Muerte de empresario pone en la mira seguridad en antros del Valle de México

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El “goteo” y el “canasteo” son modus operandi usados para intoxicar a una persona y aprovecharse de ella; CDMX tiene el 28% de los casos, mientras Edomex acumula 48%.

Expansión.- El empresario Íñigo Arenas comenzó la noche del 5 de agosto en un bar República en Polanco, al poniente de la Ciudad de México y fue encontrado la mañana del día siguiente sin vida en el antro Black Royce, en Naucalpan, Estado de México.

La muerte es investigada como homicidio por la Fiscalía General del Estado de México, pues según la investigación, Arenas falleció por broncoaspiración debido al alcohol y drogas que cuatro bailarinas presuntamente le suministraron.

En un cateo realizado por la Fiscalía mexiquense en el Black Royce, las autoridades encontraron pastillas y sobres con clorhidrato de cocaína, recipientes para aplicación de gotas y equipo de grabación.

El caso ha puesto en la mira la seguridad en los antros y centros nocturnos de la Ciudad de México y el Estado de México, así como la operación de redes de “goteo” o “canasteo” en estos establecimientos.

Se conoce como “goteo” cuando se colocan gotas para los ojos –que contienen tetrahidrozolina– en la bebida de una persona, las cuales al entrar y ser absorbidas en el estómago provocan somnolencia, respiración y latidos cardíacos lentos, hipotermia e incluso un coma.

Mientras el “canasteo” es la colocación de sustancias o drogas en una bebida, que puede ser por la inyección de botellas para adulterarlas o directamente con polvos, pastillas o líquidos en vasos.

Estos modus operandi tienen el propósito hacer que la víctima vea disminuida su conciencia para así explotar económicamente o sexualmente a la persona, alerta Salvador Guerrero Chiprés, presidente del Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la Ciudad de México.

“Es imposible disociarlo de algún tipo de práctica delictiva dirigida a la depredación patrimonial más que a la sexual; cuando es sexual es más probable que se trate de un espacio privado donde inclusive conocidos o supuestos amigos de las víctimas introducen las sustancias narcotizantes o que tienen un efecto a destruir la voluntad de las personas”, dice en entrevista con Expansión Política.

En el caso de Íñigo Arenas, la Fiscalía mexiquense ha señalado que al empresario fue persuadido por bailarinas y trabajadores del Black Royce para ir a una sala “VIP” donde se le vendieron cuatro botellas de alcohol, haciendo un cargo a la tarjeta bancaria de la víctima por 40,000 pesos.

Javier Díaz, dueño del bar “República”, ha asegurado que su establecimiento cuenta con todos los permisos y licencias para su operación, pero a partir del caso de Íñigo Arenas, tanto ese establecimiento como el “Black Royce” tienen suspendido su funcionamiento.

En tanto, las autoridades ministeriales han detenido a siete personas relacionadas con el caso.

No es el único…

El Consejo Ciudadano ha identificado 64 casos de “goteo” o “canasteo” desde 2019 a la fecha, siendo el primer lugar el Estado de México con 45% de los reportes, seguido de la Ciudad de México con 28%, mientras el resto de las entidades están por debajo del 10% de los casos.

De acuerdo con sus informes, entre las sustancias usadas se encuentran benzodiacepinas, ketamina y ‘burundanga’ o escopolamina y así se conforman las víctimas.

66% son mujeres
34% son hombres
48% de las víctimas tienen de 21 a 35 años
45% ocurrió en un lugar privado: casa propia, de un amigo o una fiesta privada
40% ocurrió en un lugar público: bar, antro, restaurante u hotel
Alerta dentro de los establecimientos
Helking Aguilar Cárdenas, presidente de la Asociación Mexicana de Bares, Discotecas y Centros de Nocturnos, afirma que a partir de la muerte de Íñigo Arenas se ha llamado a los establecimientos para aumentar sus medidas de seguridad.

“Es un tema que puede estarse diversificando y puede estar teniendo mucho más número de casos y lo que toca es obviamente reforzar las medidas de seguridad para que no pase esto dentro de los establecimientos”, señala.

Entre las acciones están:

  • Que el personal de seguridad sea más estricto con la revisión durante el acceso para detectar líquidos, gotas o polvos que puedan ser sospechosos.
  • Observar los movimientos de las personas ajenas a las mesas de los grupos que trate de acercarse para manipular las bebidas.

No obstante, el empresario reconoce que la operación de establecimientos irregulares incrementa el riesgo en la vida nocturna.

“Sabemos que hay una parte ‘pirata’ o una parte ‘negra’ de la vida nocturna tanto en la Ciudad de México como en el Estado de México, establecimientos clandestinos que funcionan como fachadas para diferentes tipos de negocio o incluso que al amparo de la corrupción de las autoridades estatales o de las alcaldías funcionan sin ningún tipo de documento”, comenta.

El Gobierno de la ciudad ha realizado operativos en bares y centros nocturnos en Iztapalapa, Iztacalco, Coyoacán, Cuauhtémoc y Miguel Hidalgo y desde hace un mes, en la zona Roma-Condesa-Juárez fueron cerrados cuatro establecimientos por venta de sustancias ilegales, de acuerdo con lo informado por el jefe de Gobierno, Martí Batres, el 21 de agosto.

En tanto, el alcalde de Miguel Hidalgo, Mauricio Tabe, el 5 de julio arrancó el ‘Operativo Cobalto’, dirigido a cuidar el perímetro de puntos turísticos y establecimientos nocturnos en avenidas como Masaryk, Moliere y Campos Elíseos.

Elementos de la Policía Auxiliar así como de la alcaldía realizan recorridos en los puntos de alta afluencia de las 11 de la noche a las 3 de la mañana de jueves a sábado con el objetivo es supervisar la operación de los establecimientos, hacer cumplir el horario de cierre y los niveles de ruido.

Tras lo ocurrido en el caso de Íñigo Arenas, el alcalde descartó que exista un problema de seguridad.

“Consideramos que no hay un problema de seguridad en la zona, pero sí advertimos que pudiera tomarse medidas preventivas que evitaran riesgos en la operación”, dijo al presentar un informe del operativo este 14 de agosto.

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