México encontró “el mayor tesoro arqueológico” de las últimas décadas en el camino del Tren Maya

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WIRED.- México encontró “el mayor tesoro arqueológico” de las últimas décadas durante las obras de construcción del Tren Maya, en el sureste del país, aseguró Diego Prieto Hernández, director del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

Por el camino del ferrocarril — que recorrerá la península de Yucatán de punta a punta a través de 1.554 kilómetros por los Estados de Chiapas, Tabasco, Campeche, Yucatán y Quintana Roo — se ha encontrado el disco solar en Chichén Itzá, la escultura del dios del maíz en Palenque, la estela dual en Uxmal, los bajorrelieves de un cautivo tomado del cabello por una dignataria en Ek Balam, urnas funerarias y tiestos son algunos de los objetos encontrados en los cinco estados que atraviesa el nuevo tren.

“En Yucatán, Campeche, Quintana Roo, Tabasco y Chiapas hemos descubierto más de 1.4 millones de fragmentos de cerámica, más de 50,000 bienes muebles e inmuebles, como palacios y estructuras, constituyendo el mayor tesoro arqueológico encontrado en las últimas décadas en México”, dijo el director del INAH. También se han ubicado más de 129 entierros humanos con ofrendas, 835 elementos naturales asociados al contexto arqueológico (cuevas y cenotes), pinturas rupestres, templos, una canoa casi intacta de más de 1.000 años de antigüedad y más de medio millón de fragmentos cerámicos. Se trata del “más importante proyecto de investigación que se haya llevado a cabo en la región maya de México”, asegura Diego Prieto.

El descubrimiento del Dios del Maíz, en Palenque, Chiapas

Para los mayas, el maíz era la planta vital por excelencia y, según el Popol Vuh, con su masa los dioses crearon al hombre. Los primeros hombres fueron hechos de lodo y los siguientes de madera; sobrevivieron solo los que se fabricaron con masa de maíz porque tuvieron las facultades de sostener y venerar a los dioses, agradecerles su creación y mostrarse dispuestos a servirlos en todo lo que ellos quisieran. Con maíz blanco moldearon la figura humana y con el maíz rojo hicieron su sangre. Alberto Ruz Lhuillier, reconocido por haber descubierto la tumba de Pakal el Grande en el Templo de las Inscripciones en Palenque, explica en su libro Los antiguos mayas, que su representación humanizada es “un hombre joven, cuya cabeza alargada recuerda la forma de una mazorca o está rodeada de hojas”. Justo esa representación del joven dios del maíz maya fue hallada hace apenas unos meses por especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) durante los trabajos de conservación en un pasillo de El Palacio, en Palenque, en el Estado de Chiapas, al sur de México.

Tiene más 1.300 años de antigüedad y es el primer hallazgo de una cabeza de estuco en la zona arqueológica. La escultura es parte fundamental de una ofrenda colocada sobre un estanque, emulando el ingreso de la deidad al inframundo. Una imagen alucinante para los ojos entrenados de los arqueólogos. “El descubrimiento del depósito nos permite empezar a conocer cómo los antiguos mayas de Palenque revivían, de manera constante, el pasaje mítico sobre el nacimiento, la muerte y la resurrección de la deidad del maíz”, explica el investigador del Centro INAH Chiapas, Arnoldo González Cruz. La cabeza del dios del maíz —que mide 45 centímetros de largo; 16 centímetros de ancho y 22 centímetros de alto— es idéntica a las mazorcas y sus largos cabellos se equiparan con los del elote; se trata un hombre joven con una acentuada deformación craneal y sin ningún rasgo animal.

Derivado del trabajo de salvamento arqueológico que el INAH emprendió en la troncal y en el tendido de vías del Tren Maya, así como de las labores del Programa de Mejoramiento de Zonas Arqueológicas (Promeza) en 29 sitios ubicados en Chiapas, Tabasco, Campeche, Yucatán y Quintana Roo, este 2023 “fue pródigo en lo que respecta a hallazgos arqueológicos en el área maya mexicana”, dijo el INAH a través de un comunidad

Ruta del Tren Maya

Para el funcionario, lo importante es recuperar la información integral y la posibilidad de reconstruir estructuras sociales y del pensamiento de los mayas. “Por eso pueden tener tanto interés la tumba de Pakal, en Chiapas, que una punta de flecha que hable de presencia antigua de la cultura de esta región”, detalló. El arqueólogo resaltó el descubrimiento de la complejidad de los sistemas urbanos de comunicación y comercio que se desarrolló en el área maya de Mesoamérica, que abarca México, Guatemala, Belice, Honduras y El Salvador.

La estela dual en Uxmal, y otros hallazgos del tramo 5

Los arqueólogos del INAH también descubrieron una estela maya dual en la Zona Arqueológica de Uxmal, Yucatán. El monumento contiene la imagen de una deidad femenina en la cara norte, y de un numen masculino en la sur. La relevancia del hallazgo radica en haberse encontrado in situ, es decir, en el sitio donde los antiguos mayas lo colocaron en tiempos prehispánicos.

En marzo, la imagen tallada en piedra de un personaje con un faldón decorado con huesos y en cuya mano sostiene la cabellera de un cautivo, se descubrió en la Zona Arqueológica de Ek’ Balam, en Yucatán. Ahí, también fueron identificadas siete tapas de bóveda recubiertas con pintura mural y un chultún –depósito de agua– reusado por los antiguos habitantes como cámara funeraria.

Un espacio mortuorio más se identificó en Palenque, en Chiapas, conformado por un entierro primario completo y otro secundario acompañado por una ofrenda de tres platos cerámicos y un nicho con figurillas de piedra verde. Otro hallazgo aparecido en la ruta del Tren Maya fue un excepcional plato prehispánico, notorio por su estilo abstracto en la ornamentación. El objeto ha sido desenterrado gracias al trabajo de expertos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) que se encuentran realizando la labor de preservación en la Zona Arqueológica de Edzná, en Campeche.

En la ruta del Tren Maya

Esta pieza exhibe una decoración compuesta por motivos circulares en tonos de negro y ha sido datada en el periodo Clásico Terminal Maya, que abarca desde el año 600 hasta el 750 d.C. Este plato formaba parte de los objetos funerarios de un individuo y fue rescatado durante la excavación arqueológica realizada en el proceso de construcción del Centro de Atención a Visitantes.

Los hallazgos han sido ubicados gracias al proyecto de salvamento arqueológico bautizado como ‘U lu’umil maaya wíiniko’ob: Un análisis regional del sureste mesoamericano’, donde unos 292 arqueólogos, antropólogos, etnólogos, biólogos, geógrafos, topógrafos y restauradores; y más de 1.000 trabajadores de la región realizan recorridos en superficie con herramientas como la geolocalización mediante GPS, la topografía con tecnología satelital y el uso de sensores LiDAR — una sistema de detección por luz y distancia que desvelar ruinas ocultas por la basta vegetación o enterradas bajo tierra — lo que ha permitido identificar y valorar áreas donde se concentran elementos arqueológicos de forma panorámica. Debido a la concentración de estos vestigios en el camino del tren, el INAH definió áreas críticas donde habrá de establecerse medidas específicas para evitar la destrucción de los basamentos piramidales, plazas o cuadrángulos y terrazas.

Un adorno nasal maya, una gargantilla de caracola, vasijas y efigies

En la ruta del Tren Maya, arqueólogos han descubierto una delicada gargantilla esculpida en caracola, adornada con la representación grabada de cuatro figuras mayas. La arqueóloga Maricela Salazar Carrillo, quien forma parte del proyecto de salvamento, ha sugerido que la gargantilla, cuando se relaciona con otras piezas similares conocidas, podría datar del periodo Clásico Terminal (830-900 d.C.).

La pieza, que mide 9.7 centímetros de largo por 2.9 centímetros de ancho y tiene un grosor de apenas 1 milímetro, posee una forma semielíptica o semilunar. Este importante descubrimiento tuvo lugar el 13 de septiembre de 2023 en Nicolás Bravo, un pueblo ubicado en Quintana Roo, durante las investigaciones arqueológicas en el Tramo 7 de la ruta del Tren Maya.

En la ruta del Tren Maya

Estos artefactos están vinculados con actividades diplomáticas o el intercambio de bienes entre antiguas élites. En la época de las élites mayas, la diplomacia era esencial para las interacciones políticas y sociales. Las élites, que incluían nobles, sacerdotes y líderes políticos, empleaban diversas estrategias diplomáticas, como el intercambio de bienes de lujo, alianzas matrimoniales, el envío de embajadores y mensajeros, acuerdos de no agresión y la organización de ceremonias diplomáticas.

También hallaron un adorno nasal maya los especialistas en la Zona Arqueológica de Palenque, ubicada en el Estado mexicano de Chiapas. Esta nariguera, elaborada en hueso humano, era utilizada por los gobernantes y sacerdotes de la antigua ciudad durante ceremonias en las que personificaban a K’awiil, el dios maya

de la fertilidad y el maíz. Es la primera vez en la historia de las exploraciones que se halla un adorno de esta naturaleza, que destaca enormemente por el detalle de su tallado.

nariguera maya

El adorno nasal maya pieza formaba parte de un depósito ritual colocado en el periodo Clásico Tardío (600 y 850 d.C.), para conmemorar la terminación de un edificio, una estructura sobre la cual se construyó la Casa C del Palacio, complejo arquitectónico que ha sido motivo de trabajos de conservación por parte de la Secretaría de Cultura federal.

Al halar del Programa de Mejoramiento de Zonas Arqueológicas (Promeza) derivado del Tren Maya, destacó que recuperaron “información y material valioso para un mejor conocimiento del devenir y desenvolvimiento de la gran civilización maya, sus épocas, regiones culturales y expresiones artísticas y urbanas”. Los expertos del INAH generaron nuevos conocimientos, ”como la gran densidad de población que se registró en Mesoamérica, particularmente en el norte de Chiapas, la selva de Tabasco, el sur de Campeche y la Península de Yucatán”.

Prieto Hernández enunció dos pilares de ese trabajo de investigación y recuperación de la memoria maya. “Uno, es el salvamento arqueológico que tiene que ver con la recuperación de materiales que brindan información valiosa y estructuras de orden arquitectónico, pero también bienes muebles e inmuebles en un área acotada por los derechos de vía del tren”, afirmó.

A los tesoros culturales hallados en la ruta del Tren Maya se añaden el redescubrimiento de Ichkabal, “una ciudad majestuosa de la nación maya que abrirá al público en agosto próximo”. “Hablamos de una gran investigación colectiva institucional, con la participación de cientos de jóvenes profesionales en arqueología, tecnología, historia y otras disciplinas”, aseguró.

En el Tramo 7 del Tren Maya, que va de Bacalar, en Quintana Roo, a Escárcega, en Campeche, se recuperaron dos piezas relevantes: una vasija con la representación del dios K’awiil, vinculado con el rayo, la fuerza y el poder; y la efigie del numen maya de la muerte, reconocido por su modificación craneal de tipo tabular erecta, su nariguera y un antifaz que cubre su rostro descarnado.

Guerrero maya

En la Zona Arqueológica de Moral-Reforma, en Tabasco, la implementación del Promeza permitió realizar estudios de antropología física a 13 entierros humanos asociados con un templo antiguo, denominado Estructura 18, confirmando que algunos de ellos fueron decapitados y ofrendados de forma ritual a dicho edificio.

Además, se registraron los hallazgos de dos conjuntos habitacionales en Kabah, en Yucatán, y el de una estructura circular consagrada al dios del viento, Kukulcán, en la Zona Arqueológica El Tigre, en Campeche.

Hace unos días, durante las labores de liberación de áreas para la habilitación de un sendero, se reportó el descubrimiento de una cueva con depósitos mortuorios al interior del recinto amurallado de Tulum, en Quintana Roo.Dentro de la cavidad se localizaron diversos entierros humanos, artefactos a manera de ofrenda y gran cantidad de huesos de animales, algunos de los cuales presentan huellas de corte y otros más se encuentran trabajados como artefactos (punzones, agujas o mangos de abanicos), característicos de la zona.

“No podemos quedarnos solo con la investigación, hay que conservar los materiales y sitios arqueológicos para las futuras generaciones”, indicó. Prieto Hernández apuntó que es importante saber que la civilización maya no ha desaparecido, pues la constituyen variantes lingüísticas y pueblos que han resistido. Los tesoros encontrados durante la construcción del Tren Maya se exhibirán en los Museos Arqueológico del Puuc, de Sitio de Dzibilchaltún y Chichén Itzá, así como el de Historia de Yucatán, que abrirá en los próximos meses.

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