ABC.- El Gobierno de Israel lamentó que la cumbre extraordinaria de líderes de la Liga Árabe, a la que asistieron hoy líderes árabes, de la Unión Africana (UA) y de la Unión Europea (UE), haya optado por el plan egipcio para la reconstrucción de Gaza sin valorar la idea de Donald Trump.
Los países árabes no han sucumbido a las presiones de Donald Trump para que acepten en Egipto y Jordania a cientos de miles de palestinos para que EU asuma el control del enclave y lo convierta en “la Riviera de Oriente Medio” con el beneplácito de Israel.
Por lo que Israel asegura que la declaración final de la cumbre “no aborda las realidades de la situación tras el 7 de octubre” pues no menciona ni condena el ataque de Hamás y además confía en la Autoridad Palestina y en la Agencia de la ONU para los Refugiados (UNRWA), que según Israel apoya al terrorismo.
“El ataque de Hamás contra Israel ha desestabilizado toda la región. Su régimen de terror en Gaza impide cualquier posibilidad de seguridad para Israel y sus vecinos. Por tanto, en aras de la paz y la estabilidad, no se puede dejar a Hamás en el poder”, justificó el ministerio de Exteriores, que instó a los países árabes a que colaboren “para crear un futuro de estabilidad y seguridad en la región”.
El plan egipcio
El plan egipcio, adoptado en la cumbre celebrada en la Nueva Capital Administrativa egipcia en la que también estuvieron presentes el secretario general de la ONU, António Gutérres, y el presidente del Consejo Europeo, António Costa, prevé una inversión de 53.000 millones de dólares y más de cinco años de trabajo divididos en varias fases.
En un primer momento, se contempla una fase de “recuperación temprana” de seis meses en la que se invertirán 3.000 millones de dólares para realizar los trabajos iniciales de desescombro y habilitar siete zonas para acoger a más de 1,5 millones de palestinos de forma temporal.
La primera fase de reconstrucción duraría dos años y costaría 20.000 millones de dólares para desescombrar, restaurar unas 60.000 residencias “destruidas parcialmente”, y construir 200.000 nuevas para dar alojamiento a 1,6 millones de personas.
También se contempla instalar dos estaciones desalinizadoras de agua, dos depósitos de agua potable, otros dos para riego y dos estaciones para el tratamiento de aguas residuales.
Dos años y medio y otros 30.000 millones de dólares serán necesarios para completar la segunda y última fase de reconstrucción, en la que se prevé terminar con las redes de servicios esenciales.
En total, la Franja de Gaza contará con unas 460.000 unidades de vivienda para alojar a tres millones de personas.