Mientras Tesla y las inversiones chinas aún están en el aire, Volvo emerge con un proyecto concreto que podría traer una oleada de nuevas inversiones para la industria de vehículos pesados en México.
Expansión.- Volvo ha decidido invertir 700 millones de dólares en Nuevo León para la construcción de una planta destinada a la producción de camiones. Esta inversión convierte a la firma sueca en la única armadora que ha confirmado su entrada al país durante la actual administración, en un contexto donde la esperada llegada de Tesla y las inversiones chinas aún no se han concretado.
Desde 2015, cuando Ford anunció una planta en México que posteriormente fue cancelada, ha habido una especie de “sequía” en los anuncios de nuevas colocaciones para plantas automotrices. Este contraste es notable en comparación con la ola de inversiones que precedió a ese año, cuando se construyeron ocho nuevas fábricas en el país. La falta de nuevos desembolsos se justifica en gran medida por el hecho de que la capacidad instalada de esas instalaciones aún no ha alcanzado su máximo potencial, lo que ha llevado a las armadoras a centrarse en optimizar y aprovechar al máximo las fábricas existentes antes de considerar la expansión con nuevos proyectos.
Mientras Tesla sigue sin definir una fecha para el inicio de operaciones de su planta en Monterrey, y las inversiones chinas de BYD, GWM, MG y Chirey están aún en fase de selección de ubicación, Volvo se perfila como el principal actor automotriz de este sexenio. Esta decisión promete dinamizar la cadena de suministro de la industria de vehículos pesados, un sector clave para la economía del país.
Rogelio Arzate, presidente de la Asociación Nacional de Productores de Autobuses, Camiones y Tractocamiones (Anpact), expresó su optimismo ante la llegada de Volvo. Según Arzate, la inversión de Volvo podría combinar el uso de la capacidad de producción existente con la atracción de nuevas inversiones en proveeduría, lo que tendría un impacto positivo más allá de Nuevo León.
“Este proceso ayuda a toda la cadena de suministro y estoy hablando en distintos niveles, no solamente los Tier 1, sino también los Tier 2, Tier 3, la industria de servicios”, comentó en entrevista con Expansión.
La importancia de la industria de vehículos pesados en México no es menor. En 2023, el país produjo 222,813 unidades, lo que representó un crecimiento del 10.9% respecto al año anterior, según datos del Inegi. La mayoría de esta producción se destina a mercados de exportación, con Estados Unidos recibiendo ocho de cada 10 unidades fabricadas en el territorio nacional. Este sector, al igual que la producción de vehículos ligeros, es fundamental para el comercio exterior de México y su integración con la economía norteamericana.
Las elecciones presidenciales en Estados Unidos han generado incertidumbre sobre la viabilidad de la planta de Tesla en Monterrey, especialmente después de que Elon Musk sugiriera una posible pausa en el proyecto si Donald Trump regresara a la Casa Blanca e impusiera aranceles a productos hechos en México. Sin embargo, Arzate se mostró confiado en la solidez de la integración regional que se ha desarrollado en los últimos años, respaldada por acuerdos como el T-MEC y el diálogo de alto nivel entre las tres economías de América del Norte.
“Desde México, el gobierno trabajará con quien asuma la presidencia en Estados Unidos. Cada candidato (Kamala Harris o Donald Trump) tiene sus propias perspectivas y temas prioritarios, pero confiamos en que, a través de un diálogo positivo podremos mantener una comunicación efectiva y continuar fortaleciendo la relación bilateral”, dijo Arzate.
Volvo, por su parte, aún no ha revelado detalles específicos sobre el volumen de producción que espera alcanzar en su nuevo complejo, pero sí ha anunciado que planea iniciar operaciones en 2026. La producción de la planta estará encaminada en abastecer a todo el continente americano.