Nixon vs. Kennedy: el encuentro que cambió la historia de los debate en EU

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El primer debate televisado en la historia de Estados Unidos fue clave para la historia de las elecciones en este país. Este jueves, Joe Biden y Donald Trump se enfrentarán.
Expansión.- El presidente Joe Biden y el exmandatario Donald Trump se enfrentarán en su primer debate rumbo a las elecciones presidenciales de 2024. Este encuentro llega mucho antes de los previsto para los debates, que se celebran usualmente en septiembre.

Trump y Biden ya se han visto las caras antes, en los debates previos a las elecciones de noviembre de 2020, en las que Biden salió victorioso. La cadena de televisión CNN es la organizadora de este evento. El primer debate trasmitido por televisión ocurrió el 26 de septiembre de 1960.

Para diversos analistas, el encuentro entre el senador demócrata John F. Keneddy y el vicepresidente republicano Richard Nixon, marcó un antes y un después en la historia de la comunicación política de Estados Unidos.

“Los dos hombres eran candidatos formidables. Cada uno tenía una fuerte comprensión de los principales problemas a los que se enfrenta el país—la carrera espacial con los soviéticos, el papel de Estados Unidos en una economía global cada vez más compleja; el Movimiento de Derechos Civiles—, y cada hombre tuvo muy pocos problemas para articular su posición y la de su partido sobre ellos”, indica la revista Life.

¿Cómo fue el debate?

El debate tuvo lugar en Chicago y la CBS asignó a un productor de 38 años llamado Don Hewitt para que gestionara el evento. Hewitt creó después “60 minutos” para CBS.

El evento altamente promocionado se adelantaría a “The Andy Griffith Show” y se llevaría a cabo durante una hora. Hewitt había invitado a ambos candidatos a una reunión de preproducción, pero solo Kennedy acogió la oferta.

Este debate estuvo centrado en cuestiones domésticas. Ese encuentro requería que cada candidato presentara una declaración de apertura de ocho minutos, seguida de 30 minutos de preguntas y respuestas, y luego cinco minutos cada uno para las declaraciones de cierre.

Cuando Nixon llegó al debate, parecía enfermo, habiendo sido hospitalizado recientemente debido a una lesión en la rodilla. El vicepresidente luego se volvió a lesionar la rodilla al entrar en la estación de televisión, y se negó a cancelar el debate, a pesar de los consejos de su equipo.

“Frustrado por el trato que le había dado Eisenhower en los últimos siete años y medio, Nixon en 1960 era un megalomaníaco a los ojos de su equipo, y estaba decidido a ser su propio jefe de campaña además de candidato”, escribió el periodista David Halberstam en una crónica sobre el debate.

El equipo de Nixon le preparó al candidato una serie de preguntas y respuestas, pero no estuvo de humor para echarle un vistazo.

Nixon también se negó a usar maquillaje de escenario, cuando Hewitt lo ofreció. Kennedy había rechazado primero la oferta de maquillaje: había pasado semanas bronceado en el camino de la campaña, pero hizo que su propio equipo se maquillara justo antes de que las cámaras se pusieran en marcha.

El resultado fue que Kennedy se veía y sonaba bien en la televisión, mientras que Nixon se veía pálido y cansado, con una barba de sombra de cinco en punto.

¿Quién ganó el debate, Nixon o Keneddy?

Una de las afirmaciones más comunes sobre este debate es que la imagen de Kennedy, quien lucía ligeramente bronceado y descansado, en contraste con la apariencia de Nixon, quién venía de recuperarse de una infección en la rodilla y lucía un aspecto desaliñada, pudo influir en quienes vieron el debate en televisión, quienes dieron por ganador al demócrata, pero no a quienes escucharon el debate en radio, pues se inclinaron por el republicano.

De acuerdo con una encuesta de la empresa Sindlinger and Company, con una muestra de 2,138 personas, la pregunta de quién ganó el debate, el 48.7% de la audiencia radiofónica dijo que había sido Nixon y sólo el 21% apostó Keneddy, quien ganaría la elección.

Entre los encuestados que lo habían visto por televisión, la diferencia era escasa, pero favorable a Kennedy: 30.2% eligió al demócrata, frente a 28.6% que se inclinó por Nixon.

El problema de esa encuesta es que su muestra en relación a los que habían escuchado el debate por la radio no era muy representativa. En el sondeo, en el que se preguntó también de otras cuestiones, se contactó con 2,138 personas. Los que habían seguido el debate por la radio eran 282. De ellos, 178 expresaron una opinión sobre el ganador.

“Una encuesta mostró que los oyentes de radio calificaron a Nixon como el ganador, pero ese resultado tiene una importancia limitada, ya que los que escucharon en la radio eran demográficamente muy diferentes de los que vieron en la televisión. El público de la radio estaba predispuesto a apoyar a Nixon para empezar”, indica la Fundación Richard Nixon en un artículo sobre el debate.

De acuerdo con Pierre Salinger, jefe de prensa de Kennedy en la Casa Blanca, “sin esos debates a Kennedy le habría sido imposible resultar electo, y para ser más exacto, sin el primer debate porque la mayoría de la población tomó su decisión de elegirlo y con los tres restantes no hizo más que confirmarlo.”

Hubo otros tres debates entre Nixon y Kennedy en el otoño, y se consideró que un Nixon más saludable había ganado dos de ellos, y el debate final fue un empate. Sin embargo, los últimos tres debates fueron vistos por 20 millones de personas menos que el evento del 26 de septiembre.

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