La danza del Lila, en Lengua de Señas

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Por: Patricia Calvillo Ramírez
Periodista

La danza se siente, emociona, es como un balde de agua fría al despertar, así se puede describir este tipo de arte que se basa en la expresión corporal, generalmente acompañada de música. Es una de las formas de expresión más ancestrales del ser humano y hoy San Luis Potosí esta de fiesta porque celebra la cuadragésima cuarta edición del Festival Internación de Danza “Lila López”, que sorprendió en esta ocasión porque sus coreógrafos promueven la lengua de señas.

Como cada año, este estilo contemporáneo que fusiona el ballet clásico y exenta el rigor de esta disciplina, adquiere un gran valor para la sociedad potosina porque promueve valores, la cultura, la diversidad y la inclusión social, motivando a que otros todos sean uno con el arte.

En esta ocasión, abrieron sus temáticas para incluir a quienes están en una desventaja auditiva. La danza contemporánea es una expresión corporal muy libre en cuanto a sus movimientos, y también es original como lo demostró la presentación formal del Centro de Producción de Danza Contemporánea, CEPRODAC, que entendió que sus bailarines y sus composiciones sirven para enlazar la belleza a las causas poco atendidas como es esta discapacidad.

Sus manos, expresiones, movimientos, tuvieron una causa y fue una de las más educadoras que en otros tiempos, porque los estéticos cuerpos de los hombres y mujeres de CEPRODAC, fungieron como una herramienta para visibilizar que, en México aproximadamente 2.3 millones de personas padecen discapacidad auditiva, de las cuales más de 50 por ciento son mayores de 60 años; poco más de 34 por ciento tienen entre 30 y 59 años y cerca de 2 por ciento son niñas y niños.

Conquistaron el Teatro de la Paz porque ejecutaron magistralmente la danza moderna y contemporánea, con la pieza coreográfica de “Telar, tejidos diversos. Un programa, dos obras, tres coreógrafos”, bajo la dirección artística de Cecilia Lugo, que en esta ocasión además de ser muy interpretativa fue versátil al hacer notar que la lengua de señas también se puede trasladar a la danza. Los cuerpos de los bailarines cumplieron la función estética de la danza, pero también difusor de la estructura lingüística para las personas sordas.

En Telar, expusieron los serios problemas de injusticia social, pero utilizaron la lengua de señas, la dramatizaron para inspirar a todos a la acción, temas como la opresión, la violación, la violencia, la esclavitud, trabajos mal pagados, el sufrimiento humano se distinguieron en esta seria interpretación.

Alguien dijo, no entender a la danza, ni cómo debía interpretarla, a ese alguien, hay que decirle que este tipo de lenguaje corporal rompe con todo, y que como decían los Diarios de Rita Berlín, coreografía presentada por María Brezzo en esta exitosa noche del Lila, la danza construye algo nuevo y compartido, donde interesan más los fracasos que otras historias del mapa afectivo.

Está en todas las obras, lastima las veces que puede, hace morir mil veces. Hace que el cuerpo esté sano, aunque en muchos momentos interesa más el cuerpo enfermo para la rebelión y el pensamiento.

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