El Universal.-
La mayoría de los éxitos del deporte mexicano, a nivel Juegos Olímpicos, se ha alcanzado con la contratación de entrenadores extranjeros. ¿Qué pasa con los de aquí?
Ha habido grandes exponentes nacionales, con éxitos mundiales, pero México no cuenta con una verdadera escuela, en la que se les capacite de manera constante.
Hay escuelas como la Nacional de Entrenadores, que está en el CNAR, o la Nacional de Educación Física, pero no hay un plan de trabajo realmente importante para que —con verdaderos profesionales— se impartan las diferentes cátedras de los deportes.
La urgencia de un sistema de capacitación de entrenadores es grande, pero no ha sido una prioridad para alguno de los políticos en el deporte.
Cada persona que llega a la Conade piensa que llevará demasiado tiempo establecer un sistema de capacitación, cuando es indispensable formar a tus propios técnicos, que empiecen a desarrollar su trabajo con la juventud mexicana.
Con seis años de trabajo paralelo a lo que se esté haciendo, se puede lograr el objetivo.
En México, se debe hacer un censo completo de lo que tenemos, y de qué estamos dándole a estos entrenadores para que sean verdaderos técnicos.
La estructura ya está hecha, pero no se ha invertido en catedráticos de calidad; por ejemplo, en una especie de rector, tanto en la Escuela Nacional de Educación Física como en la Nacional de Entrenadores, el cual trabaje en relación al alto rendimiento.
Ya se los dije en mi columna, para los Juegos Olímpicos México 1968, el país trajo entrenadores de altísimo nivel, como Lester Lane, Ronald Johnson y Jerzy Hausleber, en marcha. El resultado: Las históricas nueve medallas.
