Kim Jong-un promete hacer más grande el arsenal nuclear de Corea del Norte
Corea del Norte tendrá más armas nucleares para enfrentarse a sus enemigos, EU y Corea del Sur, dijo Kim.
“La situación prevaleciente exige hacer esfuerzos redoblados para reforzar abrumadoramente el músculo militar para garantizar completamente la soberanía, la seguridad y los intereses fundamentales de la República en respuesta a los preocupantes movimientos militares de Estados Unidos y otras fuerzas hostiles dirigidas precisamente a la RPDC”, dijo Kim citado por KCNA en el informe.
Con poca amenaza de nuevas sanciones y planes ya en marcha para desarrollar aún más armas, incluidos drones, submarinos y misiles, Kim ha estado buscando continuar perfeccionando su capacidad para lanzar un ataque nuclear creíble contra Estados Unidos y sus aliados, como Corea del Sur y Japón.
El líder de Corea del Norte ha elevado la tensión a niveles no vistos en años al disparar más de 70 misiles balísticos en 2022, bajar sus barreras para el uso de armas nucleares y decir que no ve la necesidad de volver a la mesa de negociaciones para las conversaciones sobre la reducción de su arsenal nuclear a cambio de un alivio de las sanciones que asfixian la mísera economía de su estado.
Su estado disparó tres misiles balísticos de corto alcance el último día del año y luego disparó uno más unas horas después de que comenzara el nuevo año en una desafiante demostración de fuerza que podría establecer el tono para un mayor aumento de las tensiones.
Corea del Norte seguirá avanzando en su amenaza nuclear y de misiles y las fuerzas armadas surcoreanas deberían tomar represalias severas contra cualquier provocación, dijo el presidente Yoon Suk Yeol en una llamada con el jefe del Estado Mayor, según su oficina en Seúl.
Cualquier intento de Kim de usar armas nucleares conducirá al fin de su régimen, advirtió el Ministerio de Defensa de Corea del Sur en una declaración separada, comentando sobre la reunión del partido.
Kim en 2022 enfrentó uno de los años más difíciles de su década en el poder en el frente interno, admitiendo un brote de COVID en un país que ha rechazado la asistencia internacional para vacunarse. El clima severo exacerbó una escasez crónica de alimentos y su decisión de cerrar las fronteras al comienzo de la pandemia golpeó las rupturas en el poco comercio legal que tenía su estado, lo que provocó la peor caída de la economía en décadas.