Las mujeres no reciben la misma atención sanitaria que los hombres

MSN.- Las crisis sanitarias, como la vivida durante la covid-19, suponen un reto social y sanitario sin precedentes. Además de sus evidentes repercusiones en salud, estas situaciones de crisis exponen y refuerzan desigualdades sociales, estructurales y de género. Estas desigualdades, que son diferencias innecesarias, injustas y evitables, afectan no solo la probabilidad de contraer enfermedades, sino también al acceso y uso de servicios de salud.
Las diferencias de género sanitaria existen siempre, pero suelen permanecer invisibilizadas y normalizadas hasta que una crisis las saca a relucir. En el caso de la pandemia de covid-19, la situación tuvo un efecto diferencial en las mujeres, que quedaron expuestas a una mayor situación de vulnerabilidad que los hombres, entre otras cuestiones por asumir la mayor parte del cuidado informal.
Menos ingresos de mujeres en UCI durante la pandemia
Con el fin de mejorar la efectividad de las intervenciones de salud y promover los objetivos de equidad de género y salud, realizamos una investigación sobre 390 000 personas residentes en Aragón que, entre los meses de marzo de 2020 y marzo de 2022, fueron diagnosticadas de covid-19.
Entre los principales resultados obtenidos se observó que las mujeres fueron hospitalizadas e ingresaron en las Unidades de Cuidados Intensivos con menor frecuencia que los hombres. Cuando ingresaron, sus estancias fueron más cortas. Estas diferencias se fueron reduciendo a lo largo de la pandemia, pero persistieron incluso después de considerar factores como la edad de los y las pacientes, el nivel socioeconómico, la existencia de otras patologías o el lugar de residencia.
Los factores que pueden explicar estos resultados y que se objetivaron en la investigación son diversos. En primer lugar, existe una mayor proporción de mujeres que viven en residencias, aspecto principalmente relacionado con su mayor longevidad. También presentaban una mayor incidencia de demencia, lo que se ha descrito como un factor determinante para ser ingresadas con menor frecuencia. Además, y al igual que en otros estudios, existen desigualdades socioeconómicas en la atención sanitaria, con una peor atención en aquellos colectivos con peor posición socioeconómica, situación más frecuente en las mujeres.
El rol de cuidadora hace que el diagnóstico se retrase
A esto se suman otras realidades también conocidas en el uso de servicios sanitarios, como es el rol de cuidadora de la mujer, que suele hacer que su diagnóstico y atención médica se retrasen.
Pese a toda la evidencia disponible, el impacto del género en las crisis sanitarias no se tiene suficientemente en cuenta, ni tampoco se adoptan medidas y esfuerzos en las políticas de salud desde una perspectiva de salud pública. En muchas ocasiones la información recogida todavía no está adecuadamente desagregada por sexo, lo que no permite establecer una relación entre el género y la susceptibilidad a las enfermedades, ni conocer los riesgos evitables relacionados con el contexto de normas y valores en hombres y mujeres.
Resulta primordial analizar las emergencias sanitarias con una perspectiva de género, dado el diferente grado de libertad en la toma de decisiones y en las prácticas relacionadas con la pandemia que tienen mujeres y hombres en su entorno vital.
En general, sería conveniente considerar las desigualdades de género en el análisis, planificación, diseño e implementación de políticas, junto con acciones para abordar las diferentes situaciones y necesidades que puedan surgir, con el fin de crear políticas e intervenciones efectivas y equitativas.