Israel y Hezbolá intercambian misiles con la región al pendiente de la escalada
El gobierno de Benjamin Netanyahu asegura que atacó Líbano para impedir un “ataque de gran envergadura”. Se confirman cuatro muertes por estos hechos.
Expansión.- Hezbolá lanzó cientos de cohetes y aviones teledirigidos contra Israel a primera hora de este domingo, mientras el ejército israelí afirmó haber atacado Líbano con unos 100 aviones para frustrar un ataque de mayor envergadura, en uno de los mayores enfrentamientos en más de 10 meses de guerra en la frontera.
Se confirmaron tres muertes en el Líbano y una en Israel, donde los daños parecían limitados.
Los misiles se vieron en el cielo al amanecer, con oscuras estelas de vapor tras ellos, mientras sonaba una sirena antiaérea en Israel y una explosión lejana iluminaba el horizonte, mientras el humo se elevaba sobre casas de Khiam, en el sur del Líbano.
La Fuerza Aérea israelí, tras recibir informaciones sobre el ataque de Hezbolá, lanzó “una operación compleja poco antes de las 05:00 (20:00 hojas del sábado, tiempo de Ciudad de México), en la cual un centenar de aviones golpearon miles de lanzacohetes dirigidos hacia el norte de Israel en 40 zonas de tiro del sur del Líbano”, declaró un portavoz militar, el teniente coronel Nadav Shoshani.
Un funcionario estadounidense indicó a la agencia AFP, bajo condición de anonimato, que Estados Unidos “no participó en los ataques preventivos de Israel” pero que proporcionaron ayuda “en término de seguimiento de los ataques entrantes” de Hezbolá.
Hezbolá indicó que aún no planeaba nuevos ataques. El ministro de Asuntos Exteriores de Israel dijo que el país no buscaba una guerra a gran escala.
Sin embargo, el primer ministro Benjamin Netanyahu advirtió: “Este no es el final de la historia”.
Temor de una escalada
La comunidad internacional lleva semanas expresando su temor a una escalada militar regional entre Irán y sus aliados, por un lado, e Israel, por otro, a raíz de la guerra de Gaza, donde tras diez meses sigue sin lograrse un alto el fuego pese a las negociaciones.
Hamás, que libra una guerra contra Israel en Gaza desde hace más de diez meses, celebró la “fuerte” respuesta de Hezbolá y consideró que era una “bofetada” al gobierno israelí.
El presidente estadounidense, Joe Biden, sigue “de cerca” los acontecimientos y un portavoz del Pentágono declaró que Washington está “dispuesto a apoyar” la defensa de Israel, su aliado.
Hezbolá, armado y financiado por Irán, había amenazado con represalias tras la muerte el 30 de julio de uno de sus jefes militares, Fuad Shukr, en un ataque israelí en la periferia sur de Beirut.
Junto con Irán y el movimiento islamista palestino Hamás, amenazó también con responder al asesinato del exdirigente de Hamás Ismail Haniyeh en Teherán el 31 de julio, atribuido a Israel.
Los ataques del domingo ocurrieron mientras los negociadores se reunían en El Cairo en un último esfuerzo por poner fin a los combates en Gaza.
“Un ataque a gran escala”
Los disparos de Hezbolá formaban parte de un “ataque planificado de mayor envergadura y pudimos frustrar gran parte”, aseguró el teniente coronel Shoshani.
Por su parte, Hezbolá aseguró que el ataque fue un “éxito” e indicó que apenas era la “primera fase” de la respuesta a la muerte de Shukr.
Su líder, Hasan Nasralá, desmintió las “afirmaciones engañosas” de Israel, que afirmó haber destrozado “miles de lanzacohetes” e interceptado “miles de cohetes”.
El movimiento islamista, políticamente muy influyente en Líbano, indicó que lanzó “un gran número de drones” contra territorio israelí y “más de 320” cohetes Katiusha contra 11 bases militares en Israel y en los Altos del Golán sirio ocupados por Israel.
Nasralá declaró que el “objetivo principal de la operación” era “la base de Glilot, la principal base de la inteligencia militar israelí” a “110 km de la frontera” con Líbano. Israel aseguró que esta base “no fue alcanzada”.
De acuerdo con el ejército israelí, Hezbolá disparó “más de 150 proyectiles”, de los cuales varios fueron derribados.
Al final de la tarde, la misma fuente indicó que un soldado de la marina cayó “en combate” en el norte, sin precisar si había relación con el ataque.
Una fuente de seguridad en Líbano dijo que al menos 40 ataques israelíes habían alcanzado varias ciudades del sur del país en uno de los bombardeos más intensos desde que comenzaron las hostilidades en octubre.
Uno de los ataques contra la ciudad de Khiam mató a un combatiente del grupo chií Amal, aliado de Hezbolá, dijeron a Reuters dos fuentes de seguridad. Amal anunció posteriormente su muerte.
Un ataque israelí contra Al Tiri mató a otras dos personas, según una fuente de seguridad y una fuente médica. No estaba claro si se trataba de combatientes o de civiles.
Vuelos suspendidos
Los vuelos desde y hacia el aeropuerto Ben Gurion de Tel Aviv se suspendieron durante unos 90 minutos.
Algunos vuelos desde y hacia Beirut se detuvieron, dejando a los pasajeros atrapados. “Sólo quiero salir de aquí como sea”, dijo Rana Saade, una libanesa residente en Nueva Jersey.
British Ariways anunció la suspensión de sus vuelos a Tel Aviv hasta el miércoles y Air France también declaró que suspendía los suyos a esta ciudad y a Beirut hasta el lunes “como mínimo”.
El fuego cruzado entre Israel y Hezbolá se ha intensificado desde el estallido de la guerra en la Franja de Gaza, entre Israel y Hamás.
El portavoz de Netanyahu declaró a AFP que aún no se había tomado una decisión sobre enviar o no una delegación israelí a El Cairo para proseguir las negociaciones sobre una tregua en Gaza.
La capital egipcia acoge una nueva ronda de conversaciones desde el jueves, a la que participan los jefes de la inteligencia israelí, estadounidense, qatarí y egipcia.
El primer ministro qatarí, Sheikh Mohamed bin Abdelrahman Al Thani, estaba el domingo en El Cairo, según una fuente cercana a las negociaciones, en las que Hamás no participa.
El conflicto en Gaza estalló el 7 de octubre, cuando combatientes del movimiento islamista palestino atacaron el sur de Israel y mataron a 1,199 personas, en su mayoría civiles, según un balance basado en cifras oficiales.
También tomaron 251 rehenes, de los cuales 105 continúan en Gaza, incluidos 34 que los militares israelíes declararon muertos.
En respuesta, Israel prometió destruir Hamás y lanzó una vasta ofensiva de represalia que ya ha dejado 40,405 muertos en Gaza, según el Ministerio de Salud del territorio, que no detalla cuántos son civiles y cuántos combatientes.