Investigadores de la Universidad de Edimburgo desarrollaron un sistema que imita el funcionamiento de cinco órganos del cuerpo humano.
Hipoertextual.- Un grupo de científicos en Escocia desarrolló un nuevo dispositivo impreso en 3D para probar medicamentos. El invento podría acelerar el acceso de los pacientes a nuevos tratamientos y eliminaría la necesidad de realizar pruebas en animales.
PETA, la organización protectora de los derechos de los animales, estima que más de 100 millones mueren cada año por este tipo de testeos. Esto, solo contando los laboratorios de Estados Unidos. Ratones, ranas, perros, conejos, monos, peces y pájaros son usados para distintos experimentos. Desde pruebas de cosméticos hasta nuevos fármacos.
En el caso de medicamentos, muchas agencias reguladoras en el mundo exigen pruebas de toxicidad en animales antes de avanzar en humanos. Sin embargo, nueve de cada 10 medicamentos que entran en ensayos clínicos en humanos fracasan porque no son seguros o eficaces.
Los investigadores de la Universidad de Edimburgo han diseñado un innovador «body-on-chip» (cuerpo-en-chip) que podría cambiarlo todo. Es un pequeño dispositivo de cultivo de microfluidos, que recapitula las estructuras y funciones complejas de varios órganos humanos vivos. Sus creadores aseguran que es el primero de su tipo en el mundo.
El invento fue fabricado en plástico con una impresora 3D, con cinco compartimientos que replican el corazón, los pulmones, el riñón, el hígado y el cerebro. Están conectados por canales que imitan el sistema circulatorio humano y replica el flujo de un medicamento a través del cuerpo de un paciente.
Pruebas sin animales y medicamentos más efectivos
El aparato que permitiría realizar pruebas sin animales utiliza la tomografía por emisión de positrones (PET) para producir imágenes 3D. Este análisis ofrece detalles de cómo reaccionan los órganos artificiales a determinadas sustancias. «Nos permite ver dónde va un nuevo fármaco en el cuerpo y cuánto tiempo permanece allí, sin tener que usar un humano o un animal para probarlo», dijo Liam Carr, líder del equipo, a The Guardian.
Carr explicó que la plataforma es completamente flexible. Por lo tanto, puede ser una herramienta para investigar diversas enfermedades humanas. Entre ellas, el cáncer y las enfermedades cardiovasculares, neurodegenerativas o autoinmunes.
«Podríamos tener un modelo de enfermedad del hígado graso en el dispositivo y usarlo para ver cómo un hígado enfermo afecta a otros órganos como el corazón, el cerebro, los riñones, etc.», comentó el especialista. «Incluso, podríamos combinar múltiples modelos celulares enfermos para ver cómo las enfermedades pueden interferir entre sí».
Adriana Tavares, del Centro de Ciencias Cardiovasculares (CVS) de la Universidad de Edimburgo, resaltó que la clave está en la unión de cinco órganos en un solo dispositivo. Añadió: «Este dispositivo muestra un fuerte potencial para reducir el gran número de animales que se utilizan en todo el mundo para probar fármacos y otros compuestos», dijo.
Así, no solo se acabaría con los testeos basados en el maltrato animal. Un enfoque de pruebas de medicamentos sin animales reduciría significativamente el coste de producción de nuevos fármacos y aceleraría el acceso para los pacientes. En definitiva, los investigadores apuestan a que los modelos diseñados para replicar la biología humana siempre serán más acertados que los métodos basados en animales.