La mañanera: de herramienta de comunicación a estrategia política presidencial

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El presidente Andrés Manuel López Obrador terminará su gobierno con 1,436 conferencias matutinas, un ejercicio inédito de comunicación y una herramienta política que usó para gobernar.

Expansión.- “Informar, es liberar”, se leía en la pantalla monumental del Salón Tesorería de Palacio Nacional, el pasado 31 de agosto, lugar desde donde el presidente Andrés Manuel López Obrador habrá realizado —hasta el próximo lunes— 1,436 conferencias mañaneras.

Esa mañana fue sui géneris. Comunicadores que se autodefinen como “alternativos” recibieron al presidente de pie, con aplausos, gritos y vítores. La respuesta: un mandatario federal sonriente agradecido con muchos de los “youtubers”, quienes se encargaron durante años de defender sus decisiones y políticas y quienes en estos seis años, a diferencia de los representantes de “medios tradicionales”, no fueron objeto de ataques, descalificaciones o calificativos por parte del presidente.

“Es extraordinario el que ustedes se reúnan aquí —son bienvenidos— porque es la manera de enfrentar el autoritarismo, de enfrentar la censura, la manipulación, y que la verdad siempre se abra paso y llegue hasta el último rincón del planeta, la verdad”, dijo esa mañana López Obrador, agradeciendo la compañía sexenal en su ejercicio inédito de comunicación en que además de informar, le sirvió para poner agenda, desacreditar a sus adversarios político, influir en la campaña presidencial y atacar a medios y periodistas críticos de su gobierno.

Desde el 3 de diciembre de 2018, López Obrador se mantuvo de pie frente al atril respondiendo a preguntas de periodistas y comunicadores digitales o escuchando las exposiciones que integrantes de su gabinete realizaron sobre los avances y desafíos de su gobierno. Ningún otro mandatario mexicano ni extranjero ha expuesto su imagen tanto como lo ha hecho López Obrador.

“La mañanera” sentará un precedente en México como ejercicio de comunicación política, pues de acuerdo a expertos consultados, le permitió al presidente López Obrador “romper el cerco informativo” del que por años se quejó e informar directamente a los ciudadanos con “sus otros datos” y de paso, hacer propaganda a favor de su proyecto político y no dejar espacios a la oposición.

“Es un modelo de comunicación estratégica con el que buscó posicionarse en la agenda mediática, en la agenda social, los temas que él consideraba de los que se debería hablar”, explica Andrea Samaniego, profesora del Centro de Estudios de Ciencias de la Comunicación de la UNAM.

Cada presidente determina cuál será el modelo de comunicación mediante el cual transmitirá los logros de su gobierno. López Obrador optó por una “mañanera”, un ejercicio que tiene sus orígenes en el encuentro que sostenía con periodistas cuando era jefe de Gobierno del entonces Distrito Federal entre 2000 y 2005.

Desde el primer día hábil de su gobierno, el presidente se convirtió en el vocero de su propia administración. Uno de los salones de Palacio Nacional fue acondicionado con sillas, un templete, una pantalla, equipo de audio, rieles, y cámaras para transmitir por canales oficiales o redes sociales el mensaje del presidente.

“Yo pienso que avanzamos mucho en garantizar la libertad de expresión. Nos ayudó el que se tenga esta conferencia, que podamos estar informando, ejerciendo nuestro derecho de réplica; esto ayudó”, dijo el pasado 13 de septiembre al recordar la esencia de su conferencia matutina.

La mañanera permeó todos los días: Si el mandatario decidía hablar sobre la rifa del avión presidencial, el tema llegaba a la opinión pública; lo mismo si anunciaba que invitaría a Nodal y a Belinda a dar un concierto en el Zócalo de la Ciudad de México.

“Le ha funcionado para su aprobación. El presidente ha utilizado las mañaneras para fijar sus posturas, para dejar claros sus posiciones y para apoyar a las personas como es el caso de la presidenta electa. Entonces le ha servido y bien o mal ha logrado estar todos los días es todos en todos los espacios noticiosos de este país con lo que él quiere que se diga de él”, considera Xóchitl Pimienta, catedrática del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores Monterrey (ITESM).

Sin embargo, para expertos como Luis Estrada, director de Taller de SPIN y quien siguió y sistematizó cada conferencia del presidente, menos del 10% de los temas de los que hablaba el presidente eran retomados en las primeras planas de los diarios nacionales.

Propaganda y ataques a periodistas

La conferencia de prensa matutina sirvió a López Obrador para atacar a sus opositores y de paso a la prensa, la cual considera “nunca había sido tan crítica con un presidente desde Francisco I. Madero”.

“Es una lluvia, una tormenta de mentiras. Los medios de información, lo voy a seguir diciendo, son medios de manipulación con honrosas excepciones y para tener una dimensión histórica nunca, yo creo que ya puedo decir que nunca en más de un siglo se había atacado tanto a un presidente como ahora, nunca”, dijo el 5 de julio de 2023.

Al hacer su “derecho de réplica” el presidente ha lanzado varios calificativos a periodistas Y como parte del desencuentro el presidente implementó la sección “¿Quién es quién en las noticias falsas” en la que se exhibe a medios de comunicación por presuntamente difundir “fake news”. Como prueba de ello, basta con que Elizabeth García, responsable de la sección, diga que es “falso”.

Leopoldo Maldonado, director de Artículo 19, considera que la conferencia matutina del presidente López Obrador fue un espacio de estigmatización para periodistas, y que ha influido para que México hoy sea el país más peligroso para ejercer la profesión.

“Fue un espacio de estigmatización y ataque a la prensa. La gran mayoría de los ataques que documentamos en la Ciudad de México fueron proferidos en la conferencia matutina en contra de periodistas con nombre y apellido y con medios de comunicación. Estigmatización y desinformación, fueron la característica o el sello particular de las mañaneras”, sostiene.

De los 167 asesinatos de comunicadores ocurridos en México entre el año 2000 y 2024, 46 (27%) ocurrieron en el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador. Con Enrique Peña Nieto también fueron 46 (27%), con Felipe Calderón (28%) y con Vicente Fox 22 (13%).

Con este panorama de riesgo, el presiente ha denostado desde Palacio Nacional a los a periodistas que han sido muy críticos con sus gobierno, al grado de exhibir información personal para desacreditar, pero no para desmentir la información presentada por ellos sobre las fallas o presunta corrupción en su gobierno.

La conferencia matutina, además, no representó altos costos económicos para el gobierno de López Obrador, el cual, según información proporcionada por la Oficina de Prensa de la Presidencia, desde la cuál se aseguró no tenía un costo extra a los sueldos de quienes la integran.

“No tienen costo alguno debido a que para su organización y transmisión se recurre a los recursos humanos adscritos a la Oficina de la Presidencia de la República y se hace uso del mobiliario utilizado forma parte del patrimonio de la oficina”, respondió la oficina a través de una solicitud de información.

Sin embargo, el uso de los recursos públicos para realizar la conferencia fue cuestionado por sus adversarios, quienes afirmaron que la “mañanera” sirvió para hacer propaganda a final de su proyecto.

Quejas ante el INE

 

Por presuntas violaciones a la ley electoral, el Instituto Nacional Electoral (INE) recibió decenas de quejas contra el presidente Andrés Manuel López Obrador en el proceso electoral presidencial, varias de ellas, por sus declaraciones en sus conferencias “mañaneras”, por lo que se ordenó su retiro.

Al respecto, Andrea Samaniego recuerda que el presidente López Obrador usó “la mañanera” como una herramienta estratégica.

“Mientras que los partidos políticos solo tienen los tiempos del Estado, el presidente puede dedicarle tres horas a la mañanera a hablar de lo que sea. Y normalmente era de los casos de corrupción del pasado o señalar a algunos políticos. Entonces sí, también es un ejercicio de campaña, pero no está regulada”, agrega.

Desde su conferencia de prensa, el presidente también criticó a sus adversarios políticos a los que una y otra vez los ha acusado de “corrupción” y de “haber saqueado al país”.

En su mañanera del 9 de febrero citó a Benito Juárez y aseguró que los que ninguneaban al pueblo, no podían volver a gobernarlo.

“Es muy profunda esa frase, es que ¿cómo los que saquearon, los que robaron, los clasistas, racistas, que no le tienen ningún aprecio al pueblo, que al contrario desprecian al pueblo, ningunean al pueblo, van a gobernar este país? Este gran país, con un pueblo excepcional”, dijo.

El INE ordenó retirar esa y otras conferencias (6, 7, 8 de febrero) pues consideró que “podrían vulnerar los principios de neutralidad, imparcialidad y equidad del proceso electoral en curso, al ser de índole electoral”.

El reto para Sheinbaum

A sugerencia de Morena y del propio presidente Andrés Manuel López Obrador, Claudia Sheinbaum confirmó que también realizará sus “mañaneras”.

Aún se desconoce el formato, duración y lugar donde la primera mujer en ocupar la Presidencia podrá escuchar las preguntas de medios de comunicación.

“Esperamos que por su talante científico, la conferencia sea efectivamente informativa y que provea datos reales del quehacer gubernamental… y Hacemos un llamado a que se atempere este clima de animadversión. Ayudaría muchísimo un cambio radical del discurso por parte de la presidenta contra la prensa, contra cualquier crítico del gobierno”, agrega Leopoldo Maldonado.

Y es que disfrazado de “sus otros datos”, al presidente López Obrador se le contabilizaron miles de afirmaciones no verdaderas: en promedio 86 por conferencia, de acuerdo con Estrada.

En cuanto al contenido, los expertos ven un reto para Sheinbaum: adaptarse a un espacio confeccionado para López Obrador.

“Claudia Sheinbaum no es López Obrador, no es una líder carismática, no es una candidata de masas que pueda sostener una mañanera de dos o tres horas diarias”, señala Samaniego.

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