enero.
Muchas regiones están también incrementado su nivel de pruebas, como la Ciudad de México, que el martes anunció en un comunicado la ampliación de horarios para test en más de un centenar de centros de salud, así como la realización de pruebas en kioscos especiales y en centros comerciales para duplicar su número y poder llegar a las 23.400 diarias.
Ciudad de México, el Estado de México -donde se encuentran muchos de los suburbios capitalinos-, o los estados donde se ubican las otras dos ciudades más grandes del país, Guadajalara (capital de Jalisco) y Monterrey (en el norteño estado de Nuevo León) son algunas de las zonas con casos al alza.
México se acerca ya a los 4 millones de contagios y a las casi 300.000 muertes confirmadas por una prueba aunque la cifra de fallecidos vinculados al COVID-19 ronda los 450.000, según cifras oficiales.