Los científicos descubren que la contaminación atmosférica puede ser la causa del aumento de la resistencia a los antibióticos

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Un nuevo estudio mundial ha descubierto que el aumento de los niveles de contaminación atmosférica se correlaciona con una mayor resistencia a los antibióticos, una de las mayores amenazas para la salud humana.

Euronews.- El aumento de las infecciones y bacterias resistentes a los antibióticos podría estar relacionado con la contaminación atmosférica, según un nuevo análisis mundial.

Los científicos estudiaron datos de 116 países a lo largo de casi dos décadas y publicaron sus conclusiones el martes en la revista The Lancet Planetary Health.

“La resistencia a los antibióticos y la contaminación atmosférica se encuentran por derecho propio entre las mayores amenazas para la salud mundial”, afirma el autor principal, Hong Chen, de la Universidad de Zhejiang (China).

La resistencia a los antibióticos se produce cuando los medicamentos utilizados para tratar las infecciones bacterianas pierden eficacia.

Se considera una de las mayores amenazas para la salud mundial, con un número creciente de infecciones como la neumonía y la tuberculosis cada vez más difíciles de tratar, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Más de un millón de muertes en todo el mundo se debieron a la resistencia a los antibióticos en 2019, según un análisis global publicado el año pasado, mientras que los Centros Europeos para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC) informaron de que más de 35.000 personas mueren cada año en Europa por infecciones bacterianas resistentes a los medicamentos.

Los investigadores afirmaron que el uso indebido y excesivo de antibióticos sigue siendo el principal factor de resistencia a los antibióticos, pero que el nuevo análisis muestra que la contaminación atmosférica también podría ser un factor contribuyente.

Según los investigadores, la relación entre la contaminación atmosférica y la resistencia a los antibióticos también se ha reforzado con el tiempo.

“Hasta ahora, no teníamos una imagen clara de los posibles vínculos entre ambos, pero este trabajo sugiere que los beneficios de controlar la contaminación atmosférica podrían ser dobles: no sólo reduciría los efectos nocivos de la mala calidad del aire, sino que también podría desempeñar un papel importante en la lucha contra el aumento y la propagación de bacterias resistentes a los antibióticos”, señaló Chen en un comunicado.

La contaminación por partículas está relacionada con la resistencia a los antibióticos

Los científicos descubrieron que la resistencia a los antibióticos aumenta con las PM2,5, que son pequeñas partículas con un diámetro inferior a 2,5 micrómetros. Son peligrosas porque pueden penetrar profundamente en los pulmones e incluso en la sangre de las personas.

Se calcula que más de cuatro millones de personas mueren prematuramente cada año debido a la exposición a la contaminación atmosférica relacionada con estas partículas finas.

Este tipo de contaminación atmosférica se debe a la quema de combustibles fósiles, el humo de los cigarrillos y los incendios forestales, entre otras fuentes.

Según el nuevo análisis, cada aumento del 1% en la contaminación atmosférica se relacionó con incrementos de la resistencia a los antibióticos de entre el 0,5% y el 1,9%.

Los investigadores descubrieron que las PM2,5 son uno de los principales factores de resistencia a los antibióticos, y que el norte de África y Asia occidental son las regiones en las que estas partículas finas tienen un mayor impacto en la resistencia a los antibióticos.

“Los elementos resistentes a los antibióticos transportados por los contaminantes atmosféricos podrían estar directamente expuestos a los seres humanos, lo que supone un riesgo sustancial, ya que la ingesta diaria de genes resistentes a los antibióticos a través de la inhalación supera la ingesta de genes resistentes a los antibióticos a través del agua potable”, señalan los autores en el estudio.

Para 2050, la resistencia a los antibióticos podría aumentar un 17% si no cambian las políticas sobre contaminación atmosférica, añadieron los autores del estudio.

El conjunto de datos utilizado para el análisis incluía más de 11,5 millones pruebas y abarcaba nueve patógenos bacterianos y 43 tipos de antibióticos.

Los autores señalaron que una de las limitaciones del estudio era la falta de datos de algunos países de renta baja y media, los más afectados por la resistencia a los antibióticos.

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