Sopitas.- Por eso, hoy te hablaremos del primer estadio que fue construido en la Ciudad de México.
Fue conocido como el Estadio Nacional de México, y a pesar de la importancia histórica y arquitectónica que tuvo, hoy pocos saben de su existencia.
De centro cultural al primer estadio de la ciudad
El recorrido por la historia de este legendario inmueble comienza hace un siglo. A principios de la década de 1920, el país iba saliendo de la Revolución Mexicana y las instituciones del estado buscaban cumplir con los ideales que habían sido impulsados por esa lucha armada. La Secretaría de Educación Pública (SEP), por ejemplo, inició una campaña masiva de alfabetización y emprendió la remodelación y construcción de espacios dedicados a la cultura y la educación.
Uno de los proyectos de esta dependencia fue la construcción en 1922 de una escuela de estilo neocolonial, del arquitecto Carlos Obregón Santacilia, en un predio cedido de la colonia Roma donde antiguamente se encontraba el panteón municipal de La Piedad (sí, acá sí se cumplió eso de: esta escuela está construida sobre un cementerio).
Un año después, en estos terrenos, ubicados en la confluencia que actualmente forman las calles Yucatán, Jalapa y Orizaba, también se comenzó a edificar el Estadio Nacional. La obra corrió a cargo del arquitecto José Villagrán García, y del ingeniero Fernando Méndez, como autor del proyecto.
Más allá de un escenario deportivo, José Vasconcelos, primer secretario de Educación Pública del país, pensó en este inmueble como un espacio al aire libre donde pudieran presentarse tablas gimnásticas, obras de teatro o bailables, de hecho, durante la construcción se puso más atención en temas como la acústica en el escenario, que en los estándares vigentes para la práctica deportiva.
¿Cómo era el Estadio Nacional?
El Estadio Nacional de México fue inaugurado por el presidente Álvaro Obregón la tarde del 5 de mayo de 1924, en un evento cívico escolar en el que participaron los colegios de la ciudad.
Se trataba de un recinto imponente, construido con hierro y mampostería, con un frente recubierto de cantera. Tenía una capacidad para 30 mil espectadores (aunque el día de su apertura llegó a tener el doble de asistentes). El diseño hemiciclico de su gradería, con la parte posterior abierta, se asemejaba a una letra ‘U’ y estaba inspirado en los antiguos estadios griegos, rompiendo así con el estilo neocolonial que por años había estado presente en la arquitectura nacional. Además contaba con pista de atletismo y en su parte abierta se conectaba a campos de futbol y béisbol.
Aunque originalmente en el interior se había contemplado la construcción de un estanque para natación, vestidores y un departamento para los atletas, estos elementos se descartando conforme la obra avanzaba.
En el exterior del estadio se colocaron las esculturas alegóricas a la “Voluntad y la Vivencia”, de Diego Rivera.
El costo total de este proyecto fue de alrededor de 1 millón de pesos, convirtiéndose en una de las obras más costosas de José Vasconcelos. De acuerdo al periodista Rubén Gallo, gran parte de este dinero habría sido donado por trabajadores de la SEP.
Hubo un momento, por allá de la década de 1930, en la que en unos cuantos metros había tres recintos deportivos: El Parque Delta, para la práctica del béisbol; el Parque Necaxa, para el futbol; y el Estadio Nacional de México.
Un inmueble multiusos
Como ya mencionamos, el primer estadio de la Ciudad de México fue planeado para albergar desde exhibiciones escolares y culturales, hasta eventos deportivos, principalmente de atletismo y futbol americano.
No obstante, el evento más importante que albergó fue la inauguración y clausura, así como las pruebas de atletismo de la primera edición de los Juegos Centroamericanos y del Caribe, que es considerado el primer evento deportivo internacional organizado en nuestro país.
Adicionalmente, también fue sede de eventos políticos, como las tomas de posesión de los presidentes Plutarco Elías Calles, Pascual Ortiz Rubio y Lázaro Cárdenas del Río.
¿Y qué pasó con el Estadio Nacional?
Con el paso de los años, este estadio fue quedando en el abandono; por un lado, la ciudadanía dejó de hacerse presente en sus gradas, por el otro, el gobierno poco a poco dejó de darle mantenimiento y se olvidó de él.
Finalmente fue demolido en 1949, y tres años después, en ese mismo espacio se levantó el complejo habitacional Juárez, que terminaría severamente dañado tras el sismo de 1985.
En la actualidad es fácil ubicar este terreno, donde donde hoy se encuentran el Jardín Ramón López Velarde y el centro comercial Pabellón Cuauhtémoc.
Y tú, ¿sabías sobre la existencia del primer estadio de la Ciudad de México?
