AP.- Dos estudiantes en Múnich, bebiendo cervezas en el sofá de su dormitorio en 2022, conversaron sobre una conferencia reciente que describía el uso de fibras de banano en Colombia para fabricar materiales de construcción sustentables.
¿No sería fantástico, bromearon los estudiantes de la Universidad Técnica de Múnich, hacer algo similar con un producto local aquí en Baviera, tal vez con los desechos del famoso lúpulo de la región?
Al día siguiente, comenzaron a investigar. En cuestión de meses, lanzaron una empresa emergente llamada HopfON (un juego de palabras con Hopfen, la palabra alemana para lúpulo) que ahora está ampliando sus modelos de laboratorio y proyecto piloto a productos del mundo real.
Si bien el objetivo de HopfON es reducir los desechos generados por las industrias de la construcción y la cerveza mediante la elaboración de productos que utilizan las hojas, espinas y tallos que quedan de la cosecha del lúpulo, la Sociedad de Investigación del Lúpulo en el corazón de Baviera está desarrollando nuevas variedades que reducen el exceso de la planta desde el principio.
Las cifras en torno a los residuos son alarmantes. Más de un tercio de todos los residuos generados en la Unión Europea proceden de la industria de la construcción y la demolición, según un informe de la UE publicado en enero.
Y cuando se cosecha el lúpulo cada otoño en la región alemana de Hallertau (la zona de cultivo de lúpulo más grande del mundo, a una hora al norte de la Oktoberfest ), por cada kilogramo de material dentro de los conos que se puede utilizar para elaborar cerveza, se desperdician 3,5 kilogramos de biomasa del resto de la planta. Esa es una proporción que representa aproximadamente un 20 % de producto utilizable por un 80 % de desechos.
Una parte de los desechos del lúpulo se puede utilizar como fertilizante y otra parte se puede vender a plantas de biogás para producir energía. Pero la mayor parte no es útil para los agricultores, que pueden verse obligados a alquilar más tierras agrícolas para arrojar montones de desechos lejos de sus cultivos. Los montones pueden fermentar y emitir gases de efecto invernadero, y a veces incendiarse.
“Vimos un potencial enorme en abastecernos localmente y también en utilizar un flujo de desechos que era desatendido por básicamente la mayoría de la gente”, dijo el empresario de HopfON Mauricio Fleischer Acuña a The Associated Press.
HopfON busca reducir los desechos de la industria de la construcción y sus emisiones que provocan el calentamiento del planeta, al limitar la necesidad de recursos finitos mediante productos elaborados con lúpulo. La startup también ha lanzado un modelo circular en el que los clientes pueden devolver sus productos para que se los reconvierta en nuevos materiales.
Durante la cosecha de otoño, el equipo toma el material fresco de las granjas y lo seca inmediatamente, dijo Fleischer Acuña, luego elimina las impurezas y los metales reciclables. Se corta y se separa para un proceso pendiente de patente que utiliza agentes aglutinantes que ya están en la planta para convertir la biomasa en productos como paneles acústicos, aislamiento térmico y tableros de construcción.
Un espacio de coworking en la ciudad de Mannheim, en el suroeste de Alemania, fue el primer cliente de la startup para los paneles acústicos. Un plan futuro es fabricar alternativas a los paneles de yeso.
Fleischer Acuña y sus socios —Marlene Stechl y Thomas Rojas Sonderegger, los dos estudiantes de la residencia universitaria— también planean ampliar su negocio para utilizar otros materiales orgánicos y eventualmente cambiarán su nombre de HopfON a onmatter.
El trío no es el único grupo en Baviera que busca resolver este problema. En la Sociedad de Investigación del Lúpulo de Hüll, los investigadores han desarrollado nuevas variedades de lúpulo que son más sostenibles y producen menos residuos. El director gerente Walter König dice que las nuevas variedades significan que por cada kilogramo de conos, solo hay entre 1,2 y 1,4 kilogramos de residuos.
Quizás lo más importante es que König afirmó que la investigación no sacrificó la calidad del lúpulo, lo que significa que en última instancia conservaron el sabor tradicional que los cerveceros y los amantes de la cerveza desean.
“Es algo muy sofisticado juntarlos a todos para crear una nueva variedad que huela bien y que se adapte a las cervezas que necesitamos”, añadió.