El Economista.- El presidente Joe Biden ganaba suficientes delegados el martes para sellar la nominación del Partido Demócrata, encaminándose hacia un cara a cara con el expresidente Donald Trump en lo que sería la primera revancha de las elecciones presidenciales de Estados Unidos en casi 70 años.
Biden necesitaba 1,968 delegados para ganar la nominación y Edison Research dijo que superó esa cifra el martes en la tarde cuando empezaron a llegar los resultados de las primarias en Georgia, previo a los resultados esperados en Misisipi, el estado de Washington, las Islas Marianas del Norte y los demócratas residentes en el extranjero.
Se esperaba que Trump se hiciera con la nominación del Partido Republicano a última hora del martes, ya que cuatro estados celebraban comicios, entre ellos Georgia, el lugar donde Trump se enfrenta a cargos penales por sus esfuerzos para anular los resultados del estado en 2020.
El resultado está mayormente predeterminado, después de que la última rival que le quedaba a Trump para la nominación republicana, la exembajadora de la ONU Nikki Haley, pusiera fin a su campaña presidencial tras la dominante actuación de Trump la semana pasada en el Supermartes, cuando ganó 14 de las 15 contiendas estatales.
Biden, por su parte, sólo se enfrentó a una oposición simbólica en la campaña de las primarias demócratas, aunque los activistas liberales frustrados por su apoyo a la guerra de Israel en Gaza han convencido a una minoría considerable de demócratas para que voten “no comprometido ” en señal de protesta.
El lunes, Trump necesitaba 139 delegados más para alcanzar los 1,215 necesarios para asegurarse la nominación presidencial republicana, según Edison Research. El martes hay 161 delegados en juego en Georgia, Hawái, Misisipi y el estado de Washington.
Votantes poco entusiastas
La repetición del enfrentamiento entre los mismos candidatos presidenciales tuvo lugar en 1956, cuando el presidente republicano Dwight Eisenhower derrotó por segunda vez al exgobernador de Illinois, el demócrata Adlai Stevenson.
Este año, los votantes han expresado poco entusiasmo por una repetición de las amargas elecciones de 2020, y las encuestas públicas de Reuters/Ipsos muestran que tanto Biden, como Trump son impopulares entre la mayoría de los votantes.
La lista de cargos penales que pesan sobre Trump -que enfrenta a 91 delitos graves en cuatro acusaciones distintas- podría perjudicar su posición entre los votantes de los barrios residenciales, bien educados, cuyo apoyo le ha costado históricamente conseguir.
Está previsto que el magnate se convierta el 25 de marzo en el primer expresidente estadounidense en ir a juicio por un caso penal, en Nueva York, donde se enfrenta a cargos de falsificación de registros empresariales para ocultar pagos de dinero subrepticio a una estrella del porno.
La actual crisis en la frontera entre Estados Unidos y México, donde la afluencia de inmigrantes ha desbordado el sistema, es un punto débil para Biden, quien tratado de transferir la culpa a Trump después de que el expresidente instara a los republicanos del Congreso a matar un proyecto de ley bipartidista de seguridad fronteriza que habría intensificado la aplicación de la ley.
La economía, como siempre, será un tema central de la campaña. Biden ha presidido una economía en expansión, con la presión inflacionista disminuyendo y las medidas alcanzando máximos históricos.
Pero las encuestas muestran a los estadounidenses poco dispuestos a dar crédito al presidente y frustrados por los altos precios de artículos como los alimentos tras la pandemia.