Sopitas.- Todos los años aproximadamente 300 mil mujeres en todo el mundo pierden la vida ante el cáncer cervicouterino, colocándose como la quinta causa de muerte en mujeres a nivel mundial. El asunto es que la lucha contra esta enfermedad, que se puede prevenir, es sumamente desigual entre los países más ricos y los países más pobres.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) tan solo el 13% de las niñas de 9 a 14 años en todo el mundo fueron vacunadas contra el VPH, el virus que causa casi todos los casos de este tipo de cáncer.
Más preocupante, en los países que representan casi dos tercios de cáncer de cuello uterino en el mundo, aún no han introducido esa vacuna.
En países con ingresos bajos, 9 de cada 10 mujeres que padecen cáncer cervicouterino pierden la vida. Pero vámonos por partes…
¿Qué es el cáncer cervicouterino?
El cáncer cervicouterino, que también es conocido como cáncer de cuello en la matriz o cáncer de cuello uterino, es un tumor maligno que inicia en esta parte del cuerpo y se presenta con más frecuencia en mujeres mayores de 30 años.
Hay que destacar que en México este tipo de cáncer es la segunda causa más importante de muerte por cáncer entre las mujeres, solo por debajo del cáncer de mama.
Los síntomas son flujo vaginal inusual, sangrado después de la menopausia, pérdida de peso sin explicación, dolor o sangrado después del coito, incomodidad o pérdida de control al orinar, sangrado vaginal anormal, dolor en las piernas y dolor en la espalda.
De acuerdo con la doctora Karla Unger Saldaña, investigadora del Instituto Nacional de Canceróloga, el cáncer cervicouterino es el único que es completamente prevenible y que con el tratamiento adecuado se puede evitar la muerte.
Como lo mencionamos anteriormente, la infección con el virus del papiloma humano (VPH) provoca la mayoría de casos de este tipo de cáncer y puede detectarse mediante la prueba de papanicolaou incluso antes de que se convierta en cáncer.
Para que nos demos una idea de la importancia del control médico y un tratamiento oportuno, la investigadora realizó un estudio tomando en cuenta 432 expedientes clínicos de pacientes del Hospital General de México “Dr. Eduardo Liceaga” y el Instituto de Canceróloga. Encontró que la mayoría recibió atención con un retraso de 7 meses, además de que fueron diagnosticadas con una etapa muy avanzada de la enfermedad.
¿Cómo se previene el cáncer cervicouterino?
Principalmente con la vacunación.
Como lo mencionamos anteriormente, en todo el mundo menos del 15% de niñas de 9 a 14 años están vacunadas contra el VPH. Existen más de 100 tipos de VPH y al menos 14 son causantes de cáncer, aunque también existe evidencia que el VPH se relaciona con cánceres de ano, vulva, vagina, pene y orofaringe.
La vacuna que actualmente está disponible previene los tipos de este virus que causan la mayoría de cánceres de cuello uterino, además de varios tipos de virus que causan la mayoría de las verrugas genitales.
El VPH es un virus que se transmite de persona a persona con contacto con la piel durante la actividad sexual. Se recomienda que la vacuna se reciba en dos dosis en niñas de 11 a 12 años, además de para las niñas y mujeres de 13 a 16 años que aún no la han recibido. Pero ojo, esto no implica que ya somos inmunes al VPH, solo protege contra algunos tipos, por lo que siempre hay que cuidarse.
Ahora, además de la vacuna hay que realizar pruebas de papanicolao de vez en cuando para detectar la presencia del virus y tratarlo antes de que llegue a cáncer. En este mismo sentido, las campañas de educación sexual son fundamentales para utilizar métodos de protección ante las enfermedades de transmisión sexual, como el condón.
Recientemente la OMS lanzó una estrategia global para eliminar el cáncer cervicouterino con tres metas a lograr en los próximos 10 años: primero que el 90% de niñas estén vacunadas antes de los 15 años, expandir al 70% el acceso a servicios para la detección de este cáncer y ampliar el acceso al tratamiento para el 90% de mujeres con lesiones precancerosas y los cuidados paliativos para las mujeres con cáncer invasivo.
Se recomienda hacer la prueba de papanicolaou a partir de los 20 años o al inicio de la actividad sexual cada 3 años, dos o uno, dependiendo de la orden de un ginecólogo o ginecóloga. Es importante estar al pendiente de la salud reproductiva para evitar este tipo de enfermedades totalmente prevenibles.