Madres buscadoras de Centroamérica acusaron falta de apoyo para localizar a sus familiares desaparecidos

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La mayoría de los casos de jóvenes centroamericanos desaparecidos se han registrado en el estado de Sonora.

Infobae.- El 11 de marzo de 2023, un grupo de madres buscadoras de El Salvador, Nicaragua, Guatemala y Honduras llegó a México para dar inicio a la brigada “Tejiendo Rutas”. A lo largo de casi dos semanas, recorrieron algunos de los municipios más peligrosos de Sonora con el objetivo de encontrar pistas sobre el paradero de sus familiares desaparecidos.

Las jornadas de búsqueda contemplaron caminatas en los municipios de San Luis Río Colorado, Caborca, Altar, Nogales, Agua Prieta y Hermosillo. En cada uno visitaron albergues, centros de rehabilitación y otras zonas en las que sus familiares, en busca de un mejor futuro, pudieron haber transitado antes de desaparecer.

Al cierre de la brigada internacional de búsqueda, madres integrantes de la Red Regional de Familias Migrantes se manifestaron pacíficamente en la Ciudad de México para pedir el apoyo del gobierno en la localización de sus hijos.

“No buscamos a los culpables, nosotros sólo queremos a nuestros hijos”, fue una de las consignas de las manifestantes.

El colectivo marchó desde el Monumento a la Madre hasta la Glorieta de las y los Desaparecidos. (Twitter/@elhaaronjpg)

La caminata inició en el Monumento a la Madre y culminó en la Glorieta de las y los Desaparecidos, sobre la avenida Paseo de la Reforma, en donde colocaron las imágenes de sus familiares desaparecidos.

En dicho punto, según quedó registrado en sus redes sociales, instalaron una mesa para exponer algunas de sus experiencias a lo largo de los años en que han buscado a sus hijos.

Gustavo Artiga Castaneda salió de su casa en El Salvador y se encaminó hacia Estados Unidos en busca oportunidades que le permitieran darle una mejor vida a su hijo. El 30 de agosto de 2015 fue la última vez que Sandra Castaneda, su madre, tuvo noticias de él. Aquel día recibió una llamada suya y le dijo que estaba en Altar, Sonora.

“Para mí llegar a México significa dolor, porque aquí desapareció mi hijo”, externó Sandra. Esta es la tercera ocasión que viene al país. Por la desaparición de Gustavo interpuso una denuncia ante el Ministerio de Relaciones Exteriores de su país y apenas en 2022 las autoridades mexicanas abrieron una carpeta de investigación en la Fiscalía General de la República (FGR).

Las y los activistas colocaron los rostros de los jóvenes en las bardas que resguardan la Glorieta. (Twitter/@elhaaronjpg)

“Por primera vez conocimos el peligro al que nuestros familiares se enfrentan en su camino hacia Estados Unidos. (…) Visitamos, albergues, centros de rehabilitación y recorrimos calles con la esperanza de encontrar pistas para dar con el paradero de nuestros familiares”, detallaron las madres buscadoras.

Otra integrante del colectivo es Amalia Ramírez, originaria de Honduras. Desde 2021 busca a su hijo Héctor Manuel Dubón Ramírez, quien desapareció el 6 de marzo de aquel año también en Altar, Sonora. “La última vez que me llamó sólo me dijo que lo había agarrado la policía”.

Los jóvenes centroamericanos que han desaparecido en México en los últimos años y que son buscados por este colectivo son:

– Jhonnie Oswaldo Paz Hernández, procedente de Guatemala. Desapareció el 3 de septiembre de 2021 en Altar, Sonora.

– Jordín Ariel Castillo Ramírez, proveniente de Honduras. La última vez que se supo de él fue el 6 de marzo de 2021, cuando se encontraba en Altar, sonora.

– Milton Javier Aguilera Gómez, de Nicaragua, estaba también en Altar, Sonora, cuando desapareció el 20 de julio de 2019.

– Oscar Antonio López Enamorado, originario de Honduras, desapareció el 19 de enero de 2010 en el estado de Jalisco.

La brigada de búsqueda se extendió por más de dos semanas. (Twitter/@elhaaronjpg)

Entre los obstáculos a los que este grupo de madres buscadoras se ha enfrentado, denunciaron que al menos tres de ellas, provenientes de El Salvador y Honduras, fueron detenidas y revictimizadas a su llegada al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), pues “no nos creían que íbamos a búsqueda”.

Sumado a ello, lamentaron que durante sus jornadas algunas autoridades les impidieran entrar a centros de reinserción social en busca de indicios, además de que no les brindaron ningún acompañamiento psicológico.

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