Miles de peruanos exigen en Lima la renuncia de la presidenta Dina Boluarte

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Las autoridades del país han desplegado un operativo de seguridad masivo ante la llegada de miles de manifestantes a la capital, que también denuncias las muertes durante las protestas.

Expansión.- Miles de peruanos, muchos de las regiones mineras del sur del país, llegaron a la capital Lima para una planeada gran marcha el jueves contra el gobierno y el Congreso, radicalizando su postura luego de más de 50 muertes vinculadas a protestas que comenzaron en diciembre.

Los enfrentamientos marcan la peor violencia que ha visto Perú en más de dos décadas, mientras los manifestantes en su mayoría de regiones más pobres desahogan su ira contra la élite política limeña por una persistente desigualdad, poniendo a prueba la democracia de la nación andina rica en cobre.

En buses y a pie, miles han viajado a la capital peruana, portando banderas y pancartas criticando al gobierno y a la policía por enfrentamientos mortales en las regiones de Puno, Cusco y Ayacucho. Muchos exigen la dimisión de Boluarte.

Los manifestantes han llamado a la protesta del jueves la “Toma de Lima”, y las autoridades han anunciado el despliegue de miles de agentes para velar por la seguridad en la ciudad, que el miércoles cumplió sin festejos sus 488 años de fundación.

La policía desplegó “11,800 efectivos en las calles para el control de disturbios, tenemos más de 120 camionetas y 49 vehículos militares, y también la participación de las fuerzas armadas”, aseguró el jefe de la Región Policial Lima, general Víctor Zanabría.

“La policía esta en alerta máxima”, agregó.

Los manifestantes exigen la renuncia de la presidenta Dina Boluarte, nuevas elecciones rápidas, el cierre del Congreso y una nueva Constitución para reemplazar una favorable al mercado que se remonta desde 1993 en el gobierno del expresidente Alberto Fujimori, quien está preso por abusos a los derechos humanos.

En recientes protestas, los manifestantes han quemado sedes públicas y privadas y han atacado estaciones policiales en diferentes regiones del interior del país.

La policía aumentó la vigilancia en vías de ingreso a Lima y los líderes políticos han llamado a la calma. La semana pasada el gobierno prorrogó por 30 días más el estado de emergencia en Lima y el sur regiones de Puno y Cusco, cercenando algunos derechos civiles como el libre tránsito de personas.

En las regiones de Puno, Huánuco, Tacna centenares de campesinos se movilizaron por las calles. En Lima, pequeñas marchas empezaron desde distintos puntos de cara a converger en un punto determinado de la capital para una marcha que debe recorrer unos 20 kms por la ciudad de 10 millones de habitantes.

El aeropuerto de Arequipa, segunda ciudad del Perú, suspendió sus operaciones por seguridad.

El servicio de ferrocarriles entre Cusco y la ciudadela inca Machu Picchu, joya del turismo de Perú, también se suspendió, informó la compañía operadora.

Muertes en las protestas

El jueves se conoció la muerte de un segundo manifestante herido de bala horas antes en el tórax cuando se manifestaba en Macusani, región de Puno, informó a la AFP la Defensoría del Pueblo.

El miércoles una mujer murió también de un balazo en el marco de las protestas en Macusani, donde una turba quemó una comisaría y un local judicial.

Estos dos decesos elevaron a 44 el total de fallecidos desde que estalló la crisis, el pasado siete de diciembre. Además, nueve personas han fallecido en accidentes relacionados con las protestas.

Boluarte ha pedido “perdón” por las muertes en las protestas pero ha reafirmado que no va a renunciar.

Grupos de derechos humanos han acusado a la policía y al Ejército de usar armas de fuego mortales en las protestas. La policía dice, por su parte, que los manifestantes han usado armas y explosivos caseros.

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