“Neglicencia” en cárcel permitió suicidio de Jeffrey Epstein
Una pesquisa indica que el personal de la cárcel donde se suicidó el magnate cometió “graves fallos”. Epstein, acusado de tráfico sexual de menores, estuvo “solo y sin vigilancia” con mucha “ropa de cama” por horas.
DW.- Una investigación del Departamento de Justicia estadounidense constató “numerosos y graves fallos” del personal encargado de la custodia del magnate Jeffrey Epstein, que se suicidó en una cárcel de Nueva York en 2019 mientras aguardaba juicio por tráfico sexual de menores.
Estos errores “hicieron que Epstein estuviera sin vigilancia y solo en su celda con una cantidad excesiva de ropa de cama, desde aproximadamente las 11:40 p.m. del 9 de agosto hasta que fue hallado ahorcado en su celda cerrada con llave el 10 de agosto hacia las 06:30 a.m.”, concluyó la investigación.
La pesquisa también indica que el personal del centro no volvió a realizar ninguna ronda en la celda después de las 11:40 p.m., a pesar de que es obligatorio hacerlo cada 30 minutos, ni se aseguró del buen funcionamiento de las cámaras de vigilancia de la cárcel.
Los fallos “constituyen mala conducta y negligencia en el cumplimiento de sus obligaciones”, en particular con un detenido de “tan alto perfil” como Epstein, un magnate amigo de celebridades y poderosos.
Asimismo, el personal penitenciario “falsificó los registros y las hojas de ronda para demostrar que se habían realizado cuando no era así, dejando a Epstein sin vigilancia durante horas antes de su muerte”.
Epstein se ahorcó el 10 de agosto de 2019 cuando estaba bajo custodia de la Oficina Federal de Prisiones en el Centro Correccional Metropolitano de Nueva York, a la espera de ser juzgado por explotación sexual de menores y conspiración para explotar sexualmente a menores, dos cargos punibles con un total de 45 años de cárcel.
Al menos entre 2002 y 2005, se le responsabiliza de haber llevado a jovencitas, algunas de apenas 14 años, a sus residencias de Manhattan, Palm Beach y el Caribe “para participar en actos sexuales con él” y con amigos, como el príncipe Andrés de Inglaterra, a cambio de “cientos de dólares en efectivo”.