El Comercio.- “¿Alguien sabe si el año trae otro mes o es todo el año enero?” es uno de los cientos de comentarios que circulan en redes sociales en estos últimos días del primer mes del año. Y es que luego de las festividades, enero parece ser más largo que el resto de meses, algo que, a primera vista, podría parecer no tener sentido, pues muchos otros meses tienen 31 días.
Aunque este 30 de enero del 2020 algunos pueden sentir que están ya en el “74 de enero”, como rezan otras publicaciones en redes sociales. El pensar que enero es ‘eterno’ no es algo innato del 2020. De hecho, en el 2018 se volvió viral la portada de la revista The New Yorker que, con una caricatura de Roz Chast ilustraba muy bien lo largo que puede llegar a sentirse este mes al que no le son ajenos las gripes, el clima frío, entre otros.
Y hay una explicación. Las personas experimentan el tiempo de maneras distintas y hay varios factores que pueden influir en esta percepción. Cuando se está entretenido y se pasa un buen momento junto con los seres queridos puede sentir que el tiempo ‘vuela’, mientras que si se siente solo o aburrida, parece pasar más lento.
Experimentos científicos han demostrado que una sensación de bienestar tiene efectos en cómo las personas sienten el tiempo. Es por eso que para algunos, el mes de diciembre que es lleno de reuniones, encuentros con amigos cercanos y celebraciones pasa ‘volando’. Al contrario, enero es el mes de volver a la realidad.
Te has vuelto eterno, enero pic.twitter.com/x7cK87BgVy
— Aleinad (@aleinadzepol19) January 29, 2020
Cada persona tiene en su interior un reloj biológico que está ubicado en el hipotálamo. Esta región del cerebro, a través de la liberación de hormonas, se encarga de regular, entre otras cosas, la temperatura del cuerpo, la sed, el hambre, el estado de ánimo, etc.
En declaraciones al portal Newsstatesman, Zhenguang Cai, quien realizó un doctorado en Psicología Experimental en el University College London y se especializa en la percepción del tiempo, dijo que “es posible que el reiniciar el trabajo luego de las vacaciones de Navidad lleve a mucho aburrimiento- comparado con la diversión que se siente durante Navidad, lo que puede llevar a tener la impresión de que el tiempo pasa más lento en enero”.
La dopamina es un neurotransmisor que afecta la percepción del paso del tiempo y, por lo tanto, es la que influye en la visión subjetiva que se tiene sobre cómo enero pasa más lento que el resto de los meses. Así lo demostró en el 2016 un equipo de científicos del Centro Champalimaud de Portugal que logró demostrar la relación que existe entre la actividad de la dopamina y la sensación del paso del tiempo.
TODAVÍA MAÑANA ES ENERO.
— LA DIVAZA ✨ (@ladivaza) January 30, 2020
Los investigadores, que publicaron sus hallazgos en la revista Science, analizaron la actividad neuronal en ratones a los que entrenaron para estimar si la duración del intervalo entre dos tonos era corta o duraba más de 1,5 segundos. Tras meses de entrenamiento, los ratones podían estimar el intervalo de tiempo y si lograban dar con la respuesta correcta eran recompensados.