Gracias a la digitalización laboral se está dando una nueva manera de migrar el talento que no requiere del cuerpo físico. Te explicamos qué es este fenómeno.
Expansión.- Mirella Naïm es una joven de 26 años que vive en Akkar, en las montañas de Líbano, y a pesar de que el país atraviesa por una inflación de casi 250% , ella dice sentirse afortunada por una razón: trabaja remotamente para una empresa en Dubai. Aunque su salario es de solamente 350 dólares mensuales por jornadas de 8 horas de trabajo remoto, ella se considera “privilegiada”, pues es la única persona empleada en su familia y gana poco más del doble del ingreso promedio del libanés, pues en 2023, el salario es de 150 dólares mensuales.
Pero lo que más agradece Mirella es que tiene la oportunidad de trabajar sin tener que migrar. “A causa de la crisis muchos de mis amigos y familiares se fueron para buscar trabajo a otros países, pero yo no me quiero ir. Me gusta vivir cerca de mis padres”, dice.
La historia de la humanidad es la historia de la migración. Desde siempre las personas se han mudado de un lugar a otro en busca de oportunidades económicas en países con trabajos mejor remunerados. Pero a raíz de las nuevas tecnologías y la creciente digitalización que impulsó la pandemia, este fenómeno migratorio podría estar sufriendo cambios, y uno de ellos es la e-migración.
Nacho De Marco, CEO de BairesDev, empresa de desarrollo de software en el extranjero y ampliación de personal, explicó este fenómeno y es que hoy en día, gracias al trabajo remoto, se puede formar parte de empresas internacionales sin necesidad de abandonar su comunidad. “Esta nueva tendencia probablemente tendrá un impacto considerable no solo en las economías locales de América Latina, sino también en los Estados Unidos”, explicó.
‘Fuga de cerebros’ versión 2.0
“Hace muchos años se hablaba de la fuga de cerebros, pero esa fuga estaba condicionada también a la migración de todo el cuerpo”, explicó el Dr. Carlos Dávila, antropólogo experto en migración.
La fuga de cerebros implica que gente muy talentosa y capacitada se vaya de su lugar de origen para trabajar en países extranjeros y, de acuerdo con el Dr. Dávila, este movimiento implica no sólo la migración del conocimiento, sino también de toda la cultura, lengua, comida y hasta la religión. Esto dio pie a que muchas sociedades también se construyeran multiculturalmente.
Incluso, fue así como se creó parte del imperio de Silicon Valley. Ubicada en la bahía de San Francisco en California, Estados Unidos, es conocida como el epicentro global de la industria tecnológica y la innovación. Pero, d e acuerdo con el Indian Times, 16% de las empresas tecnológicas de Silicon Valley fueron iniciadas por personas nacidas en la India. Esto sin mencionar que desde Neal Mohan, al frente de YouTube, hasta Amrapali Gan, quien lidera OnlyFans, son algunos de los líderes indios de estas empresas.
“Hoy ya no es así porque la gente se queda donde siempre ha estado y lo que hay más bien es una transferencia de conocimientos que no implica lo que la migración tradicional”, mencionó el antropólogo. Resaltó que estas migraciones, además, están llevadas por generaciones que prácticamente no tienen que salir de su casa para tener trascendencia laboral. Solamente necesitan conocer dos lenguajes: el cibernético y el de su empleador.
Sin embargo, resaltó que este tipo de migración no es la misma que los llamados nómadas digitales . Estas son personas que trabajan vía remota pero, por gusto y no necesidad económica, viajan a diferentes partes del mundo porque su actividad laboral les permite trabajar en cualquier punto donde haya wi-fi. “Los nómadas digitales no transforman multiculturalmente el lugar en el que habitan. O, si lo hacen, es más bien gentrificándolo”, destacó el Dr. Dávila.
Latinoamérica, ¿un lugar para la e-migración?
A raíz de la pandemia, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) estimó que en 2021, 20% de los trabajadores del mundo realizó trabajo remoto. En Latinoamérica esta cifra llegó a 23 millones de personas en el último año.
No se sabe con exactitud cuántos de estos teletrabajos corresponden para empresas extranjeras, pero de acuerdo con De Marco, hay diversos factores que hacen que América Latina sea un lugar con una creciente tendencia de e-migración.
En primer lugar, por la habilidad y la inversión. Mientras que poco más de la mitad de los latinoamericanos tenían acceso a internet en 2017, seis años después esa cifra ha superado ampliamente los dos tercios, convirtiendo a la región en una de las más conectadas rápidamente en el mundo.
Esta inversión se traduce en trabajadores más capacitados: en promedio, las universidades estadounidenses gradúan a menos de 50,000 ingenieros de software cada año, de acuerdo con el estudio elaborado por Coderslink ; sin embargo, México y Brasil producen, en conjunto, 605,000 ingenieros de software anualmente.
Otro factor es la cultura, pues de acuerdo con De Marco, los profesionales de tecnología en América Latina provienen de entornos donde se fomenta el pensamiento creativo, la búsqueda de nuevas soluciones y la experimentación cuando es necesario, lo que los hace encajar naturalmente en el sector tecnológico de rápido movimiento e irreverente.
“También tienden a tener fuertes “habilidades blandas”, lo que significa que a menudo son cálidos y comunicativos con los clientes. Esto no es solo una nota al margen: hace que las interacciones entre las empresas estadounidenses y sus miembros del equipo latinoamericano se sientan como una asociación, no simplemente una transacción. Esto marca una gran diferencia con las normas habituales de externalización”, explicó.
Por su parte, el Dr. Dávila concluyó que aunque este fenómeno tiene varios aspectos positivos, la gran carencia que tendrán estos profesionales es la falta de redes afectivas laborales y que, si no se suplen en otros espacios, pueden tener consecuencias psicológicas y sociales. A su vez, otro aspecto a considerar son las legislaciones para los derechos laborales de este tipo de trabajadores.