Si bien los últimos datos muestran una desaceleración de la inflación, el subgobernador del Banco de México comentó que la tasa se mantendrá donde está (11.25%) al menos hasta noviembre.
Expansión.- En los últimos meses, la inflación ha sido el gran enemigo a vencer para las economías del mundo. Luego de la pandemia, los problemas de las cadenas de suministro, y un aumento de la demanda formaron la tormenta perfecta para que los precios generales de las mercancías alcanzaran máximos no vistos en varias décadas (en México cerró en 7.8% en 2022, la más alta en 22 años).
Para hacer frente a la inflación, los bancos centrales del mundo, incluido Banxico, comenzaron a subir sus tasas de referencia a niveles nunca antes vistos (11.25% en México), lo que se conoce como una política monetaria restrictiva, que busca frenar el consumo y la inversión, pues al disminuir la demanda, los precios tenderán a bajar.
La política ha dado sus frutos. En México, la inflación se ubicó en 5.84% en mayo, se trató de su cuarto mes consecutivo de desaceleración; sin embargo “todavía no podemos decir que la baja de la inflación de los últimos meses no es gracias por la política monetaria, sino por cuestiones circunstanciales que antes jugaban en contra y ahora nos están acompañando”, dijo Jonathan Heath, subgobernador del Banco de México, en el 12 Foro de Emisoras de la Bolsa Mexicana de Valores (BMV).
La gran parte de la desaceleración se debe a la inflación no subyacente, aquella que no es susceptible a la política monetaria, explica Heath, especialmente por el sector servicios; sin embargo, ya se comienzan a ver algunos indicadores globales que comienzan a ceder, como los precios internacionales de los commodities, por lo que es momento de poner atención a la parte local, como el aumento de los salarios mínimos, que podría ser una presión para la inflación de aquí en adelante.
“Sí hay evidencia de que hay riesgos por parte de la demanda, sí hay riesgos potenciales muy importantes, como la parte de los costos laborales, sí hay un problema de persistencia y todo lleva a que es bien importante mantener una postura monetaria restrictiva para combatir la inflación”, comentó Heath.
Si bien, la desaceleración no se explica 100% por la política monetaria sí hay evidencia de que la trayectoria de la inflación irá a la baja. En la parte subyacente, la inflación podría llegar a la meta de Banxico de 3% hasta fines de 2024, “siempre y cuando no haya un choque no anticipado”, señaló Heath, como un alza del precio de los granos por el conflicto entre Rusia y Ucrania.
El subgobernador estima que la inflación podría romper el umbral de 7% en junio, y que a partir de ahí seguirá su trayectoria a la baja, “va a ser difícil, pero vamos bien encaminados”, comentó.
Heath explicó que fue hasta octubre de 2022 que Banxico entró en una postura restrictiva, pero que no era coherente con el problema inflacionario que tenemos, ahora donde se encuentra la tasa sí es consistente con el brote inflacionario y “ahora lo que tenemos que hacer es dejar la tasa dónde está el tiempo más posible para asegurar que la trayectoria de la inflación sigue a la baja e incluso acompañarla hasta que baje hasta nuestro objetivo”, explicó Heath.
De acuerdo con el funcionario del instituto central, por lo menos las siguientes tres decisiones la tasa no va a bajar, podría ser hasta noviembre, pero dependerá de la evolución de los datos. “Solo tenemos que asegurar que la política monetaria no se nos vuelve demasiado restrictiva”, advirtió Heath.