Mientras recibía atención médica en una ambulancia, soldados israelíes lo detuvieron, manteniéndolo esposado y con los ojos vendados durante 24 horas.
Durante su arresto, se le negó acceso a tratamiento médico adecuado y no se le permitió comunicarse con su familia o abogados, lo que generó una ola de indignación y llamados a su liberación por parte de organizaciones defensoras de derechos humanos.
La comunidad internacional ha condenado el incremento de ataques por parte de colonos israelíes en Cisjordania, especialmente en aldeas palestinas como Susya.
En los últimos meses, se han registrado múltiples incidentes violentos que han resultado en desalojos forzados y destrucción de propiedades palestinas.
Organismos como las Naciones Unidas y Amnistía Internacional han denunciado la impunidad con la que operan estos grupos, bajo la protección de las fuerzas de seguridad israelíes.
La detención de Ballal se convirtió en un símbolo de la represión que enfrentan los palestinos en los territorios ocupados.
Su trabajo en “No Other Land”, documental que narra la vida bajo la ocupación israelí, ha sido ampliamente reconocido por visibilizar la difícil realidad que enfrenta su pueblo.
Su arresto generó protestas y una fuerte presión mediática que finalmente llevó a su liberación.
Mientras tanto, activistas y organizaciones continúan exigiendo responsabilidades por los ataques en Susya y el fin de la violencia sistemática contra la población palestina.