Un estudio de la UVM en el contexto electoral identifica estos dos temas como los principales problemas que afectan a los jóvenes en México.
Expansión.- Cuando a los jóvenes se les pregunta cómo ven su futuro laboral y económico, a la mayoría le gusta imaginarse que tendrá un buen trabajo, estable, con prestaciones, y ahora, más flexible, pero lo más importante, con un buen salario.
Pero la realidad es que en México predomina un empleo de mala calidad y salarios muy por debajo de la aspiración de los jóvenes.
De cara a la nueva presidencia en el país, el Centro de Opinión Pública (COP) de la Universidad del Valle de México (UVM) realizó el estudio La voz de los jóvenes en el contexto electoral, en el cual se indica que más de 70% de la población entre 18 y 29 años dice que los principales problemas a los que se enfrenta son la falta de oportunidades laborales y bajos ingresos.
La encuesta del COP de la UVM en alianza con Expansión apunta que lo que más aqueja a los jóvenes es la falta de oportunidades de trabajo, con 76.4% de las respuestas, seguido por los bajos salarios, con 74.3%.
En estos problemas se abre una brecha de género, es mayor el porcentaje de mujeres que los enfrentan; en la falta de oportunidades laborales es un 79.3% contra 73.5% de hombres, mientras que en los bajos ingresos es 78% contra 70.5%.
De acuerdo con el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), de los jóvenes que buscan participar en la economía, dos de cada 10 no buscan empleo porque consideran no tener posibilidades de encontrarlo, o de encontrar un trabajo de calidad.
La paradoja de las oportunidades
En México, la tasa de desempleo de los jóvenes se ubicó en 5.26% al cierre de 2023, es más alta que el promedio nacional (2.7%), según datos de la ENOE del Inegi.
Es una realidad la percepción de la falta de oportunidades para los jóvenes en el mercado laboral mexicano, pero también hay empresas que se están enfrentando a la escasez de talento humano. Para Tania Arita, directora de reclutamiento de Talent Solutions de Manpower Group, esto es una paradoja.
En las evaluaciones que hacen dentro de Manpower se encuentra que 65% de las empresas dice tener problemas para encontrar talento, y a la par, 60% de los jóvenes señalan dificultades para insertarse laboralmente.
“¿Qué es lo que está sucediendo? Lo que sucede es que sí existen ofertas de empleo, pero los empleadores no están encontrando las habilidades que necesitan para ocupar esas posiciones”, comenta Arita.
Por ejemplo, en el sector de la tecnología, ocho de cada 10 empresas refiere que tiene dificultades para encontrar a sus recursos humanos.
Otras empresas que están viendo esta problemática son las del sector transporte, logístico y automotriz.
Un factor que la especialista encuentra importante ante la falta de oportunidades laborales es que las carreras universitarias se están volviendo obsoletas.
“Nuestras carreras universitarias o lo que nosotros estudiamos, lo que a mí me sirvió hace un año, no necesariamente me va a servir para hoy, inclusive vemos profesiones u oficios que ya no se ocupan, pero que hoy tenemos nuevas demandas”, explica Arita.
El IMCO señala que las carreras más estudiadas en México son las mismas desde hace una década, esto refleja la necesidad de adaptarse a las demandas laborales cambiantes.
La experta de Manpower dice que esta situación debe llevar a la reflexión y que el gobierno, la academia y el sector empresarial deben resolver juntos.
En general, comenta que el panorama para los jóvenes es de más oportunidades por el fenómeno del nearshoring, el desafío es desarrollar habilidades más sofisticadas, y también una vez que los jóvenes se inserten en el mercado laboral, tienen el reto de mantenerse.
En general, comenta que el panorama para los jóvenes es de más oportunidades por el fenómeno del nearshoring, el desafío es desarrollar habilidades más sofisticadas, y también una vez que los jóvenes se inserten en el mercado laboral, tienen el reto de mantenerse.
En general, comenta que el panorama para los jóvenes es de más oportunidades por el fenómeno del nearshoring, el desafío es desarrollar habilidades más sofisticadas, y también una vez que los jóvenes se inserten en el mercado laboral, tienen el reto de mantenerse.
En la búsqueda del mejor salario y calidad
Los jóvenes quieren independizarse y su ideal es tener una vida estable, con ingresos que les permitan no preocuparse, en un ejercicio que también realizó la UVM con un grupo estudiantes de Nuevo León de entre 19 y 24 años, se identificó que un nivel salarial al que aspiran es de entre 30,000 y 35,000 pesos al mes.
“Me visualizo con mis estudios terminados y estar en una empresa y llevar una vida estable, que pueda gastar sin tener que preocuparme”, dice Devany de 21 años, estudiante de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL).
Aunque la cifra es conservadora, está muy alejada de la realidad. En el esquema económico de los jóvenes realizado por el IMCO, se tiene que alrededor de 50% de esta población que trabaja tiene una remuneración máxima de poco más de 5,000 pesos mensuales.
Y esta realidad, más allá de la aspiración, la tienen muy presente los jóvenes, “las oportunidades cada vez se están haciendo más pequeñas, (…) los sueldos son muy bajos o no te dan las prestaciones que deben”, refiere Yareli, también estudiante de la UANL.
Esto se complementa con los datos no tan alentadores de la Encuesta de Jóvenes en México del Observatorio de la Juventud en Iberoamérica y Fundación SM, en la cual se destaca que una tercera parte de los jóvenes que trabajan vive en pobreza por ingresos laborales insuficientes, es decir ganan menos de 3,500 pesos al mes. Y 51% de los jóvenes que cuentan con un empleo y salario carece de seguridad social
“El salario, independientemente de la generación que sea, es de las principales preocupaciones que hoy las personas tienen para poderse insertar laboralmente o hacer un cambio de empleo”, asegura Arita de Manpower.
Agrega que el salario está relacionado a factores de experiencia, certificaciones adicionales o idiomas.
“Si a mí me piden un contador, puedo decir que la media está entre 15,000 a 18,000 pesos, pero con inglés esa posición se sube automáticamente hasta 50,000 a 80,000 pesos. Así de radical”, ejemplifica Arita.
Pero los ingresos ya no lo son todo, también se busca un “salario emocional”. Los jóvenes quieren una mayor flexibilidad, como elegir horario de trabajo, la posibilidad del home office, periodos de vacaciones más prolongado, apoyo a la salud mental y prestaciones más allá de las de ley, y también consideran la reputación ambiental de la empresa.
Aunque predomina la importancia del salario, también hay otra cosa segura, “los jóvenes empiezan a fijarse en otras cosas que antes no eran importantes”.