Milenio.-
Parece que los microplásticos han logrado filtrarse a todos los ámbitos de la vida: se les ha detectado en la leche materna, tejidos, la placenta, sangre y recientemente se confirmó que pueden contaminar el semen humano.
Desde 2023 se había alertado sobre los polímeros dentro de los fluidos de hombres de China e Italia. El año pasado, un grupo de científicos también analizó los testículos de 23 personas así como de 47 perros —mismos que se obtuvieron de autopsias realizadas en 2016— y hallaron concentraciones importantes de estos elementos.
En ese mismo artículo, publicado en la revista Toxicological Sciences, se alertó sobre los hallazgos, pues “resaltan la presencia generalizada de microplásticos en el sistema reproductivo masculino (…) con posibles consecuencias en la fertilidad”.
Ahora, el estudio más reciente encontró que en todas las muestras (es decir el semen de 40 participantes que acudieron a realizarse análisis prematrimoniales en Jian, China) habían sido detectados microplásticos de ocho tipos diferentes, siendo el poliestireno el más frecuente.
Al respecto, se confirmó que los espermatozoides expuestos a algunos de estos contaminantes mostraron una mayor mortalidad progresiva (los efectos se enfatizaban con la presencia del poliestireno), por lo que existe la hipótesis de que los contaminantes más frecuentes hallados dentro del semen podrían afectar la fertilidad.
Ante este panorama, Ning Li, integrante del Laboratorio Clave de Tecnología de Control y Regulación de la Natalidad de la Comisión Nacional de Salud de China, así como su colegas y coautores del artículo destacan la necesidad de “realizar más investigaciones sobre los posibles impactos reproductivos”.
¿Los microplásticos pueden causar infertilidad?
En los últimos 80 años se ha observado una disminución significativa en los parámetros de análisis de semen masculino.
“Una posible razón son los contaminantes ambientales, la mayoría de los cuales se conocen como químicos disruptores endocrinos ambientales”, señala un estudio publicado en 2023.
Actualmente existen investigaciones con las que se han planteado algunas aproximaciones respecto al papel de los microplásticos en la reproducción, por ejemplo, en 2021 el doctor Baolian Hou y colegas detectaron que algunos polímeros provocaron una disminución en la calidad del esperma en ratones de laboratorio.
A finales de 2023 un grupo de investigadores analizó los estudios disponibles sobre el impacto de los microplásticos en el sistema reproductivo masculino (la gran mayoría de ellos realizados en ratones y moscas).
“Los estudios acumulados han revelado que la exposición a microplásticos y nanoplásticos ejerce efectos nocivos sobre la función reproductiva masculina”, se lee.
Mientras que una investigación más (noviembre de 2023) encontró que, tras 12 semanas de exposición a ambos contaminantes, los testículos de los ratones estudiados resultaron afectados, además de producir toxicidad reproductiva, la cual, según determinaron los investigadores, depende del tamaño de las partículas.
No obstente, aún no existe información concluyente respecto al caso de los humanos.
¿Cómo llegan al cuerpo?
El uso desmedido del plástico ya tiene impactos en el ecosistema: actualmente las partículas de este material han sido detectadas en montañas, ríos y mares de todo el mundo. Dado su tamaño, los científicos consideran que se ha ‘colado’ fácilmente a las cadenas alimentarias.
Aunque aún se requieren más investigaciones, las existentes apuntan a que el ingerir estos contaminantes tienen efectos negativos en los organismos que los consumen. De acuerdo con el Centro de Derecho Ambiental Internacional (CIEL, por sus siglas en inglés) en los humanos pueden causar inflamación, genotoxicidad, estrés oxidativo, apoptosis, y necrosis.
¿De dónde vienen?
Cuando una partícula de plástico mide menos de 5 mm se le considera como microplástico. Usualmente son liberados directamente en el ambiente de diversas formas, por ejemplo, con el desgaste de las llantas, aunque también pueden formarse con la degradación de plásticos más grandes.
Los microplásticos llegan al cuerpo humano pero medido por la contaminación de los mariscos, suministro de agua y aire.
Integrante del Laboratorio de Criterios Ambientales y Evaluación de Riesgos de la Academia China de Investigación de Ciencias Ambientales señalan que las principales vías de exposición son la ingestión y la inhalación.
¿A dónde llegan una vez que entraron al cuerpo? Según Ning Li y colegas, las partículas comúnmente se detectan en tejidos y fluidos, “incluida la orina, la sangre, la piel, las heces y la leche materna”.
Por su parte, el doctor Lonh Zhu y su equipo —quienes analizaron tejido digestivo y respiratorio obtenido de donadores del Hospital Popular de Wuxi y del Hospital Infantil de Wuxi— señalaron en su investigación que el tejido pulmonar fue en donde se concentró la mayor cantidad de microplásticos.
¿Cuántos microplásticos consume una persona?
En 2019 se publicaron dos estudios en los que se calculó el consumo aproximado de microplásticos.
Según Kieran D. Cox y colegas integrantes del Departamento de Biología de la Universidad de Victoria, una estadounidense consume anualmente entre 39 mil y 52 mil partículas, esto sin tomar en cuenta las que inhala, puesto que al considerarlas la cifra que ingresa al cuerpo se dispara y es de entre 71 mil y 121 mil.
Por su parte, una investigación elaborada por la Universidad de Newcastle, Australia, indica que en promedio y a través de los alimentos, agua y aire, una persona podría estar ingiriendo 5 gramos de plástico a la semana.
“Esa cantidad equivale a los microplásticos que contiene una tarjeta de crédito”, señala el reporte elaborado por la universidad en colaboración con el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés).