Mujeres iraníes: entre la crisis y la lucha por sus derechos

Las mujeres iraníes se llevan la peor parte de la crisis económica. Y, sin embargo, son el motor del cambio.
DW.- Irán atraviesa una profunda crisis económica causada por la corrupción, la mala gestión y el endurecimiento de las sanciones estadounidenses tras el regreso del presidente Trump a la Casa Blanca. “Podemos sentir claramente que nos estamos empobreciendo mes a mes”, dice Narges (nombre ficticio) al ser preguntada por DW. Esta artista de 36 años vive en la provincia de Sistán y Baluchistán, en el sureste de Irán. “Muchas de nosotras trabajamos en el sector servicios o en pequeños negocios artesanales que cada vez tienen menos clientes”.
Narges pertenece a una generación de mujeres que, gracias a las plataformas en línea y las redes sociales, han conseguido valerse por sí mismas económicamente a pesar de todas las restricciones del mercado laboral. Trabajan desde casa y venden sus productos por internet.
“La actual crisis económica ha empujado a más familias por debajo del umbral de la pobreza”, afirma Narges.
Las mujeres, especialmente afectadas
Desde que el presidente Masoud Peseshkian asumió el cargo en agosto de 2024, la moneda iraní ha vuelto a perder valor masivamente. El tipo de cambio cayó en alrededor del 50% en tan solo unos meses. Oficialmente, la tasa de inflación es del 31%; en realidad, muchos productos y servicios son ahora más del doble de caros que antes.
Incluso antes de la crisis actual, casi un tercio de la población vivía en la pobreza. Según un informe del centro de investigación del Parlamento iraní, más del 30% de las personas ya no podían cubrir sus necesidades básicas.
“Las mujeres trabajadoras, especialmente las madres solteras, sufren desproporcionadamente en estas circunstancias. Muchas de ellas se encuentran en una crisis existencial aguda”, advirtió la activista sindical Simin Yaqoubian en una entrevista concedida a la agencia de noticias estatal ILNA a finales de febrero.
A pesar del aumento del número de mujeres políticas en el nuevo gobierno y de la promesa de Peseshkian de defender los derechos de la mujer, la realidad sigue siendo amarga para muchas mujeres. “Las mujeres son explotadas sistemáticamente, sobre todo en el sector servicios. Trabajan más horas y ganan menos”, cuenta Yaqoubian.
La participación económica de las mujeres en Irán es de las más bajas del mundo. Según TheGlobalEconomy.com, la tasa de participación femenina en la población activa era sólo del 14,38% en 2023, muy por detrás de países como Arabia Saudita u Omán, donde es el doble, con un 30%. Y cuando la crisis empeora, las mujeres suelen ser las primeras en perder su empleo.
Un rayo de esperanza se ha esfumado
Además de la presión económica, también aumenta la presión del Estado sobre los activistas y las organizaciones de la sociedad civil, especialmente los defensores de los derechos de las mujeres. La conocida abogada Marzieh Mohebi tuvo que abandonar el país y ahora vive en Francia. A finales de febrero de 2024, todos sus bienes en Irán fueron confiscados.
Mohebi fundó y dirigió la ONG “Sora – Asociación de Abogadas Iraníes” en la ciudad de Mahabad. “De nada en mi vida estoy tan orgullosa como de esta asociación”, afirma en una entrevista con DW. “Actuábamos más de 250 abogadas, representábamos a presas, a menudo gratuitamente y en condiciones difíciles. Éramos una fuente de esperanza para muchas mujeres. Al principio, incluso fuimos elogiadas por las autoridades”.
Pero luego la organización quedó en la mira del gobierno. “Nos acusaron de ‘difundir el feminismo’. Me citaron y me interrogaron varias veces”, cuenta Mohebi.
“Las autoridades querían controlar el trabajo de nuestra organización. Me negué y disolví la organización. Abandoné el país por las represalias”.
Tras el estallido de protestas en todo el país por la muerte de Jina Mahsa Amini, de 22 años, en septiembre de 2022, muchas de sus compañeras fueron detenidas. Las protestas con el lema “Mujer, vida, libertad” se convirtieron rápidamente en un símbolo de la resistencia contra la obligación de llevar un pañuelo en la cabeza y la discriminación sistemática de las mujeres.
Mujeres, vida, libertad: una generación más segura de sí misma
A pesar de toda esta represión, las mujeres iraníes se han vuelto más seguras de sí mismas. Tras las protestas bajo el lema “Mujer, vida, libertad”, cada vez se ven más mujeres sin pañuelo en las calles de grandes ciudades como Teherán y Mashhad. Incluso en regiones tradicionalmente conservadoras como Baluchistán se está empezando a replantear la situación, afirma la artista Narges.