Quienes ganan entre 76,736 y 200,000 pesos trimestrales realizaron más de 78% de los gastos turísticos, mientras que quienes ingresan de 13,411 a 29,201 pesos trimestrales representaron apenas 4.2%.
Expansión.- El crecimiento de la industria turística ha llevado a más personas a viajar que antes de la pandemia, pero la posibilidad de hacerlo no es para todos los mexicanos. Los viajes son una actividad que se mantiene concentrada para los segmentos de mayores ingresos y para las localidades más pobladas, con una brecha que se ha cerrado marginalmente.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) del INEGI, los tres deciles de mayores ingresos de la población –de 76,736 a poco más de 200,000 pesos trimestrales en promedio– concentraron un 78.4% de los gastos turísticos en México en 2022. Por el contrario, los tres más bajos –con ingresos de 13,411 a 29,201 pesos trimestrales– representaron apenas 4.2% del gasto total.
“De manera consistente con la distribución de los ingresos, los gastos en viajes se concentran en una parte relativamente reducida de los hogares”, refiere el Centro de Investigación y Competitividad Turística (Cicotur) Anáhuac.
Según la ENIGH, los tres deciles más altos percibieron el 59% de los ingresos, mientras los tres más bajos registraron sólo el 10% del total.
Para los deciles más altos, esta concentración resulta 3.4 puntos porcentuales más elevada que la vista en 2020, cuando la pandemia llevó a que el gasto en turismo aumentara en el segmento de medios y altos ingresos.
Mientras, la concentración de ingresos de los tres deciles más bajos disminuyó respecto a 2020, pero incrementó en comparación con 2018, el último análisis previo a la pandemia.
A medida que la inflación se ha disparado y los costos asociados con los servicios turísticos continúan aumentando, el acceso a los viajes se ha vuelto aún más difícil para quienes tienen ingresos más limitados.
Según el Índice Nacional de Precios al Consumidor, los vuelos han experimentado un aumento del 15% en comparación con los precios de 2019, antes de la pandemia. Asimismo, los servicios de hotelería han visto un incremento del 11%. Estos aumentos han hecho que las temporadas vacacionales sean más costosas de lo que solían ser, lo que dificulta aún más que aquellos con presupuestos ajustados puedan acceder a ellas.
Otro aspecto importante es la concentración de los gastos en localidades de mayor población. Un 90% del gasto en paquetes turísticos, hospedaje y alojamiento se concentró en poblaciones con 2,500 o más habitantes, mientras que solo el 10% restante se destinó a localidades con menos de 2,500 personas. Las oportunidades de viajar están más disponibles para aquellos que residen en áreas urbanas o en destinos turísticos populares, mientras que las personas que viven en áreas rurales o menos concurridas enfrentan mayores dificultades para disfrutar de un descanso fuera de su rutina.
