Familiares de desaparecidos en Cerritos contradicen al fiscal
Blakely Morales
La sospecha de los familiares de personas desaparecidas en el municipio de Cerritos, de la existencia de fosas clandestinas es tan fuerte, que las brigadas de búsqueda se han intensificado en los recientes meses; incluso, el pasado seis de enero, integrantes del Colectivo Voz y Dignidad, alcanzaron un acuerdo con la presidenta municipal María Leticia Vázquez Hernández, quien desde esta semana, apoya con elementos policiales y un vehículo, a las víctimas indirectas que salen a peinar los terrenos, entre espinas y matorrales.
Desde hace dos años, la crisis de desaparición de personas se ha venido agravando en la Zona Media de SLP, y particularmente en Cerritos, donde las activistas calculan que son más de ochenta los hombres y mujeres, principalmente jóvenes o en edades productivas, con hijos, quienes han sido raptados o extraídos de sus domicilios, y no se ha vuelto a saber de su paradero.
El drama encuentra su punto crítico, en las decenas de niños y niñas, que se enfrentan al desamparo, el abandono y la vulnerabilidad, al no saber nada de su padre o madre, mucho menos una explicación de por qué de su desaparición.
Lilia, quien busca a su hermano José Juan Torres Castilleja, y a su pareja Luis Javier Ramírez Hernández, desaparecidos desde marzo y junio del 2021 respectivamente; comenta que solo en el caso de José Juan existe un pequeño avance en las investigaciones por parte de la FGE, pero en ambos casos, los hombres de 33 años, dejaron en la incertidumbre a sus pequeños hijos:
“Los niños son los que se quedan sin el apoyo; a lo mejor está una parte que es la madre, pero sí llega a afectar en todos los aspectos, tanto en lo económico, lo físico, pero más en lo emocional, porque es una incertidumbre, y qué explicación das a los niños; no encuentras qué explicación darles, que a ellos les dé una explicación para la situación”.
Aunque de las más de 80 personas desaparecidas que contabilizan las víctimas y activistas, en Cerritos, la mayoría son hombres de entre 30 y 40 años, también se cuentan a decenas de mujeres desaparecidas; a María Acosta, por ejemplo, le hace falta una hermana, Margarita Acosta, quien está teniendo que dejar contra su voluntad, a tres niños, una de once, otro de nueve, y las más pequeña de seis años.
El pasado viernes 6 de enero, las hijas de Margarita y su pequeño hijo, ahora bajo resguardo de su tía, salieron a las calles por primera vez en sus cortas vidas, para protestar por la desaparición de su madre, en un pueblo donde las manifestaciones no son habituales
“Ellos (las niñas y el niño) se miran que están bien, pero realmente están tristes porque ella no está; se distraen porque están con mis niños o yo los saco, que a la plaza, o les compramos algo, pero no es igual a que cuando estaba ella, aparte ella es su mamá, yo nada más soy su tía”.
La semana pasada el fiscal general José Luis Ruiz Contreras, a raíz de la manifestación del viernes por integrantes del Colectivo Voz y Dignidad por los Nuestros, negó la existencia de fosas clandestinas en el municipio de Cerritos, pero la gente y las víctimas indirectas de desaparición, no piensan lo mismo; así lo comenta Perla, otra hermana de José Juan Torres Castilleja, desaparecido de junio del 2021, al comentar los fuertes rumores que se escuchan entre la población cerritense:
“Hay muchísimos comentarios donde dicen dónde los dejan, posiblemente fosas; te voy a ser muy sincera, son fosas; pero no hay un lugar específico que nos hayan dado a nosotros como colectivo”.
El clima de inseguridad y desconfianza es tal en Cerritos, que los familiares de personas desaparecidas, hablan de ellas en pasado; comentan que su intención es encontrarlos “como sea”, y en ese contexto cualquier escenario es posible pues los hechos confirman las sospechas.
Recientemente en diciembre del 2022, una fosa clandestina fue localizada en el vecino municipio de Guadalcázar, con los restos de cuatro personas, de las cuales según versiones del Colectivo, dos resultaron ser identificadas como César Eduardo Rodríguez Barrón y Edna Alejandra Sarreón Tristán, jóvenes, ella de 21 y él de 17, vistos por última vez el 17 de julio del 2022, en Cerritos San Luis Potosí, cuyos cuerpos ya fueron entregados a sus familiares, aunque la autoridad no lo informa.