La inflación: el arma que puede impedir que Joe Biden siga en la Casa Blanca

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Los excelentes indicadores de la economía estadounidense no han impedido que muchos electores estén molestos con Biden por cómo estos datos siguen sin reflejarse en sus bolsillos.

Expansión.- El descontento entre la clase obrera —uno de los principales grupos a los que Demócratas suelen dirigir su campaña— refleja el desafío que tiene el presidente Joe Biden frente al electorado a pesar de los excelentes indicadores económicos.

Muchos votantes, en cambio, ven con añoranza el gobierno de Donald Trump, cuando el costo de vida era menor, aunque con indicadores menos favorecedores.

“Para la mayoría de los votantes indecisos, lo político pasa a segundo plano, definen su voto por las condiciones económicos del momento en que se lleva a cabo la elección”, dice Gildardo López, profesor de la Escuela de Gobierno de la Universidad Panamericana (UP) en entrevista con Expansión.

“Esta es una buena economía”

La inflación, que alcanzó su punto más alto en 40 años (9.1%) en 2022, ha disminuido a 3.1%, un nivel cercano al 2% de la prepandemia, y la economía creció 3.1% en 2023, con el desempleo próximo a mínimos históricos.

Un bajo nivel de desempleo, aumento de salarios y de las contrataciones, sostienen el frenesí de consumo de las familias estadounidenses.

Durante la crisis del coronavirus, las empresas tenían incluso dificultades para contratar, formar y retener a sus talentos. Con ese trasfondo, muchas firmas lo piensan dos veces antes de despedir personal y prefieren reducir contrataciones, explica a la AFP Gregory Daco, economista jefe de EY.

La consecuencia: “Una mayor resiliencia del mercado de trabajo”, destaca el especialista. También, empleadores que valoran más a su personal: “Una faceta única de este ciclo económico es que el valor del talento cambió”.

“Esta es una buena economía”, declaró recientemente Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal (Fed, banco central estadounidense).

Los salarios, de tanto subir, terminaron creciendo por encima de la inflación, que se modera poco a poco.

“Un descenso de la inflación y el aumento del poder adquisitivo alimentan fuertes gastos de consumo”, resumió Julia Pollak, economista jefe del sitio de anuncios de empleo ZipRecruiter, a la AFP.

Pero los precios continúan altos, y la percepción en las calles difiere.

“Para los estadounidenses les es más importante el precio de la gasolina, el precio de las comidas, el precio de las rentas que las libertades de las minorías, que las libertades de las mujeres”, indica el profesor de la UP.

Las protestas por mejoras salariales marcaron el año pasado. Los sindicatos de las industrias automotriz y del entretenimiento se paralizaron con el mismo reclamo: los salarios no acompañan el aumento de precios.

Apenas 36% de los electores aprueba el desempeño de Biden en materia económica, según números de NBC News divulgados el lunes.

“Todo ha subido: el costo de vida, el alquiler, el seguro de los autos, comida. Todo. pero el dinero se ha ido”, dijo Andrew Wentland, un trabajador del sector hotelero de Las Vegas que tomó un segundo empleo y cumple jornadas de 16 horas diarias para llegar a fin de mes.

“Intenté hacer ajustes. Y es duro cuando te das cuenta de que tienes que vivir como si fueses pobre. El dinero simplemente no me alcanza”.

Preocupación

El presidente ensalzaba en un comunicado las noticias positivas en el mercado de trabajo, con la creación de 14-8 millones de nuevos puestos desde su llegada al poder. “La economía de Estados Unidos es la más fuerte del mundo”, dijo el mandatario. “Hoy tenemos pruebas”.

Esta desconexión, creen especialistas, alimenta la impopularidad de Biden, que tiene un índice de aprobación de apenas 37%, según el mismo sondeo de NBC.

“Creo que la gente está un poco preocupada cuando falta dinero”, señaló Peter Guzmán, presidente de la Cámara Latina de Comercio de Nevada, que agrupa a más de 1,500 miembros en el estado cuya principal actividad económica es el entretenimiento.

“Cuando se trata de elecciones, esto es lo que influye el voto. La gente va a votar dependiendo de como esté su billetera. Es un indicador significativo”.

Otro punto que impacta en la opinión pública es el gasto bélico externo, con la lectura de que Washington prioriza los conflictos en Ucrania y en Oriente Medio por encima de la situación nacional.

“El gobierno toma todos mis impuestos porque le dio todo el dinero a la gente en conflicto y eso no tiene nada que ver con nosotros. Cuiden de nosotros antes de cuidar de ellos”, reclamó Wentland.

El martes, el Senado aprobó el desembolsó de un paquete de ayudas internacionales por más de 95,000 millones de dólares, dirigido a ayudar a aliados estadounidenses como Ucrania, Israel y Taiwán.

La ilusión de Trump

A pesar de enfrentar decenas de acusaciones en la justicia por irregularidades electorales, Trump lidera, y por mucho, la pelea por la nominación del Partido Republicano, lo que lo colocaría, de nuevo, contra Biden en noviembre.

El demócrata lo derrotó por estrecho margen en 2020, pero las curvas de popularidad comenzaron a invertirse el año pasado.

Los números de NBC lo colocan con 47% de apoyo frente a 43% de Biden.

Y aunque ninguno parece contar con absoluto favoritismo, la decisión puede remitirse al bolsillo.

“Muchos votantes se sienten frustrados con el presidente Biden y recuerdan favorablemente al Trump, en particular sus políticas económicas”, dijo Ruth Igielnik, editora de encuestas del New York Times en un análisis del sondeo que este medio levanta junto con el Sienna College, en noviembre de 2023.

“Muchos piensan que el estilo de negociación de Trump podría ayudar a la economía, incluso si no les gusta personalmente”, comentó.

Sin embargo, la economía no era mucho mejor durante el gobierno del republicano, entre 2017 y 2021, de lo que son actualmente. Además, de que mucha de la bonanza de ese momento respondía a factores externos.

“Trump no tenía un buen manejo económico, sino que las circunstancias le resultaron muy favorables. Él toma el gobierno y prácticamente toda su administración, los primeros dos o tres años, no son en pandemia”, indica López.

El académico de la Universidad Panamericana recuerda que Trump radicaliza algunas de las propuestas económicas del Partido Republicano, que no benefician precisamente a las clases obreras.

“Es generalmente la disminución de impuestos, pero también la disminución de servicios sociales, de asistencias. Eso gusta de la clase media alta para arriba”, indica.

Durante el gobierno de Trump, el PIB creció 2.2% en 2017, 2.9% en 2018, 2.3% en 2019 y tuvo una construcción de 2.8% en 2020, el primer año de la pandemia de covid-19, de acuerdo con información del Banco Mundial.

“A Trump le toca la pandemia en el último tramo de su administración. Ya resolver el problema económico producto de la pandemia le toca a Biden”, dice López.

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