La Jiribilla.- El partido oficialista aplicará un cuestionario nacional en el que la pregunta de a qué ‘corcholata’ prefiere la gente tendrá un valor rotundo del 75%; los demás reactivos sobre los atributos de los aspirantes serán testimoniales.
El partido en el Gobierno, Morena, ha dado un paso definitivo en el proceso interno para definir quién será su abanderado o abanderada presidencial a las elecciones del próximo año.
La candidatura más importante de Morena se decidirá mediante una pregunta que tendrá todo el peso en la encuesta que el partido oficialista levantará a finales de este mes. El dirigente morenista, Mario Delgado, ha confirmado a EL PAÍS que la pregunta de “¿A quién prefiere como coordinador o coordinadora de los comités de defensa de la Cuarta transformación rumbo a las eleciones de 2024?” tendrá un valor del 75% de todo el cuestionario. Los demás reactivos, relativos a los atributos de los aspirantes —honestidad, cercanía con la gente, compromiso—, tendrá un carácter meramente testimonial, ha precisado el dirigente en entrevista telefónica.
Esto significa que si un aspirante “reprueba” alguna de las preguntas sobre atributos, ello no le impedirá hacerse con la candidatura, si gana en la que más importa. La decisión ya fue comunicada personalmente por Delgado a los cuatro aspirantes morenistas (conocidos coloquialmente como corcholatas): la exjefa de Gobierno Claudia Sheinbaum, el excanciller Marcelo Ebrard, el exsecretario de Gobernación Adán Augusto López y el senador Ricardo Monreal. Delgado ha asegurado que todos estuvieron de acuerdo con la resolución.
—¿Por qué valdrá 75% esa pregunta? —plantea Delgado—. Pues es muy sencillo: porque vamos a un proceso donde debe haber un ganador muy claro; si no, podemos ir a un escenario en el que pudiera presentarse polémica respecto del ganador, que hubiera una especie de empate, y nos generaría muchísima incertidumbre. Entonces, tiene que haber mucha claridad en cómo se va a definir al ganador o ganadora.
—O sea, quien gane en esa pregunta, gana la encuesta.
—Sí, claro —afirma el dirigente.
En junio, el Consejo Nacional de Morena determinó que entre el 29 de agosto y el 3 de septiembre se levante una encuesta de varias preguntas a toda la población —sin importar su inclinación partidista— para definir la candidatura presidencial. Cuatro casas encuestadoras independientes replicarán el ejercicio para dar confiabilidad. Como aún no son los tiempos oficiales para que los partidos emprendan elecciones internas entre sus aspirantes, el partido en el poder ha dicho, eufemísticamente, que elegirá en este proceso a su “coordinador o coordinadora” de la defensa de la Cuarta transformación, como ha bautizado López Obrador a su proyecto político. Según el acuerdo aprobado por el Consejo Nacional, la encuesta tendría un formato híbrido, entre formulario de preguntas y papeleta electoral.
Primero, los ciudadanos encuestados deberán responder una batería de preguntas sobre su percepción de los aspirantes. Luego, cada encuesta tendrá un “talón desprendible” en el que los ciudadanos marcarán en secreto a qué corcholata prefieren como candidato o candidata presidencial; el talón doblado se depositará en una pequeña urna que los encuestadores llevarán consigo. Esa papeleta es la que valdrá el 75% de la encuesta. Al final del periodo de sondeos, los “votos” se contarán y se conocerá al ganador o ganadora.
—Entonces, para ver quién gana, pues evidentemente la boleta es la que debe tener un mayor peso —explica Delgado—. Siempre en las encuestas necesitas preguntas de control, ya sean los sociodemográficos o de ingreso, para garantizar la representatividad de la misma. Y nosotros hemos siempre evaluado distintos atributos en los candidatos y candidatas. Entonces, según lo que sabemos de la Comisión de Encuestas, se hará una combinación, y, efectivamente, habrá la ponderación de 75% para la boleta en urna, en la que finalmente la gente decidirá a quién prefiere.
—Y, entonces, ¿las otras preguntas para qué servirían?
—Primero son las de control, para asegurar la representatividad de la muestra. Y segundo, pues para conocer la opinión sobre los atributos de los distintos perfiles, que es importantes conocerlos.
La decisión de valorar en 75% la pregunta de la preferencia electoral fue formalizada el lunes pasado en una reunión conjunta de las comisiones de Encuestas y Elecciones de Morena, han señalado a este periódico miembros presentes en la sesión. Conforme la determinación del Consejo Nacional de junio, esas dos comisiones tendrían la facultad soberana de decidir las reglas metodológicas de la encuesta, para lo cual se instalaría una mesa con delegados de cada aspirante. Sin embargo, esas reuniones con representantes nunca se llevaron a cabo, según ha podido constatar este diario hablando con asesores de las corcholatas. Además, en la sesión del lunes, fue Delgado —y no alguno de los presidentes de las comisiones de Encuesta o Elecciones— quien señaló qué valor debía tener la pregunta sobre la preferencia electoral, según un participante del encuentro. “Dijo que debía valer el 75%, porque es la pregunta más importante y la que definirá”, ha señalado la fuente.
Delgado ha asegurado que las comisiones de Encuestas y Elecciones tomaron la decisión y solo le hicieron llegar a él y al presidente del Consejo Nacional, Alfonso Durazo, sus resoluciones, mismas que él se ha encargado de transmitir a las corcholatas en reuniones cara a cara en el transcurso de la semana pasada. El dirigente morenista ha precisado que el 27 de agosto, día en que concluye el periodo de giras de promoción de los aspirantes, se les comunicará a estos cuáles serán las preguntas sobre atributos, que constituirán el 25% restante de la encuesta.